jueves, 30 de diciembre de 2010

Por agua a la fuente Cayetana

Atento â los pocos, y escasos Aguaderos, y fuentes que ay en esta Villa, y sus Zercanias assi para el Consumo de los Vezinos como para el gasto de los ganados da motivo á que se miren, y conserven los que ai con el mayor Cuidado, y haver la experiencia de que los Ganaderos los maltratan ordenamos, Y mandamos que el Cavildo General de Elecciones de cada un año se nombre a un Capitular por Comisario de fuentes, y Aguaderos á cuyo cargo â de estar el de berlos, y reconocerlos, y si necesitan de algunos reparos solicitan se hagan, y que para ello se le subministren medios de los Caudales de Propios de esta Villa, áberiguar si Ubiere daños sus autores para que por Rigor de Justizia se les obligue al pago de ellos como tambien el que para trajinar, y sacar el agua usen las vasijas limpias, y que los ganados beban en las pilas que hay en dichos Aguaderos por haver experiencia que los Ganaderos de Zerda hazen oyos en los empedrados para que beban sus ganados con mayor conveniencia siendo esto en notorio perjuizio a dichos Aguaderos, y de que muchas veces les á benido ruina. Y la de trasminarse el agua inmunda á los vasos principales de ellos infisionandola de forma que se pone inusable. Y assi mismo se prohibe que en las pilas de dichos aguaderos se labe ropa ni inmediato á los pozos, y a fuentes de Agua dulze en cuya observanzia dicho Capitular Comisario hara las mas eficaces diligencias, Y los Ministros de Justizia velaran, y Denunziaran al que contrabenga á lo áqui dispuesto, y se multara ádemas de los daños en quatrozientos maravedies, aplicados la mitad para obras publicas, una quarta parte al Juez, y ôtra al Denunziador”.

Ordenanza 28, Ordenanzas Municipales de Baños de la Encina (1742).

Dibujo: Paco Nájera.

Buena noticia

Como se dice en facebook, me gusta: http://www.elmundo.es/elmundo/2010/12/29/andalucia/1293649489.html
aunque hay mucho más.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Frank Zappa - Who Needs The Peace Corps 1968

Ahí va una intemporal:



"Fue el primer músico rock en cuestionar el hippismo y la música de los Beatles. En plena eclosión hippie, Zappa grabó en 1968 su LP "We´re Only in It for the Money". Era un ataque al "Sgt. Peppers" y a los Beatles, y se burlaba del movimiento hippie. Así, en la canción "Flower Punk", canta: "Eh, gamberro, ¿dónde vas con esa flor en la mano? / Me voy a San Francisco a unirme a una banda psicodélica". Y en "Who Needs the Peace Corps?": "Soy hippie y viajero, soy un gitano a mi modo. Me quedaré una semana, cogeré ladillas, y luego cogeré un autobús para volver a mi casa. De hecho, sólo soy un farsante, pero no me lo tengas en cuenta, porque estoy colocado". Zappa creía que el hippismo era un movimiento de farsa, compuesto por vagos hijos de papá, inútiles idealistas que se pasaban el día fumando y drogándose sin hacer nada por cambiar la situación".

martes, 28 de diciembre de 2010

Exposición "Días de Escuela" (Museo del Territorio - Baños de la Encina)

El próximo viernes 31de diciembre inauguramos la exposición "La tierra y su memoria, días de escuela". La muestra cuenta con una presentación multimedia de la historia de la educación pública en nuestro pueblo y en el marco general español, un cuadernillo-diario referente a la materia, un amplio conjunto de libros destinados a la educación, donde desempeñan un papel destacado las distintas "Enciclopedias" que se sucedieron a lo largo y ancho del siglo XX o una "Historia de España" del Padre Mariana (1828), archivos de registro escolar y materiales originales relacionados con la temática: pizarrín, globo terráqueo, cartografía del siglo XIX y primera mitad del XX (Saturnino Calleja).

Para esta labor, capitaneada por Susana, nuestra guía de Museo del Territorio, hemos contado con la inestimable ayuda de las alumnas y personal docente del Centro de Adultos Tamujoso, el Colegio Nuestro Padre Jesús del Llano y las HH.AA. de Cristo Crucificado (antiguo colegio del Convento); así como de varios particulares entre los que es necesario subrayar la entera disposición de Manuel Estepa o Bernardino Tendero.

Anecdótico, la exposición cuenta con el primer libro, entendido como literario, que leí en mi apretada vida, una vieja edición de los "Viajes de Marco Polo"; de aquellos años en los que Doña Anita, haciendo las veces de Directora del Colegio y de "librera", hizo andar durante un tiempo la pequeña biblioteca de la Escuela (ubicada en realidad en su propio despacho).

Con esta exposición queda también inaugurado el incipiente Fondo Documental y Fotográfico del Museo del Territorio, a disposición de quién lo quiera consultar o utilizar su material, que esperamos vaya creciendo de forma sólida.


lunes, 27 de diciembre de 2010

domingo, 26 de diciembre de 2010

Nueva web de "paisajes mineros"

Una nueva web viene a apoyar la difusión de nuestro patrimonio, en este caso el minero, y la práctica turística a él vinculada. Enhorabuena María José: http://www.paisajesmineros.com/home/

Fotografía: Proyecto Peñalosa.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Los Nikis - Las ventajas de ser de aquí

Ya lo decía hace más de siglo y medio Richard Ford en su “Manual para viajeros por Andalucía y lectores en casa” (1843); pero mientras nosotros amarrados a la “Ley Sinde”, los colegios, la papelitis y titulitis agudas necesarias para desempeñar trabajos y desarrollar empresas, otrora y en otros lares entendidos como liberales, los uniformes, las corbatas y hasta las boinas, los diagnósticos previos y los planes de desarrollo vacuos, …, los impuestos especiales y hasta el derecho a pernada y el primo que de esto sabe un porrón:

“Los reglamentos fiscales son tan ingeniosamente absurdos, complicados y vejatorios, que el honrado comerciante encuentra molestias y entorpecimientos allí donde el estafador halla mil facilidades (…). En España el eludir estas leyes se considera como un engaño a quienes tratan de engañar a la gente; los campesinos favorecen con toda su alma al contrabandista, como hacen en Inglaterra con el cazador furtivo (…). El mismo contrabandista, lejos de considerarse rebajado, goza de la reputación que corresponde al éxito en las aventuras personales ante un público orgulloso de las proezas individuales: es el héroe del escenario español, y cuando aparece vistiendo todas sus galas y trabuco al brazo cantando la conocida romanza “Yo,… que soy contrabandista”, causa las delicias de todos los espectadores, desde el Estrecho al Bidasoa, sin exceptuar a los mismos empleados de Aduana (…). El verdadero contrabandista es bien recibido en todos los pueblos; es como el noticiero y el medio de entenderse unos con otros: lleva té y charla para el cura, cigarros y dinero para el juez, cintas e hilos para las mujeres; va vestido espléndidamente, lo cual es siempre un atractivo para los ojos moriberos; es valiente y resuelto –nadie más bravo que él merece la hermosura-; buen jinete y tirador; conoce palmo a palmo los rincones del país (…). Muchas son las circunstancias que concurren a hacer popular esta profesión entre las clases bajas. El atractivo del Poder, la demostración de osadía y valor, la idea de llegar a hacerse rico fácilmente, tan sugestiva siempre para las naciones menos civilizadas, que prefieren exponer su vida una hora para obtener alguna ganancia, que trabajar penosamente durante años; …”.

Los geosenderos periurbanos, itinerarios...

Los geosenderos periurbanos, itinerarios para relacionar el entorno geológico con el patrimonio cultural y las costumbres y usos del suelo: el ejemplo pionero del Geosendero de “la Pizarrilla” (Baños de la Encina, Jaén)

Peri-urban geo-route as routes to connect geologic environment with cultural and ethnographic heritage: the pioneering case of Geosendero de “la Pizarrilla” (Baños de la Encina, Jaén)

Fernando García-García1, José María Cantarero2, Víctor Aranda1, Julio A. Calero1, Antonio Céspedes3

1 Departamento de Geología, Universidad de Jaén, Campus Universitario.
2 Empresa Pública para la Gestión del Turismo y del Deporte de Andalucía
3 Ayuntamiento de Baños de la Encina (Jaén)

Resumen

El Geosendero de “la pizarrilla” (Baños de la Encina, Jaén) es un itinerario autoguiado de interpretación geológica diseñado en 2010 y pionero por su trazado periurbano. Junto a la geodiversidad del entorno más próximo a la localidad, representado por su variedad litológica, de suelos, geomorfológica y, como consecuencia, paisajística, es el carácter extrarradio lo que confiere al itinerario una serie de singularidades respecto a otras geo-rutas. El perfil medio del visitante del geosendero está representado por el habitante del pueblo y por el turista cultural atraído por el castillo y casco histórico del pueblo. El material interpretativo debía atender a ambos colectivos y para ello fue fundamental la colaboración directa entre los miembros del Departamento de Geología de la Universidad de Jaén y miembros del Ayuntamiento de Baños de la Encina, promotor del proyecto junto a la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte a través de la Iniciativa de Turismo Sostenible Sierra Morena. La estrategia utilizada para hacer más significativo el conocimiento geológico al paisano y al turista fue relacionar los elementos geológicos del espacio natural con el patrimonio artístico-cultural (uso constructivo y ornamental de las piedras), con localismos y toponimia, las costumbres, actividades y los usos pasados y presentes que los habitantes de la zona han dado al subsuelo (explotación de recursos mineros y de aguas subterráneas a través de los vestigios de las explotaciones: galerías, pozos, escombreras, fuentes,…) y al suelo (agrícola, forestal, ganadero y cinegético, resaltando los procesos de degradación y las alternativas de uso sostenible). Así, a través de un nuevo uso como es la divulgación del patrimonio geológico se cubre un objetivo de desarrollo social fundamental de estas rutas periurbanas que es, por un lado, la recuperación de un espacio habitualmente degradado como es el extrarradio de los núcleos urbanos (en el caso añadido de Baños con un alto valor etnográfico) y, por otro, diversificar la oferta turística enlazando turismo cultural y de naturaleza.

Abstract

Geosendero de “la pizarrilla” (Baños de la Encina, Jaén), is a 2010 year peri-urban geo-rute for geology interpretation. It is a pioneering geo-rute in showing the geodiversity (lithologies, soils, geomorphology and landscape variability) from the outer parts of the village. Inhabitants of Baños and cultural tourists will be the most usual visitors of the geo-route. Collaboration of members of the Department of Geology from the University of Jaen and members of the Town Council (the promoter of the project together with the Tourim Consejería through the Sierra Morena Sustainable Tourism Program) was important to approach the geology heritage to those groups of visitors. The interpretation panels stressed the relations between geological heritage and social and cultural heritage: ornamental stones, extraction of ground sources (mining and groundwater) and soil use and management (mainly focused in soil loss and soil sustainable use). The project of peri-urban geo-routes integrates the objectives of geology divulgation and social development. The social development is focused on the restoration of commonly derelict outer parts of the towns and villages, and on offer a new touristic alternative which links cultural and natural heritage.

Palabras claves: geosendero, interpretación geológica, divulgación, geodiversidad, uso y gestión del suelo, Baños de la Encina, Jaén

Keywords: geo-route, geology interpretation, divulgation, geodiversity, soil use and management, Baños de la Encina, Jaén

Introducción

Los geosenderos o geo-rutas son itinerarios que pretenden acercar el valor del patrimonio geológico de un determinado lugar a quienes los recorren (Carcavilla et al., 2007, Carcavilla, 2007). Estos recorridos geológicos interpretativos autoguiados están diseñados para que el caminante (algunos pueden total o parcialmente ser recorridos en vehículo) conozca algunas características del espacio natural mediante un trazado en el que están establecidas una serie de paradas donde se centra la interpretación. Además de paneles en las paradas, un folleto explicativo y una guía suelen completar el material interpretativo (Carcavilla, 2007).

La particularidad del Geosendero de “la Pizarrilla” de Baños de la Encina (Jaén), respecto a otras geo-rutas, es su trazado periurbano. A la privilegiada geodiversidad del entorno más próximo del pueblo, en especial su variedad litológica y como consecuencia la diversidad paisajística, se une la posibilidad de relacionar directamente la geología con el patrimonio artístico-cultural y las costumbres y los usos que los habitantes de la zona han dado al suelo. Esta vinculación directa le confiere su principal singularidad respecto a otros itinerarios de interpretación geológica. En este trabajo se pone en valor este geosendero pionero como modelo de referencia de este tipo de geo-rutas periurbanas.

El proyecto del geosendero

El proyecto tiene como promotor al ayuntamiento de Baños de la Encina (Jaén) y a la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte a través de la Iniciativa de Turismo Sostenible Sierra Morena, que gestiona ADIT Sierra Morena. La iniciativa surge con el fin de dar a conocer el patrimonio geológico y etnográfico como premisa para valorarlo y preservarlo; y la de diversificar el territorio y los contenidos de la práctica turística local hasta ahora excesivamente encorsetada al castillo y al conjunto histórico de Baños de la Encina. El pueblo de Baños de la Encina tiene el privilegio de estar rodeado por un conjunto de espacios de propiedad municipal, históricamente usados por el Común (fuentes, pilares y abrevaderos, eras de pan trillar, canteras, rajales de colmenas, caminos, zonas de pastos, etc.). En los últimos años, con el abandono de estos usos históricos y una nueva concepción agrícola local en la que el olivar tiene un papel principal y los usos tradicionales hortícolas y ganaderos han desaparecido, este “limes” entre lo poblado y lo agrario iba convirtiéndose lentamente en una suma de escombreras y basureros ilegales en los que los ingenios tradicionales se arruinan y los caminos históricos van desapareciendo bajo el desuso y el efecto de los arados de los tractores.

La actuación “Geosendero de la Pizarrilla” tiene como justificación principal transformar este rosario de escombreras y basureros en un eje circular donde se ponga en valor la geodiversidad del entorno y paralelamente se recupere todo un bagaje etnográfico singular sin el que no se puede entender la historia de este municipio. Se ha realizado una intensa labor de recuperación de trazados y firmes de los caminos históricos (dándoles unidad bajo el geosendero) como estrategia indispensable para implementar la iniciativa. Gran parte de los espacios tradicionales de uso público, como pozos, alcubillas o majadas, han sido habilitadas como áreas de uso recreativo equipadas con bancos de madera, mesas tipo picnic, agua, vegetación autóctona (recuperación del monte mediterráneo) y zonas de arbolado y sombra. Los paneles de interpretación implementados son del tipo “mesa panorámica” según “manual de señalización de Uso Público” de la Consejería de Medio Ambiente. Es de subrayar que los hitos o señales de dirección de sirven de apoyo en cruces y en la continuidad del sendero, han sido realizados, según la tradición local de construcción de mojinetes separadores de propiedades agrícolas, con lajas de pizarra autóctona. La estricta señal de dirección, que sigue los criterios para Sendero de Pequeño Recorrido recomendados por la Federación Internacional de Senderismo, está tallada en arenisca y va incrustada en el frente del mojón.

Baños de la Encina y su entorno geológico

La localidad se encuentra al norte de la provincia de Jaén, a 50 km de la capital, en las primeras estribaciones al sur de Sierra Morena, a 420 m de altitud sobre el nivel del mar. Desde el punto de vista geológico, la localidad se asienta en el límite entre dos de los grandes dominios geológicos de la península, el Macizo Varisco Ibérico representado aquí por pizarras plegadas y granitos paleozoicos (edad 400-300 millones de años) que conforman Sierra Morena, por el lado occidental, y las margas y areniscas marinas miocenas (edad 9-8 millones de años) de la Depresión del Guadalquivir, por el lado oriental (Fig. 1). El accidente tectónico de la Falla de Baños, cuya traza rectilínea cruza el pueblo, separa el bloque sureste hundido donde afloran los materiales de la Depresión del Guadalquivir del bloque noroeste levantado donde afloran las rocas metamórficas e ígneas de Sierra Morena. El Castillo de Baños y la mayor parte de las casas de la localidad están cimentadas sobre bancos de areniscas rojas depositadas por ríos (edad entre 250-205 millones de años) que se disponen horizontales y discordantes sobre las pizarras y el granito (no en vano esta unidad de areniscas es conocida como Cobertera Tabular). Mirando hacia el sur desde el pueblo se divisa, al otro lado de la Depresión del Guadalquivir, la silueta de las Sierras de Cazorla, Mágina y Sierra Sur que configuran el frente montañoso de otro gran dominio geológico, la Cordillera Bética.

Descripción de los elementos geológicos en el geosendero

El geosendero de Baños de la Encina es un circuito periurbano que en su longitud de poco más de 6 km recorre la privilegiada geología del entorno del pueblo. El geosendero atraviesa litologías representativas de los tres tipos de rocas que existen en la naturaleza: ígneas (granito), metamórficas (pizarras) y sedimentarias (areniscas y margas). Cuatrocientos millones de años y dos orogenias separan la roca más antigua (pizarras carboníferas) de la roca más joven (areniscas y margas miocenas) que atraviesa la ruta. El caminante se encontrará con diferentes estructuras geológicas de tipo tectónico como pliegues (en las pizarras), diaclasas y fallas; cuerpos de rocas ígneas plutónicas (dique de granito), y contactos litológicos de tipo estratigráfico (discordancia entre las pizarras plegadas y los estratos de areniscas horizontales suprayacentes). Esta variedad litológica y estructural condiciona también la variedad de suelos y elementos geomorfológicos como elementos fundamentales en la diversidad paisajística: modelado alomado en pizarras, modelado estructural ligado a las familias de diaclasas, relieve en (cuasi-) mesa donde se asienta el pueblo y modelado en bolos por meteorización del granito. Esta geodiversidad del entorno más próximo al pueblo es la que se ha tratado de poner en valor en los paneles interpretativos apostados en las 9 paradas a lo largo del itinerario. Los paneles resaltan con títulos atractivos algunas de estas singularidades y giran cada uno alrededor de un tipo de roca o suelo. En los paneles, donde se combina texto, fotografías y dibujos interpretativos, se ha optado en unos casos por interpretar el elemento geológico (panorámica o afloramiento) a pie de panel y en otros casos a interpretar los elementos geológicos que el caminante puede contemplar a lo largo del tramo comprendido entre el panel anterior y el posterior. La relación de paradas/paneles son las siguientes: Panel 1 (El relieve alomado de las pizarras) dedicado al modelado litológico y estructural en las pizarras; panel 2 (Suelo de pizarras); panel 3 (Pizarras: minerales y minería) que gira sobre las explotaciones mineras de filones ricos en minerales de plomo, plata y cobre; paneles de la parada 4 (Un mirador a la Depresión del Guadalquivir y Suelo de olivar) enfocados a explicar, por un lado, cómo era el mar donde se depositaron las rocas sedimentarias ricas en fósiles que se pisan en esta parada, panel 5 (Suelo de la vega); panel 6 (Baños de la Encina: un pueblo hecho a la medida de sus piedras), subrayando la especial presencia de las distintas “piedras locales” en las construcciones arquitectónicas y en los usos e ingenios etnográficos locales; panel 7 (Las lajas plegadas de las pizarras) donde la pizarrosidad y los pliegues son los protagonistas, panel 8 (Dique de granito) donde se explica desde la génesis de este cuerpo de roca ígnea hasta los procesos de meteorización que configuran el suelo, y panel 9 (Un pueblo sobre una mesa de areniscas rojas) donde se describe la roca sobre la que se asienta la mayor parte del pueblo.

El Geosendero de “la pizarrilla” como vínculo entre entorno geológico, patrimonio cultural y costumbres y usos del suelo de los habitantes de Baños de la Encina

El perfil medio del visitante al geosendero de “la pizarrilla” va a diferir del que visita geo-rutas desarrolladas en espacios naturales, alejadas de núcleos urbanos, donde el visitante busca contacto con la naturaleza y demanda actividades de ocio (Carcavilla, 2007). Por su proximidad al núcleo urbano, serán dos grupos de visitantes los que atraiga el geosendero. Los habitantes de Baños de la Encina serán los que con más asiduidad transiten por el geosendero y se acerquen a los paneles interpretativos. El otro grupo de visitantes será el de aquellos que lleguen atraídos por el patrimonio cultural de la localidad a la cabeza del cual está su imponente fortaleza que hace de la villa visita obligada en la Ruta de los Castillos y las Batallas. Así, el trazado periurbano del geosendero se convierte en una magnífica oportunidad para relacionar los elementos culturales del pueblo, principal atractivo del turista, así como las costumbres y usos del suelo de los habitantes de la localidad con su entorno geológico. Algunos de los paneles interpretativos pretenden relacionar estos aspectos:

1. Las areniscas rojas triásicas como losa de cimentación: La ubicación y configuración del Castillo de Baños y el asentamiento urbano medieval están íntimamente relacionados con los estratos horizontales de areniscas rojas. Estas areniscas ricas en cuarzo son la losa natural sobre la que se ha cimentado la fortaleza. La resistencia a la erosión de las areniscas y su disposición horizontal favorecieron una morfología del terreno plana y elevada sobre los materiales menos resistentes que las rodea. Esta forma del relieve recibe la denominación geomorfológica de relieve en mesa y, desde luego, cumple los principales objetivos que busca cualquier fortaleza medieval.

2. Rocas ornamentales: Calles de adoquines de cantos rodados de cuarcitas permo-triásicas, iglesias y casas señoriales de muros construidos con bloques de areniscas rojas triásica o escaleras forradas de pizarra son algunos de los usos ornamentales que se ha dado en el pueblo a las rocas que atraviesa el geosendero. La alta dureza y baja tenacidad del cuarzo hace de las areniscas rojas, conocidas con el nombre canteril de “piedra asperón”, la roca del entorno más utilizada en construcción y labra.

3. La pizarra y el agua: El pantano del Rumblar se extiende al oeste de la localidad y es visible desde distintos tramos del geosendero, por lo que en los paneles se trata la impermeabilidad de la pizarra, roca donde se emplaza la presa y que ocupa la mayor parte del vaso del pantano asegurando su estanqueidad. El comportamiento impermeable favorece la escorrentía sobre la infiltración, haciendo que suba rápidamente el nivel del pantano en época de lluvias. Las galerías y pozos mineros excavados en las pizarras son zonas de alta transmisividad que pueden comportarse como almacenes de aguas subterráneas, al igual que el contacto litológico entre pizarra y granito (como es el caso de la Alcubilla -fuente y pozo- o el denominado Pocico Ciego, bajo la Piedra Escurridera y en la cabecera del arroyo de la Alcubilla).

4. Usos lúdicos de las rocas: Las formas redondeadas de los elipsoides de granito generadas por la acción de los agentes de meteorización son usadas como un original tobogán pétreo conocido como “piedra escurridera”.

5. La utilización de localismos geológicos como las diferentes menciones con las que los paisanos hacen referencia a alguna roca o paraje han sido incluidos en los paneles para favorecer el acercamiento de los lugareños a las interpretaciones (p.e. piedra de asperón para referirse a las areniscas triásicas o piedra bermeja para referirse al granito).

6. Patrimonio minero: A lo largo del geosendero se encuentran o divisan vestigios de explotaciones mineras subterráneas (galerías, pozos y edificaciones a pie de pozo, y escombreras) de finales del s. XIX y principios del XX cuando el distrito minero Linares-La Carolina llegó a ser principal productor mundial de plomo y, en menor medida, de plata y cobre (Gutiérrez-Guzmán, 1999). Las galerías y pozos se excavaron para intersectar los filones ricos en sulfuros metálicos, principalmente de plomo y plata como galena o minerales de cobre como malaquita, encajados a favor de fracturas verticales en pizarras y granitos. En las escombreras de estas minas aún pueden encontrarse abundantes ejemplares de estos minerales.

El geosendero de Baños como referente para futuras geo-rutas periurbanas

A raíz de la experiencia en el Geosendero de “la Pizarrilla” de Baños de la Encina (Jaén) se resume a continuación algunas de las singularidades de este tipo de itinerarios respecto a otra oferta de geo-rutas. Una función de desarrollo social que tienen estos geosenderos es la recuperación mediante el uso divulgativo del entorno degradado del extrarradio. El extrarradio como límite entre población y su entorno geológico ofrece un marco ideal para relacionar el patrimonio geológico con el patrimonio artístico cultural y con las actividades y usos del suelo que en el pasado y presente ejercieron los pobladores. El material interpretativo de los geosenderos periurbanos debería diseñarse teniendo en cuenta el visitante promedio fundamentalmente conformado por dos colectivos, los habitantes de la localidad y el turista cultural. Para hacer significativa la divulgación del entorno geológico hacia el primer colectivo, es necesario el diseño del material interpretativo en estrecha colaboración entre geólogos y habitantes (para el geosendero de Baños colaboramos miembros del Departamento de Geología de la Universidad de Jaén y miembros del área de turismo del Ayuntamiento de la localidad). Algunas de las vías que pueden ser utilizadas en los paneles interpretativos para atender a estos visitantes, y que son singulares respecto a las geo-rutas diseñadas en espacios naturales, son las referencias a costumbres, localismos geológicos (toponimia con valor geológico, terminología local aplicada a rocas y estructuras geológicas) y usos del suelo de los paisanos, referencias al uso constructivo y ornamental de las rocas del entorno en el patrimonio artístico-cultural de la localidad, referencias a actividades pasadas y presentes ligadas a la explotación de recursos geológicos como minerales y acuíferos, referencias a las relaciones entre obras ingenieriles y geología, entre otras formas de acercamiento del patrimonio geológico al visitante.

En resumen, pueden definirse los geosenderos periurbanos como itinerarios inmejorables donde darse la mano elementos del patrimonio natural y cultural. Como botón de muestra de esta asociación, en este caso, entre patrimonio geológico y arqueológico-etnográfico, el Geosendero de “la pizarrilla” se cruza con el Sendero del Bronce (PR A-288) también de recorrido circular en torno al pueblo de Baños de la Encina.

Agradecimientos

Este trabajo ha sido soportado en el marco del convenio entre el Departamento de Geología, a través de la OTRI de la Universidad de Jaén, y el Ayuntamiento de Baños de la Encina (Jaén).

Referencias

Carcavilla, L., López-Martínez, J., Durán-Valsero, J.J. (2007) Patrimonio geológico y geodiversidad: investigación, conservación, gestión y relación con los espacios naturales protegidos. Instituto Geológico y Minero de España, Madrid, 360 pgs.

Carcavilla, L. (2007) La divulgación de la Geología en espacios protegidos: Las Geo-rutas del Parque Natural del Alto Tajo (Guadalajara), Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, (15.1), 65-76.

Castelló, R., Orviz, F. (1974) Hoja 884 (La Carolina) del Mapa Geológico de España 1:50.000, Servicio de Publicaciones del IGME, Madrid.

Gutiérrez-Guzmán, F. (1999) Las minas de Linares. Apuntes históricos. Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos de Minas de Linares.

(Artículo que se expondrá en El I Congreso Internacional “El Patrimonio Cultural y Natural como motor de desarrollo: investigación e innovación” que se celebrará en la Universidad de Jaén los días 26, 27 y 28 de enero de 2011, y que se enmarca dentro del Proyecto Campus de Excelencia Internacional en Patrimonio Cultural y Natural que está promovido por las diez universidades públicas de Andalucía).

martes, 21 de diciembre de 2010

Mantecados mixtos

De chico, nunca fueron buenos mis encuentros con las fiestas de renombre. Al principio, ni la situación familiar era las más convincente, ni la laboral la más idónea; así que pasaban como de refilón y sólo sabía de su existencia por la ausencia de días de escuela.

“Se coloca un kilo de manteca de cerdo en un lebrillo y, con las manos, se mueve hasta que está más o menos líquida, momento en el que se añade un litro de aceite virgen de oliva. Se mezcla todo bien.”

A poco, cuando empecé a tener los primeros devaneos con las obligaciones de mi progenitor, comenzó a llamarme la atención que esos días traían de compaña alguna que otra perla repostera y un trajín social que superaba lo cotidiano: no enfilaba el alba, cuando entre la oscuridad asomaba una vibrante procesión de lebrillos, canastas y garrafas de aceite, como amarradas en precario equilibrio a las curvas de señoras anónimas que con el tiempo fueron abriendo un entrañable hueco en mi recién estrenada memoria.

“Una vez se tienen las grasas bien mezcladas, se añade algo menos de un kilo de azúcar, un puñado de cáscara de limón rallada, una poca canela y un vasito de anís seco. Se sigue removiendo todo hasta que la mezcla sea perfecta”.

Al principio, pocas eran mis obligaciones, era más la curiosidad de lo novedoso. Había festividades en las que la maraña de señoras y chiquillos no dejaban hueco, sino era para juegos y regañinas, estropicios y coscorrones, carreras y magdalenas calientes. Pero arribaban otras, mucho más pausadas, que me acercaban en exceso a los saberes de mi padre.

“Ahora, despacio, muy despacio, se debe ir echando harina sin dejar de amasar. Como suele decirse: harina, la que admita. La masa debe quedar que no pegue pero que tampoco esté dura. Es una masa muy terrosa, así que no asuste que se rompa con facilidad”.

Mis primeras navidades tuvieron muy poco de calidez familiar, la familia no existía o, quizá, estuviera agarrotada, así que, como niño, tuve que derivar los dulces recuerdos que asoman en navidad a otros aspectos de la vida cotidiana. Los recuerdos de la navidad de mi primera niñez se agolpan en torno a unas pocas tardes contra una buena, ancha y larga mesa de pino. Allí encuentro a mi padre restando grandes proporciones de una masa como terrosa que va sustrayendo de una gran mole que se alza en un lateral de la mesa. Yo me sitúo en la esquina contraria, sobre un pequeño cajón amarillo que alza mis manos sobre la mesa, esperando con inquietud junto a unas latas rectangulares y negras.

“De la masa total, se cogen porciones, primero pequeñas ya se irá mejorando con la práctica, y, echando suavemente harina en la mesa, se forman sobre ella tortas circulares de un grosor aproximado a un centímetro y medio”.

Con una maestría inquietante aprecio como entre las manos de mi padre esa masa inerme va tomando rápidamente forma: primero se asemeja a una bola o volcán para en segundos transformarse en una gran torta circular de poco más de un dedo de gruesa. Entonces apego un lateral de la cabeza a la mesa intentando precisar el grosor exacto de cada torta,… y así una y otra vez sin llegar a concluir como todas pueden ser tan parejas, al milímetro. Aquí estaba mi faena.

“Si no tenemos un molde, nos sirve un vaso pequeño de agua (se trabaja con la boca). Se colocan los mantecados ordenadamente en la lata (no fermentan y, por tanto, no aumentan de tamaño) y se meten en el horno que se sitúa a unos 190º C; los tenemos cociendo aproximadamente unos 25 minutos”.

Con cierta suavidad, como cuando uno “tiraba el trompo”, lanza un puñado de harina sobre la cara superior de la torta y con la palma de la mano la distribuye por su superficie consiguiendo que la masa, otrora terrosa, semeje un tacto suave y calido, navideño. Sustrae del cajón inferior de la mesa una figura de hojalata, una estrella de cuatro puntas que su viejo amigo Eufrasio “el pelotas” le había moldeado con los restos de una gastada lata de tomate. Comienza ahora un baile entre las manos de mi padre y las mías, en el que todo mi afán es que los mantecados de la mesa acaben de la manera más rápida y bien ordenados en la susodicha lata; la mesa debía estar limpia de intrusos cuando una nueva mole de masa terrosa volviera a ocupar su lugar antes de mudar a torta suave y cálida. Y a empezar de nuevo.

“Una vez fríos se embadurnan enteramente en azúcar. Otra opción es darle huevo y espolvorearle un poco de azúcar antes de entrar al horno; tras la cocción se consigue que estén más crujientes”.


lunes, 20 de diciembre de 2010

domingo, 19 de diciembre de 2010

Lou Reed - Perfect day

Un día perfecto
bebemos sangría en el parque
y después, cuando anochece
vamos a casa.

Un día perfecto
damos de comer a los animales en el zoo
después vamos al cine
y volvemos a casa.

Oh, es un día tan perfecto
Estoy contento por haberlo pasado contigo
Oh, es un día tan perfecto
haces que me sienta a gusto.

Un día perfecto
nos olvidamos de los problemas domingueros
de nosotros mismos
es tan divertido.

Un día perfecto
Haces que me olvide de mí mismo
Creí que era alguien diferente
Alguien bueno.

Oh, es un día tan perfecto
Estoy contento por haberlo pasado contigo
Oh, es un día tan perfecto
haces que me sienta a gusto.

Cosecharás lo que has sembrado.
Cosecharás lo que has sembrado.
Cosecharás lo que has sembrado.
Cosecharás lo que has sembrado.

Gracias "Caecilia"

Hace poco más de un año que busqué cobijo en mi infancia, quizá ahogado por responsabilidades propias y ajenas. Embarcado en más frentes de los que uno es capaz de remar, entendí que podía liberar subconsciente derramando palabras en esta maraña virtual, y así tomé el hato de contar mis andanzas en el escenario de mi niñez, en la calle donde no vive nadie y que a diario me conducía a mi añorado Corralón; ese que hoy, desde que los zagales no corren por sus cuestas, hoyos y vericuetos; desde que no maquinan riñas, afrentas y desaguisados,… no encuentra su alma errante.

Cuando niño, y aún cuando un poco mayor, soñaba todas y cada una de las noches, y también de los días. En contadas ocasiones eran pesadillas, las menos, casi siempre eran aventuras y desventuras, aprietos y desaprietos, por un mundo que imaginaba y creaba a mi antojo. Después, cuando creí coger las riendas de la vida, esos sueños fueron desvaneciéndose como las goteras de hielo al venir el día. Tuve que pasar a construirlos en la vida real.

Pero igual que lo sueños no están encorsetados al tiempo o al espacio, los de la vida, ¡maldición!, los aprieta la cincha del espacio y soportan el peso del tiempo. Así que eché mano de mi cotanillo para escapar de los aprietos mundanos.

A poco, entre las ortigas y los pisoteados escombros empezaron a sacar cabeza las amapolas y, de retorno, volví a escuchar la algarabía de los chiquillos desde la ventana que se asomaba al cotanillo, la del cuarto que fuera de mi Chacho Vicente, y de sus piñones, …; y entendí que elcorralón, y también elcotanillo, se esconden en lo más hondo de cada uno de nosotros, allí se cobijan desde que uno es niño, y ahí sigue, si los buscas, dando ánimo a los sueños y a que uno los comparta.

Decía mi abuela, mirando de reojo a un marido en horas bajas y amagando una especie de seseo, “que de Bailén, no podía venir nada bueno, ni las masetas”; aunque con el tiempo he venido a reconocer que esta abuela decía muchas verdades, también he comprendido que ésta no era una de ellas y que en realidad lo decía por encoraginar y reprender a un esposo masetero que alternaba a espaldas suyas. Así que, muchas gracias por el reconocimiento, pero sobre todo por construir comarca y facilitar que nuestras gentes se identifiquen con esta tierra cuando a los demás nos la trae al pairo. Y, por supuesto, muchas gracias a todos los que os asomáis por aquí que, de una forma u otra, creo, comprendéis porque calló cuando calló, y hablo cuando hablo.




viernes, 17 de diciembre de 2010

Mesas panorámicas "Geosendero de la Pizarrilla" (Baños de la Encina) 1

¡Acabadas! Por fin se nos ha entregado la maquetación definitiva de las 9 mesas panorámicas que capacitarán a nuestro geosendero para que sea autoguiado. Ya están en fábrica, así que en breve podremos colocarlas en el lugar pertinente. Avanzo las tres primeras que van ubicadas a lo largo del Camino de la Cueva de la Mona (o de la Niña Bonita), aunque a mí me guste llamarlo "Ancho", evocando a su parejo que hoy ocupa la carretera de Bailén.




Un excelente trabajo que hemos de agradecer a la sabiduria del equipo del Departamento de Geología de la Universidad de Jaén (Fernando García-García, Víctor Aranda y Julio A. Calero), a la cretividad de Antonio (Artifactum), al apoyo de Cati Sabalete por creer en nosotros y en nuestros proyectos (Prodecan), a la eficacia y constancia de Lore Rodríguez, a los buenos consejos de Antonio Céspedes y al granito que haya podido poner un servidor.

martes, 14 de diciembre de 2010

Ciudad sin sueño (OMEGA - Morente y Lagartija Nick)

Apretaba una mañana fría, gélida, como sólo suelen darse cuando eres estudiante y temprano, casi de amanecida, subes la cuesta del campus de la Cartuja en los meses de otoño. Pese al frío, poco tardó en visitarnos un agua que punzaba hasta el alma.

En esas mañanas de “rasca” gustaba de hacer honores a mi pueblo, y así, como buen paisano bañusco, antes de la faena, rondaba palomas en los bajos de la Facultad. En vano busqué mezclarme entre una maraña de frenéticos consumidores de cafés y siervos de no hacer nada, esa mañana ya venía con sello. Al poco, perdido en mi escasa estatura, me extrajo de la multitud la manaza de Hilario, iliturgitano de pro, defensor de los buenos tiempos del “Don Pedro” y compañero de muchos avatares, seguro que menos de los que deseara.

- Hace un buen día de migas -me dice.
- Lo hace -le contesto.
- Pues en el piso tenemos bastante pan duro y aquí ningún afán por ganar plaza de oyente.

Pocas veces tenía que darme excesivos argumentos para alterar planes apenas gestados.

Una vuelta temprana al piso, suponía maridar desde bien pronto con José María Ortiz, “el cles”, también conocido por las Granadas más folclóricas, a bien decir de él mismo, como “el semental de Sierra Morena”. En realidad, En sus devaneos entre el Osuna 1 y Almanjáyar, era el sexto inquilino de aquel remendado tugurio del Osuna 10, en la vertiente noreste de la Plaza de Andalucía. Cuando bien podía, hacía tempranera en nuestra guarida llevando por delante unos merengues o algún embutido de su último alarde musical por las Alpujarras (cobraba en especie).

En sus viajes más que existenciales por nuestros lares, nos fue introduciendo en un mundo flamenco que iba arrebatando concepciones premeditadas. Esa mañana de migas acabó en una madrugada surrealista entre gente “jonda”, vinos de barril, su espléndida guitarra, Hilario a las palmas y un servidor sujeto sobre una caja simulando dar vida a un garito parejo al “Patapalo”. Aunque aún no acabo de creerme la escena, la resaca flamenca fue calando en mis entrañas abriendo una pequeña cicatriz en el corazón, que ahí, aunque adormecida, sigue.

Tranquilo genio, ¡qué de aquí no te has ido!


lunes, 13 de diciembre de 2010

El Cable aéreo de El Centenillo (Baños de la Encina)

Las vicisitudes que hubieron de pasar los primeros directivos de la empresa minera de El Centenillo, en relación con las comunicaciones y el transporte de las cargas (tanto mineras como de suministros), debieron ser bastante dificultosas. Los primitivos transportes con acémilas de mulas por el pedregoso camino de herradura, tan sólo mejorarían en parte con la construcción de la pista de tierra a La Carolina. Como dejaba escrito el buen centenillero Francisco Pérez Rayo en sus “Añoranzas y recuerdos de El Centenillo”: “…causan asombro las añejas fotografías de aquellos tiempos, en las que se ven recuas de hasta cuarenta mulas tirando de un enorme carromato, todo de hierro, el legendario Carretón, cargado de voluminosas calderas…”

El 8 de noviembre de 1911, el ingeniero jefe del distrito minero hace saber que Arturo Gerald Romer, representante de la Sociedad New Centenillo Silver Lead Mining Cº Lt., ha solicitado autorización para la construcción de una nueva línea de transporte por cable aéreo entre las minas de El Centenillo y el apartadero de ferrocarril de Linares a La Carolina, situado entre los kilómetros 24 y 25 del mismo.

Al fin de este período, en 1913, se ponen en servicio tres cables aéreos de verdadera importancia: uno, desde las minas de "El Centenillo" a la línea del ferrocarril de Linares-La Carolina, entre sus kilómetros 24 y 25, con longitud de 12.500 metros, sistema Pahlig, accionado por motor eléctrico de 23 kilovatios. El segundo cable, también del mismo sistema, está destinado al servicio del grupo minero "El Guindo"; y se compone de dos tramos, de los cuales, el primero, va en línea recta desde la estación de carga de "El Guindo" hasta la estación motriz de "La Manzana", salvando 107 metros en longitud de 870, mientras que el segundo va desde la estación de "La Manzana" a la de descarga en la estación del ferrocarril de La Carolina, con longitud de 6.470 metros. Pertenece al tercer transporte aéreo a la sociedad "Minas de Castilla la Vieja y Jaén", destinado al servicio desde el grupo minero "El Sinapismo" a la mina "Rafaelito", y desde ésta al apartadero situado en el ferrocarril de Linares-La Carolina, a distancia esta última estación de unos 300 metros.

El cable aéreo de El Centenillo tenía una longitud total de de 12.500 metros y estaba dividido en dos tramos; uno, desde el grupo minero hasta la margen izquierda del río Grande, en la Pasada del Castaño, y otro, desde ésta al apartadero. En la Pasada, el cable cambiaba de dirección, formando un ángulo de 160º. Entró en servicio en 1913. Por la Estadística Minera de ese año, sabemos que era de sistema tricable, construido por la casa Eöhlig, de Colonia, accionado por un motor eléctrico A.E.G. de 23 kw que estaba alimentado por un central instalada en las minas que transformaba la energía de 2.100 V a los 120 V con los que funcionaba. La capacidad de los baldes era de 180 litros y su carga máxima de de 300 kg cada uno. Se desplazaban a 2,5 metros por segundo y la instalación estaba calculada para transportar 100 t diarias en jornadas de 10 horas. Estuvo en servicio hasta 1958 y, a partir de esa fecha, los transportes de mineral y materiales se realizaron por medio de camiones.

Este funicular de carga, conocido como El Cable (de cable aéreo), alcanzaba en un principio hasta la llamada “Pasada del Castaño”, en el río Grande, con un recorrido de casi 4 km. Sobre el año 1913 se prolongó en un total de 12 kilómetros rectilíneos, rozando cimas y soslayando profundos barrancos, hasta alcanzar la Estación-apartadero, en el primer tercio del ferrocarril Carolina-Linares (el Trenillo). Gruesos cables de acerado alambre, fijados en altas columnas, servían para el rodar de las acanaladas poleas de las que pendían las vagonetas. Éstas, a su vez, eran impulsadas por una ligera cuerda móvil que se deslizaba sobre otras poleas, adosadas a las mencionadas columnas metálicas.

La fuerza motriz del Cable, radicaba en la terminal de El Centenillo. Al principio, producida por máquina de vapor surtida de una vieja y voluminosa caldera que, semejando una locomotora varada, se resguardaba en un cobertizo anejo a la terminal. Su larga chimenea, que traspasaba el tejado, volvió a escupir espeso y negro humo veinte años más tarde, cuando el potente motor eléctrico viose privado de energía, en las restricciones de los cuarenta.

Un ágil y arriesgado operario, llamado “guarda-líneas”, vigilaba el buen estado de conservación del Cable. Su peligroso oficio, en un continuo encaramarse en columnas y vagonetas en marcha, estuvo salpicado de accidentes, casi siempre mortales; manteniéndose ocupado el empleo gracias a un atractivo sobresueldo.

A finales de los años cincuenta fue suprimido el ferrocarril Carolina-Linares, lo que llevó aparejado el desmantelamiento del viejo Cable del Centenillo.

Aún podemos observar las chapas de la techumbre de las naves, en las que aparece el sello del puerto británico de embarque, y la excelente factura de sus muros de pizarra, cuya fábrica se presenta al modo “espina de pez”.

Texto extraído de las siguientes Fuentes para su presencia en la web de "Paisajes Mineros de Jaén":

1.- “Historia de una ciudad: La Carolina, 1767-1967” de José Rubio González (1967).
2.- “Añoranzas y recuerdos de El Centenillo” de Francisco Pérez Rayo.
3.- “Minería en Sierra Morena: 1.- Desde el Argar a Linares; 2.- El distrito minero de La Carolina” de Francisco Gutiérrez Guzmán (2007).

Fotografía gentileza de la "Asociación de Amigos de El Centenillo"

sábado, 4 de diciembre de 2010

Cuentos y relatos de Sierra Morena. Manolo Villén

Cuando me metí en faena con el libro de Manolo Villén “Cuentos y relatos de Sierra Morena”, cierto es que pensé que lo leería con cierta pesadez pues entendía que me iba a encontrar caza y más caza. Y no es que esté en contra de la práctica cinegética o que me disguste, pero es verdad que hubo un tiempo que llegué a tenerle cierta fobia y de ahí ese cierto resquemor. Me explico.

Me pase la fase final de mi niñez y mis comienzos en la vida de los mayores escuchando y escuchando lances, recechos, esperas, monterías y tiros y más tiros. La panadería familiar a lomos de mi primo José María, mi tío Antonio, a veces mi padre, y Miguelín, y “el quijás”, etc., etc., más parecía el Frente del Ebro que una tahona de bollos; raro era el día que firme en mi puesto, en la retaguardia del peso, no acababa agachándome bajo el silbido de una bala o la atropellada carrera de un marrano. De aquí mis reticencias ante un buen número de episodios cinegéticos conversos a papel.

Pero bueno, es cierto que los cuentos, como las personas, no es bueno evaluarlas con la primera impresión.

En aquellos años de monólogo cinegético (mi faena era de oyente), al venir la mañana, pasaba de echar una mano en el horno a hacerme cargo de la venta del pan hasta que, apremiado por el colegio, era acompañado y después relevado, primero por la abuela para luego serlo por mi madre (Catalina). Pues en aquellos años conocí a un señor pequeño y serio que llegaba a primera hora, con las primeras luces, pese a su avanzada edad y pocos menesteres. En cierto modo me llamó la atención por ser la primera persona que tenía como encargo un pan especial para aquellos años: un bollo sin sal. El motivo parecía estar en problemas de salud.

Bueno, pues aquel señor con cara de pocos amigos pasó bastante desapercibido para mí hasta el día que no tuve otro acierto que mezclar su bollo con los normales y dejarlo sin su encomienda. Esperando un desaire por su parte y una no menos regañina del lado de mi padre por causa del desacierto, encontré un buen amigo de conversaciones.

Pues así fue, aquel señor que vivía en la calle Santa María y que hasta entonces parecía tener una cara bastante agria, resultó en realidad ser una persona de una disciplina tremenda, un gran autodidacta, un sereno conversador de lo cotidiano; un hombre que hacía de las cosas más nimias una lección de vida. El primero que conocí de una lista de señores mayores a los que valía la pena escuchar hablar de sus cosas y quehaceres, como luego lo serían Antolín, mi tío Dioni o, mucho después, Fernando, mi cuñado. Un gran maestro de esos a los que vale la pena poner atención, se aprende bastante.

Pues la misma ricia cometí con el libro susodicho. Esperando una secuencia de escenas de caza, que lo son, encontré el camino para llegar a lo más profundo de las entrañas de nuestra sierra, a su corazón. Sus cuentos (palabra mágica donde las haya) y relatos te ofrecen una aventura que comienza a los pies de nuestro pueblo y se desarrollan en la Sierra Morena parida por sus hijos. Y aquí paro no le reviente su discurso al bueno de Doe.


Quillo (he vuelto a nacer) - los enemigos

Andábamos de chanteo con la cosa de los cuentos, cuando por la cuerda apareció aquel envite de un medicucho algo destartalado y bastante taciturno que, en un ataque de loca cordura aunque pareciera arrogancia, tiró por la trocha rompiendo jarones y dándole el aire a todo bicho serreño. Finalmente, metió churras entre merinas y sólo sacó de la treta el morral vacío y roto.