tag:blogger.com,1999:blog-57453592505267555052024-03-19T09:48:42.400+01:00el cotanillo.....horneamos experienciaselcotanillohttp://www.blogger.com/profile/03420710081914864243noreply@blogger.comBlogger762125tag:blogger.com,1999:blog-5745359250526755505.post-13751398971143553592024-03-11T20:07:00.002+01:002024-03-12T10:14:27.001+01:00De símbolos apotropaicos<span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">Al hilo de nuestro castillo, embarrados en discernir si sus murallas son
de origen califal o almohade, cuando anecdóticamente ambos periodos históricos se
rigen bajo el cetro de un califato, o si fueron erigidas por gracia y buen
criterio de Alhakén II o se levantaron por orden de Yusuf al Mansur como pieza
destacada en una compleja partida de ajedrez, hay uno y mil detalles de interés
que han quedado relegados en el altillo de la desmemoria. Apoyados en el báculo
de Patricio, en su disparata manera de mirar e interpretar, lo que a primera
vista nos puede parecer una minucia a poco que le demos una repensada se hace
un sillar que nos arma un castillo. Así ocurre con la entrada de la fortaleza,
desfigurada a fuerza de tantos usos y retoques, o la decoración de sus lienzos,
donde no llegamos a discurrir con claridad si se trata de un complejo
esgrafiado o un simple encintado, pero que presenta un buen número de
singularidades. Ese es el caso de la afamada flor de cuatro pétalos presente en
una almena, pero también de un zigzag a contracorriente de la norma, un pequeño
y sencillo 'capitelillo' o la sucesión de lo que podríamos denominar como varias cruces
de San Andrés, cuando en realidad podría ser el eje vertical de una <i>sebka</i>. Aunque lo que más me llama la atención es el último hallazgo, que
descubrí recientemente mientras paseaba con la perrilla, un doble y singular ‘alquerque
de doce’ dibujado en vertical sobre un cajón del lienzo de muralla. ¡Vamos, lo
que en Baños llamamos un tablero de Los Lobos! Con una posible función apotropaica,
podría ser un símbolo protector realizado tras la conquista castellana del
castillo. Si ya me lo decía con su vozarrona el bueno de Antonio, por lo que me
toca y contrario a la costumbre: ‘si la puerta la hicimos tu chacho <i>el Fino</i> y un servidor, de peón’.</span><div><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><br /></span></div><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXQ1_w_ykXFB14dyTqX_XzR4RLsyAWaAXM1yYt0BjPfklqXbUMWiL1eL51I6SZZ-MT50brml8t3W10Q24mBp13as7Aq-wbzNzFPP9E70xlJYWYHxkPfUClYVeuk68UNkljPLH0C0zvXGV6gcvWU7NUAsDZe_k9yCUOUu49pd8vaJ4Qh0WrTbzPTuOgfUQ/s851/295603925_5550542594977514_3561511760246823776_n.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="782" data-original-width="851" height="368" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXQ1_w_ykXFB14dyTqX_XzR4RLsyAWaAXM1yYt0BjPfklqXbUMWiL1eL51I6SZZ-MT50brml8t3W10Q24mBp13as7Aq-wbzNzFPP9E70xlJYWYHxkPfUClYVeuk68UNkljPLH0C0zvXGV6gcvWU7NUAsDZe_k9yCUOUu49pd8vaJ4Qh0WrTbzPTuOgfUQ/w400-h368/295603925_5550542594977514_3561511760246823776_n.jpg" width="400" /></a></div><br /><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><br /></span></div>elcotanillohttp://www.blogger.com/profile/03420710081914864243noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5745359250526755505.post-36805042405669890252024-03-04T20:24:00.003+01:002024-03-06T13:11:17.799+01:00La edad<p><span style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-align: justify;">Casi de
siempre, desde que siendo bien chico descubrí que en mi pueblo había presencia
de una cultura antiquísima, he hurgado en cada uno de sus recovecos para
descubrirme e identificarme con el terruño que modelaron hasta hacerlo suyo. Con
ese afán, he perseguido un hilván de pizarra, aunque en silencio me decía mucho,
he mirado en el descosido de toda charabasca por si ocultaba un ripio enmudecido
y he husmeado en el interior de cada hormazo de piedra para tirar del hilo que tejiera
cualquier historia. Y procediendo de esta manera, el otero de La Verónica no
quedó ajeno a un trajín tan ilusionante. Tan sencillo como la ‘rociá’, que brilla
con el primer hilo de luz de la mañana, aquellas extrañas corralizas me insuflaron
el suficiente ánimo para no abandonar tan prematuras inquietudes.</span></p><p><span style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-align: justify;">En el lugar,
de muy zagal y mirándome en mis mayores, aprendí a caminar sin un ápice de
vértigo por la estrechez de la herradura del río y a salir del barranco sin que
se me quebrara el aliento. Después, mucho después, cuando supe de terrazas, acrópolis
y fortines, con los ojos como rastros diseccioné cada palmo de tierra, desentrañé
cada ripio de piedra y, con cada tiesto, creí experimentar lo que pudieron sentir
nuestros ancestros al manipular una pieza que era un útil cotidiano. Busqué y
mil veces busqué… una roca bermeja, ancha y abarquillada para moler grano, una
espiral tallada en una estela o una cazoleta horadadas en la roca, ¡qué no sé
qué demonios simboliza! Pero también hurgué allí donde pudiera haber un cacho
de barro con el pellizco de un mamelón, la quebrada forma de una tulipa o el
toque aristocrático de una copa funeraria, y todo con la ilusión de empuñar una
alabarda o ataviarme con una diadema de plata. Me encaramé a un bastión,
supuestamente altanero y ahora doblegado por el peso del tiempo, y oteé su
horizonte. Zigzagueé por sus estrechos e imaginarios adarves sin presentar
batalla y quise apreciar sobre un altozano distante una señal de alerta, una estela
de humo que se elevaba entre una cohorte de pavesas.</span></p><p><span style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-align: justify;">Pero, inmerso
en aquel desatino, no fui capaz de desentrañar su esencia verdadera. Fue tarde,
quizá en el ocaso de un silencioso día de otoño, cuando aprendí a detenerme un
instante, sentarme sobre una peña y observar cada detalle del entorno, por
nimio que fuera. Entonces y sólo entonces fui capaz de experimentar lo que
aquella gente sentía al comulgar con la naturaleza que los envolvía; fue
entonces que disfruté de algo tan sencillo como el horizonte por donde manaba
el río, un paisaje que se retorcía una y cien veces huyendo hacia un norte que
se difumina en la memoria de los tiempos. Quiero creer que fue entonces cuando descubrí
las bondades del viento, la lluvia y el olor a tierra mojada.</span></p><p><span style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-align: justify;">De tanto
mirar a la acrópolis jamás vi lo que se derramaba a su vera. Colgado del
barranco, acunado por el tiempo y domeñado por el olvido, el huerto siempre
estuvo ahí, como sus piedras, sus pozas y sus bancales, como una extensión
diacrónica del poblado argárico. No supe verlo, Y como si fuera un eco
atemporal del viejo martillo minero, allí estaba también la callada voz de sus
hortelanos, clamando por llamar mi atención como sirena huérfana de marinero. Cicatrizados
sobre la roca, aquellos versos siempre estuvieran así de cerca, como una huella
imperecedera, casi eterna, pero no supe verlos. Mi criterio histórico me dice que
el huerto, con su corraliza de cabras, fue después que el poblado argárico de
La Verónica, pero lo cierto es que el uno y el otro siempre fueron. Esa manera
de construir no es modo cultural de un momento histórico concreto, en verdad es
la manera de hacer que nos impone esta tierra, tan áspera y tan difícil de
doblegar. Desde los comienzos de la Humanidad hubo unas directrices para lidiar
con esta tierra, y la dominaban los pobladores de La Verónica y los constructores
del huerto de la ‘Bizca’, pero también la conocían a pie juntillas los que
armaron el </span><i style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-align: justify;">rajal</i><span style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-align: justify;"> de las colmenillas o
el pantanillo del arroyo Rumblarejo. Con el tiempo, triunfó la desmemoria y una
supuesta racionalidad que no tiene nada de humanidad y sí de expolio. Doblegamos
unas maneras de hacer e, imitando al norte, perdimos el sur. Como paquidermos,
penetramos en la rueda de la productividad, en el mecánico hastío de la rutina
diaria, en gastar, tirar y quemar, nos dejamos llevar por la filosofía del
despojo. La tierra siempre nos dictó sus normas, pero ahora las repudiamos
olvidándolas en la ancha papelera del escritorio.</span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Se nos dijo
que había que correr para llegar lo más lejos posible…, y el camino perdimos la
humanidad y el criterio para dilucidad la verdad de la mentira. Y como idiotas seguimos
perdiendo el tiempo, y hasta la vida, intentando adelantar a los demás.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Inmersión en
la pecera, / inmersión en tu pecera, / inmersión en mi pecera.<o:p></o:p></span></p><p>
<span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">¡Listos para la inmersión!</span></p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTzjLYMUDXOXvEwK7PqBgED6ANgIAHGt0QPrKnO-ltDMs3At-Ec6fMtaUzmyl0BRVsNRPXHuYcJ-x2BBR1tSRjW4epLrFVIo8jU7O-lY71Ib4FMlpf4WN1QeM6Wkgt8HKJKju0yg-uhEuFyZPMgWyiMf_RZadtxLf68FEyF0Cj2jFKUtVPsXXI8g_rtvU/s1600/9.JPG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1171" data-original-width="1600" height="293" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTzjLYMUDXOXvEwK7PqBgED6ANgIAHGt0QPrKnO-ltDMs3At-Ec6fMtaUzmyl0BRVsNRPXHuYcJ-x2BBR1tSRjW4epLrFVIo8jU7O-lY71Ib4FMlpf4WN1QeM6Wkgt8HKJKju0yg-uhEuFyZPMgWyiMf_RZadtxLf68FEyF0Cj2jFKUtVPsXXI8g_rtvU/w400-h293/9.JPG" width="400" /></a></div><br /><span style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-align: justify;"><br /></span><p></p>elcotanillohttp://www.blogger.com/profile/03420710081914864243noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5745359250526755505.post-47903644292019081662024-02-26T20:40:00.001+01:002024-02-26T20:40:42.202+01:00Cerro del Cueto<p>O<span style="white-space-collapse: preserve;">cupado desde la primera Edad del Bronce, el cerro del Cueto fue protagonista principal de la riqueza minera de su entorno (cobre arsenicado y galena argentífera). Así lo constatan las excavaciones arqueológicas realizadas tanto en el interior como al exterior del castillo de Baños, que han alumbrado testimonios cerámicos y herramientas de piedra también usadas en la cercana rafa minera del Polígono-Contraminas (que fue aprovechada ya en la prehistoria reciente, pero también en época romana y por sacagéneros en la primera mitad del siglo XX). Pero también se ha identificado estructuras murarias pertenecientes a la muralla y las viviendas de un antiguo poblado argárico y función metalúrgica (segundo milenio antes de nuestra era), así como una escalinata de acceso a la meseta central y capiteles labrados en arenisca pertenecientes a un templo romano tetrástilo (cuatro columnas) y carácter funerario, posiblemente dedicado a una tal Ilicia (en las excavaciones se localizó una estela con este nombre). En el interior del castillo, pero en niveles almohades y utilizadas como solería de calle, se pueden apreciar numerosas losas de piedra que también podrían proceder del mausoleo; por su parte, al exterior dela fortaleza, en diversos puntos del conjunto histórico, se han localizado varios cipos o pilastras de granito, completos o fragmentados, que podrían corresponder a los fustes de las columnas del citado templo funerario. Menos conocido, pero no de menor interés, es la existencia de numerosos tambores de piedra, hoy muy dispersos (uno de ellos se conservó hasta hace poco en las instalaciones superiores del Centro de Adultos), pertenecientes a pilastras con columnillas adosadas que podrían dar forma a un pórtico de arcos apuntados y tradición gótica. Posiblemente edificado a finales del siglo XV, paralelamente a la fábrica inicial de San Mateo, debió pertenecer a la Casa del Alcaide, aunque también tendría otras funciones de carácter administrativo, y que posteriormente sería reutilizada como soporte edilicio de la iglesia de Santa María del Cueto.</span></p><p><span style="white-space-collapse: preserve;">Fotografías: Sebastián Moya García, director del proyecto de excavación del castillo.</span></p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhqAam-OD47JiFD9dyLfoJJotRkrqXfgefzjTclXiB0sV556vMn8Uhf7a2YH-eux9QsR1_QrjaguuiAwFukZok2T2cFATBatJC7vUhj1-7J0BJek6HLMObW0atMNhPhx-1C11RICgHP2eE2IY4Agczx20Nv0W7NRUCry0fcg3AhyphenhyphenTXdEfQ_wW5LY_rbTF0/s1600/5.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1600" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhqAam-OD47JiFD9dyLfoJJotRkrqXfgefzjTclXiB0sV556vMn8Uhf7a2YH-eux9QsR1_QrjaguuiAwFukZok2T2cFATBatJC7vUhj1-7J0BJek6HLMObW0atMNhPhx-1C11RICgHP2eE2IY4Agczx20Nv0W7NRUCry0fcg3AhyphenhyphenTXdEfQ_wW5LY_rbTF0/w400-h300/5.JPG" width="400" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6jo-kqNEdhB1a1wXa9mF9_s2jNTjaTgC2uttr85OKQirY0W-o17XkuLCUmkYyyaiuC6A13BsdS_m1L7P4uONeBo3ekbAy3l-GLGZeDYTvQRQwHE1XyW6R7rIuz1yVF-QncaUguheRHq0nZHOb7SJO0j8_4ljb9fY4RukblAcfuYUxJ_543HLNC0OxGRg/s1600/3.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1200" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6jo-kqNEdhB1a1wXa9mF9_s2jNTjaTgC2uttr85OKQirY0W-o17XkuLCUmkYyyaiuC6A13BsdS_m1L7P4uONeBo3ekbAy3l-GLGZeDYTvQRQwHE1XyW6R7rIuz1yVF-QncaUguheRHq0nZHOb7SJO0j8_4ljb9fY4RukblAcfuYUxJ_543HLNC0OxGRg/w300-h400/3.JPG" width="300" /></a></div><br /><span style="white-space-collapse: preserve;"><br /></span><p></p>elcotanillohttp://www.blogger.com/profile/03420710081914864243noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5745359250526755505.post-10937405150132833212024-02-13T20:19:00.009+01:002024-03-12T19:00:32.166+01:00La 'fábrica' de San Mateo<p class="MsoNormal"><span style="background: white; font-family: "Times New Roman",serif;">Con toda probabilidad, mis correrías por Valdeloshuertos comenzaron
pronto, pero creo que no guardo en la retentiva ninguna mella anterior a la balompédica
que ahora me trae.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="background: white; font-family: "Times New Roman",serif;">Encajado en la cabecera del barranco, el campo de fútbol era más bien recortado,
pero, por la lozanía de su herbazal, nada tenía que envidiar a las mejores
canchas provinciales —entiéndase a nivel corral de cabras al uso—, más aún si
consideramos que hasta entonces nuestros tropiezos con la pelota se habían limitado
al empedrado de las eras de Casa y Vidalón o al polvoriento terreno de juego de
la ‘vuelta la pera’. De hecho, había quién se veía sacando el córner en una de
las esquinas del Bernabéu o lanzando un penalti en el mismísimo Camp Nou. Uno
callaba. En mis adentros, esperaba saltar del banquillo y calentar la banda del
Manzanares. Cauce arriba, cerraba contra un giro del arroyo de los Huertos y la
alberca de Patrocinio, mientras que por donde huían las aguas moría contra el
puente de la traída de aguas de Gorgogil. Al otro lado de la obra hidráulica,
pasada la conducción, emergían la singular noria del Morito y su alberca, semiexcavada
en la piedra. Por la margen fluvial derecha, bajo el castillo, rompía contra la
roca del antiguo camino de Valdeloshuertos y la vereda de las Aguas y, por el
lateral contrario, se deshacía bajo las aguas del arroyo y contra su murete de
encauzamiento.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="background: white; font-family: "Times New Roman",serif;">Hoy, todo aquello, es un erial de cardos, estiércol y ‘madres’, un
chortal de agua sucia.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="background: white; font-family: "Times New Roman",serif;">Con todo aquello, y para ser fieles a la verdad, mis primeros recuerdos
sobre Valdeloshuertos navegan sobre una barcaza desguazada, un navío que
regurgitaba singladuras que nunca fueron y quedó apeado “in aeternum” en la
margen fluvial de la ‘cola’, junto al puente de las aguas de Gorgogil. Fondeada
en aquellos jirones del embalse de la <i>Cerrá</i>
de la Lóbrega, nos evocaba lo que nunca fue, galeón de Manila abierto a los inmensos
océanos.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="background: white; font-family: "Times New Roman",serif;">Cierta tarde de aquellas de estar mano sobre mano, con mucho que
inventar y más que desbaratar nos vimos zarpando con rumbo imaginario y siempre
exótico, pero sin otra meta que la orilla contraria, la del cerro del Gólgota o
del Algarrobo. Sin capitán y con mucho grumete, unos pocos se subieron al navío
mientras que el resto nos fuimos a la orilla de enfrente, a esperar en mejor puerto.
Como a todas luces la barca hacía aguas, y no había más herramienta para
achicar que una vieja y oxidada lata de tomate, la barcaza pareció venirse a
pique. En esas estaba la tripulación, cuando el grumete de proa, no teniendo
cofa a la que subirse y viendo que el bote se iba al garete, se tiró a las procelosas
aguas del Rumblar de aquellos años, una condensación negruzca de aguas
embalsadas y residuales. La cosa estuvo en que no había más de tres cuartas de
líquido putrefacto y el timonel cayó de la peor manera: en plancha y a todo lo
largo que le daba el cuerpo. A la vuelta, improvisando artificios que justificaran
el naufragio fluvial, los que íbamos de punto en blanco caminábamos a paso
ligero para evitar el tufo hediondo de los que, a bordo, habían recreado una
aventura tan disparatada.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif;">Al hilo de
todo esto, o quizá no, el barranco me inducía numerosos interrogantes que todavía
hoy bullen por mi cabeza y que llevó mucho tiempo mascando, como el posible
origen romano de la fuente Cayetana. Y con ese roe que te roe, con cada
caminata a Peñalosa me decía el próximo día me echo el metro, que esas piedras
no me dan la talla romana. Y día con día regresaba con las mismas. Aparte de
otros inconvenientes, y que a primera revista me daba mal tufillo el tamaño poco
ciclópeo de sus sillares, el poco desgaste de las piedras me olía a quemado,
sobre todo en las esquineras. Una carga tan pesada, de tantos siglos, y la abundante
humedad del lugar debían dar una cara que no llegaba a ver. En su fábrica tampoco
reconocía el aparejo almohadillado, tan normalizado en la arquitectura clásica
romana, y me llamaba la atención la ausencia de cualquier tipo de muesca, ya
fuera para mover las piedras con palanca o tenaza, y grapa. De doble cola de
milano, u otras soluciones más sencillas, el hueco de las grapas solía rellenarse
con plomo fundido para asegurar el perfecto ensamblaje de las piedras. Por
supuesto, ni rastro de ‘opus caementicium’. Pues eso, que no había ocasión para
echarme el metro y medir las proporciones de los sillares, creía que en esa
cuestión podría estar la resolución del asunto.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif;">Cierto
día, en una de aquellas idas y venidas, recordando los buenos consejos de mi
abuelo José María, hice de mi capa un sayo y tiré de lo más sencillo, de lo que
uno tiene más a mano. Por arriba, dejé la vieja vereda de las Aguas, ahora
ensanchada en todos sus términos, y bajé por un senderillo mal pergeñado
dispuesto a medir el asunto mediante cuartas y dedos. Sí ya me sorprendió que
todos los sillares tuvieran la misma altura, una cuarta y cinco dedos </span><span style="font-family: "Times New Roman",serif; mso-fareast-font-family: Times;">—</span><span style="font-family: "Times New Roman",serif;">de los míos</span><span style="font-family: "Times New Roman",serif; mso-fareast-font-family: Times;">—</span><span style="font-family: "Times New Roman",serif;">, más me llamó la atención que entre
los sillares apareciera una fina laja de pizarra, por cierto, siempre presente
en las construcciones monumentales de Baños desde la más temprana Edad Moderna
(finales del siglo XV), y que la unión de las juntas presentara una estrecha capa
de argamasa elaborada con cal, por norma ausente en los buenos aparejos
romanos. Conocer aquellos datos me alimentó aún más la curiosidad y, como quien
pierde el último tren, salí escopeteado para el pueblo. Sin saludar a ninguno
de los contertulios, que por aquellas horas ya pululaban por la plaza, me fui a
medir mano en ristre la obra vieja de la iglesia de San Mateo, la gótica. Como
diría aquel, ¡¡eureka!!, los sillares inferiores presentaban una cuarta y cinco
dedos de altura. Y, por supuesto, como en el viejo ingenio hidráulico de la
Cayetana, entre los sillares de la parroquial no faltaba el mortero de cal y su
correspondiente lajita de pizarra. Y con las mismas, ahora sí, me fui a casa a
buscar el metro y conocer la correspondencia en centímetros. Pues nada, 29,6
cm. No había lugar a dudas, aunque la fábrica no fuera romana, los maestros de
obra de San Mateo sí habían tomado el pie romano como medida de longitud. No era
nada extraño pues, levantada durante el gótico más tardío, la influencia del
renacimiento italiano, y por tanto la herencia romana, ya empezaba a tener
presencia en el arte castellano.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif;">Con todos
estos argumentos, igual yerro, pero interpreto que el aparejo de la alcubilla (fuente)
primitiva </span><span style="font-family: "Times New Roman",serif; mso-fareast-font-family: Times;">—la otra, la más moderna que cierra en bóveda de ladrillo, se levantó mucho
después, en el primer tercio del siglo XX— bebió en gran parte </span><span style="font-family: "Times New Roman",serif;">de la obra más vieja de San Mateo,
siguiendo un mismo patrón: pie romano, pizarra (para amortiguar la rigidez de
la arenisca) y mortero de cal. Ahora, eso sí, tras analizar toda la fábrica de
la parroquial, pude apreciar que los sillares de la Cayetana presentan muchas más
similitudes con el aparejo de las ampliaciones posteriores, las que tienen
lugar durante el primer tercio del XVIII. De una parte, los sillares de ese
momento, sobre todo los de la cabecera de San Mateo, son mucho más uniformes en
altura que los góticos; y, remirando con más detalle, ¡ay de mí!, los sillares
de la Cayetana muestran un fino ribete o encintando exterior mucho más pulido
que el núcleo del sillar, el mismo que está presente en los sillares del crucero
y la cabecera de San Mateo (1732) y, justo enfrente, ¡en los de la Casa Grande
(1724)! Pero también son similares a los utilizados en Jesús del Camino (1719),
la cabecera del camarín, sacristía y casa de los santeros del Santuario de la
Virgen de la Encina (1723), Casa Consistorial, Jesús del Llano (1682-1744) y,
de manera singular, en la portada de la casa parroquial de Santa María del
Cueto (1787), aunque también en casonas de cierto renombre, como Casa de Priores
(1756) y Escalante (1767), entre otras. Pese al mucho daño que hicieron los
encalados y la posterior bujarda, juraría que esta manera tan específica de
trabajar la fábrica, incluida la obra más primitiva de la Cayetana, se ejecutó en
el primer tercio del siglo XVIII siguiendo un mismo patrón: los sillares fueron
labrados bajo la batuta de unos maestros de obra muy concretos y, aunque no con
un único cincel (escoda), fueron tallados por oficiales picapedreros gestados
en la misma escuela.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif;">Con todo
ello, y sin riesgo de equivocarme, la primera obra gótica de San Mateo señaló el
rumbo que habría de seguir toda la fábrica constructiva posterior: aunque los sillares
estén muy bien labrados y exhiban una perfecta cuadratura (caso del Ayuntamiento
o la Casa Grande), en las juntas siempre aparece la pizarra y el mortero de cal.
El canon impuesto en San Mateo no sólo encarriló la manera de hacer de la obra religiosa,
también lo hizo con la civil, en todas sus acepciones (casa consistorial,
tercia, cerco, carnicerías, ingenios hidráulicos, etc.), y marcó la impronta de
las construcciones más populares, las que hoy dibujan la imagen general de nuestro
pueblo. Aun con estos argumentos, hay quienes, erróneamente y de manera
generalizada, se confunden y piensan que la arquitectura bañusca es típicamente
medieval.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal">
</p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif;">Grave
error.<o:p></o:p></span></p>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="text-align: left;"> </span><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgw6thyphenhyphenJ1cne55nk2GT1P4ASV7tyMZU4x868iRlYBZp-P0YDa7tQjjQQMpsFCe3TH-zkMDGKqnvYereS3CFRXaF44Jyti0wMu_BOW1EBE7BwxcAUWZwed35h3Sq5xZVlhTV_heROuEb7AsQcEOXxLOTA5SH-TYPc5vVzWVMgry2ayNUSKwV-JbRe4bc3rE/s960/527037_367433346643806_399215260_n.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="960" data-original-width="640" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgw6thyphenhyphenJ1cne55nk2GT1P4ASV7tyMZU4x868iRlYBZp-P0YDa7tQjjQQMpsFCe3TH-zkMDGKqnvYereS3CFRXaF44Jyti0wMu_BOW1EBE7BwxcAUWZwed35h3Sq5xZVlhTV_heROuEb7AsQcEOXxLOTA5SH-TYPc5vVzWVMgry2ayNUSKwV-JbRe4bc3rE/w266-h400/527037_367433346643806_399215260_n.jpg" width="266" /></a></div><div style="text-align: center;">San Mateo desde el castillo</div><div style="text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirlCDUYTJc5zoaDOqaO7im-YwiyS5I_G31-cxIZNGRSdoGdX85MsJYVnYy5AjUFCD6RI_N2ZpEU80YwB56BQhVCn68WUyoeRFsVTbC9zye1rNZ50gI6ZHtYahioswbv1A94v99Ygo67YfFeYzvUEvOZeHRDN6T9DVog3hPYIG9p3q8qSj-_5MQe_kay0c/s720/FB_IMG_1698086104085.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="540" data-original-width="720" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirlCDUYTJc5zoaDOqaO7im-YwiyS5I_G31-cxIZNGRSdoGdX85MsJYVnYy5AjUFCD6RI_N2ZpEU80YwB56BQhVCn68WUyoeRFsVTbC9zye1rNZ50gI6ZHtYahioswbv1A94v99Ygo67YfFeYzvUEvOZeHRDN6T9DVog3hPYIG9p3q8qSj-_5MQe_kay0c/w400-h300/FB_IMG_1698086104085.jpg" width="400" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZeVsJ-N35_kO38JF0vaO83yXRHKMiZI4q4IYJbKvRI5-M_PsEYdsNSyXq3lVdjBRn5XZkE-BjksBGt8IuGG8A5vtctD9IdGpiO3-zw7RcdAoVxZoMwQpZO73UDddzLLIMYAel5NxPRODvePfz9PwxIhfrDzNsT_ig3JdlR_gbLyar6DbH1ZapLDVvPa8/s720/FB_IMG_1698086111437.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="540" data-original-width="720" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZeVsJ-N35_kO38JF0vaO83yXRHKMiZI4q4IYJbKvRI5-M_PsEYdsNSyXq3lVdjBRn5XZkE-BjksBGt8IuGG8A5vtctD9IdGpiO3-zw7RcdAoVxZoMwQpZO73UDddzLLIMYAel5NxPRODvePfz9PwxIhfrDzNsT_ig3JdlR_gbLyar6DbH1ZapLDVvPa8/w400-h300/FB_IMG_1698086111437.jpg" width="400" /></a></div><div style="text-align: center;">Sillares de la fuente Cayetana</div><div style="text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgB2y3jELKccx9a0RpJDBqiTAlib2on76_dyod2bAyH6Nlb-CUsMKAGwkwZXE3EJl-Z_Uhk9l_pxN_z7a7jFRrTNd-dxSDA0SveX1VZBJJ4A4kOgkeGq7OgytoYKyt8tkiUBl0P_RFs4xyXl7Y0NXOEdqoRfryqi4UtRPpNb3pi7rC_gbzwxhYSyPUSJos/s1600/318081085_5926758634022573_6678751630902118854_n.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1600" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgB2y3jELKccx9a0RpJDBqiTAlib2on76_dyod2bAyH6Nlb-CUsMKAGwkwZXE3EJl-Z_Uhk9l_pxN_z7a7jFRrTNd-dxSDA0SveX1VZBJJ4A4kOgkeGq7OgytoYKyt8tkiUBl0P_RFs4xyXl7Y0NXOEdqoRfryqi4UtRPpNb3pi7rC_gbzwxhYSyPUSJos/w400-h300/318081085_5926758634022573_6678751630902118854_n.jpg" width="400" /></a></div><div style="text-align: center;">Fuente Cayetana</div>elcotanillohttp://www.blogger.com/profile/03420710081914864243noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5745359250526755505.post-28176238537135641902024-02-07T18:59:00.002+01:002024-02-07T18:59:59.057+01:00Naufragio en el Rumblar<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt;"><span style="background: white; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Con todo aquello, y para ser fieles a
la verdad, mis primeros recuerdos sobre Valdeloshuertos navegan sobre una
barcaza desguazada, un navío que regurgitaba singladuras que nunca fueron y que
quedó apeada en la margen fluvial de la ‘cola’, junto al puente de las aguas de
Gorgogil. Fondeada en aquellos jirones del embalse de la Cerrada de la Lóbrega
o Rumblar, nos evocaba lo que nunca fue, galeón de Manila abierto a los inmensos
océanos.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt;"><span style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Cierta
tarde de mano sobre mano, mucho que inventar y más que desbaratar nos vimos
zarpando con rumbo imaginario y siempre exótico, pero sin otra meta que la
orilla contraria, la del Gólgota o cerro del Algarrobo. Sin capitán y con mucho
grumete, unos pocos se subieron al navío y el resto nos fuimos enfrente, a
esperar y buscando buen puerto. Como a todas luces la barca hacía aguas, y no
había más herramienta para achicar que una vieja y oxidada lata de tomate, la
barcaza parecía venirse a pique. En esas estaban, cuando el grumete de proa, harto
de sacar agua y no teniendo cofa a la que subirse y agarrarse, viendo que el
bote se iba al garete, se tiró en bomba a las siempre procelosas aguas del
Rumblar de entonces. La cosa estuvo en que no había más de tres cuartas de líquido
putrefacto y el timonel cayo sentado. A la vuelta, improvisando artificios que justificaran
el naufragio fluvial, los que íbamos de punto en blanco caminábamos a paso
ligero para evitar el tufo hediondo de los a bordo de tan disparatada aventura.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt;"><span style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhO3XO-Nh9t77FbE2vBl3IaqTXo6OBSJA4zMINs3usZl0HUN_ttdQkyw30gMGjJBJcynoMhaoJ5iwfJrH97JvQyHGV-3s_ZcRJ0M2k2asEneDxRbLlXvkEdw4wfOsEGUCWxgixkUAQmojQf0OVC563M_352ThXPgL4GSgLf8mV7HUGs7rR3Dupp7HUKRHU/s2048/12356284_10153800825588734_456079741_o.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1344" data-original-width="2048" height="263" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhO3XO-Nh9t77FbE2vBl3IaqTXo6OBSJA4zMINs3usZl0HUN_ttdQkyw30gMGjJBJcynoMhaoJ5iwfJrH97JvQyHGV-3s_ZcRJ0M2k2asEneDxRbLlXvkEdw4wfOsEGUCWxgixkUAQmojQf0OVC563M_352ThXPgL4GSgLf8mV7HUGs7rR3Dupp7HUKRHU/w400-h263/12356284_10153800825588734_456079741_o.jpg" width="400" /></a></div><br /><span style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Fotografía: Antonio Moreno 'Miravés'</span><p></p>elcotanillohttp://www.blogger.com/profile/03420710081914864243noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5745359250526755505.post-90619945980107314582024-01-05T18:42:00.004+01:002024-01-06T20:08:49.635+01:00'Campo de fútbol' de Valdeloshuertos<p><span style="background-color: white; color: #606060; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Con toda probabilidad, mis
correrías por Valdeloshuertos comenzaron pronto, pero no guardo en la retentiva
ninguna mella anterior a la que ahora me trae.</span></p><p><span style="background-color: white; color: #606060; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Encajado en la cabeza
del barranco, en términos de proporciones, el campo de fútbol era más bien
cortito, pero, por la lozanía de su herbazal, nada tenía que envidiar a las
mejores canchas provinciales —entiéndase a niveles corral de cabras al uso—,
más aún si consideramos que hasta entonces nuestras cabalgadas se limitaban al
empedrado de las eras de Casa y Vidalón o al polvoriento terreno de juego de la
‘vuelta la pera’. De hecho, había quién se veía sacando el córner en una de las
esquinas del Bernabéu o lanzando un penalti en el Camp Nou frente al mismísimo
Sadurní. Uno callaba y calentaba, esperando saltar del banquillo del Manzanares.
Cauce arriba, cerraba contra un giro del arroyo de los Huertos y la alberca de
Patrocinio, mientras que, por donde huían las aguas, moría contra el puente de
la traída de aguas de Gorgogil; al otro lado, pasada la conducción, emergían la
noria y alberca del Morito. Por la margen fluvial derecha, bajo el castillo,
rompía contra el camino de Valdeloshuertos y la vereda de las Aguas. Por
frente, se deshacía en las aguas del arroyo y su murete de encauzamiento.</span></p><p><span style="background-color: white; color: #606060; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Hoy, todo aquello, es
un erial de cardos y estiércol, un chortal de agua sucia.</span></p>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdsXadGxSCP0WnNH6i9Z1Edw6WWJFELTheHabDCjt4ZBeR0qBKvzFhJ3HSiXmyngkdGAS_JCU6v7O6FfBkgd7TA5joNAzzVtGBzSosZ4pQ1zHJUkLW3J97ItpSY9_sykRdF_d46aImhk9DUXEYaYYsXxiD9Hejm4shLM2s_sdlplB6LnDZwfVaBXRZVCw/s3264/20180529_185444.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1836" data-original-width="3264" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdsXadGxSCP0WnNH6i9Z1Edw6WWJFELTheHabDCjt4ZBeR0qBKvzFhJ3HSiXmyngkdGAS_JCU6v7O6FfBkgd7TA5joNAzzVtGBzSosZ4pQ1zHJUkLW3J97ItpSY9_sykRdF_d46aImhk9DUXEYaYYsXxiD9Hejm4shLM2s_sdlplB6LnDZwfVaBXRZVCw/w400-h225/20180529_185444.jpg" width="400" /></a></div><span style="font-size: x-small;"><div style="text-align: center;">Hisn Banya desde Valdeloshuertos</div></span><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiargVKRzeCeGiwVodZ2ZBKsDn-cZdbDYL9V26xPQYs8ao7n3LCl1Job4WuoJqS3FNQNDwUGyOuTYXouksOd4gK4k8IVwyOhs1fZtBVRh9ENRAjU2NlQQuXaQ2KBV0ibYOCXejPU_QxY-AfxkJSfaLA44WGUdsb4ngTzKDciFtzNwQkpVaEFmgarcq2FOI/s1024/18.JPG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="750" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiargVKRzeCeGiwVodZ2ZBKsDn-cZdbDYL9V26xPQYs8ao7n3LCl1Job4WuoJqS3FNQNDwUGyOuTYXouksOd4gK4k8IVwyOhs1fZtBVRh9ENRAjU2NlQQuXaQ2KBV0ibYOCXejPU_QxY-AfxkJSfaLA44WGUdsb4ngTzKDciFtzNwQkpVaEFmgarcq2FOI/w293-h400/18.JPG" width="293" /></a></div><span style="font-size: x-small;"><div style="text-align: center;">Noria del Morito</div></span><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirTHkRuQyIZ8_-X8zwsY_rLwJowZ1_HwQ62bOyt-iZ5GI1z0-wr7YXOQtitY9l-10Hnc_o_Rktyb01B97jFucd0jNUPckHmnCj0AwYuxg-8N1uM268pQUzTd3MpLvCiaj-PVjji01ODP0t83fqmNazhpgS4vvxkTOOMYqoCbqepDhXdjyveGT4Rr-A-Bo/s1792/HPIM0067.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1312" data-original-width="1792" height="293" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirTHkRuQyIZ8_-X8zwsY_rLwJowZ1_HwQ62bOyt-iZ5GI1z0-wr7YXOQtitY9l-10Hnc_o_Rktyb01B97jFucd0jNUPckHmnCj0AwYuxg-8N1uM268pQUzTd3MpLvCiaj-PVjji01ODP0t83fqmNazhpgS4vvxkTOOMYqoCbqepDhXdjyveGT4Rr-A-Bo/w400-h293/HPIM0067.JPG" width="400" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtsKE2rQAN4LY9tA-mw-owp4SrcCU5RgXoMpOr28QZwp-K8cok0mbtejQh7q6mKeOmw0qdLP_b7Gcu8UQrTdU69v9-LpgdgCxcbzUu57oFEfNQ5vwBVPNuWxmF_irsS-1b4Yih5djIuOJG37N3flJhkOQOAiOyYwQFCodOaAeZKzm5BycDkBG92W3Aj1Y/s1792/puente.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1312" data-original-width="1792" height="293" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtsKE2rQAN4LY9tA-mw-owp4SrcCU5RgXoMpOr28QZwp-K8cok0mbtejQh7q6mKeOmw0qdLP_b7Gcu8UQrTdU69v9-LpgdgCxcbzUu57oFEfNQ5vwBVPNuWxmF_irsS-1b4Yih5djIuOJG37N3flJhkOQOAiOyYwQFCodOaAeZKzm5BycDkBG92W3Aj1Y/w400-h293/puente.JPG" width="400" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: small;">Afamada cancha de Valdeloshuertos</span></div><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 6pt 0cm; text-align: center;"><br /></p>elcotanillohttp://www.blogger.com/profile/03420710081914864243noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5745359250526755505.post-30542826131816470642024-01-03T19:00:00.001+01:002024-01-03T19:00:36.839+01:00Muerte<p><span style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Las casuchas eran de piedra encalada y un blanco que
rayaba la pulcritud, algo achaparradas y de sencilla simetría en sus fachadas. Encastradas
las unas con las otras, la cubierta cerraba con vigas de encina y carcoma, monte,
barro y teja moruna. Emulando a las corralas, y por fuerza de la costumbre, familias
de todo pelaje compartían cuartos y portales, colchones de lana y chinches,
penurias y una solidaridad que sólo conocen aquellos que nada tienen que perder.
Y es que apenas se consigue media cuerda de tierra, se la ciñe con alambre de
espino. Estaban situadas a uno y otro lado del viejo carril de Mestanza, un
viario mal enlosado con cascajos de piedra que rompía contra la Cruz de las
Azucenas. Más allá del viejo rollo de jurisdicción merina, antesala y pórtico
de la ermita, arrancaba un llano polvoriento y ‘colorao’, el del Santo Cristo, una
tierra que fue del común, y en justicia de nadie, que venía a deshacer el
concierto de la doble hilera de casuchines. Comenzaba allí un desorden no
concebido con voluntad propia ni cartabón. De entre las canteras de asperón, centenarias
y atestadas de boñigas, sin apenas desdibujar el ocaso se levantaban unos negros
bardales cimentados sobre la nada. Junto a los cortados, entre quiñones de
tierra calma y cabrerizas para el ganado, se cosechaba miseria. Alguna cuadra, cuando
no paridera decadente, numerosos estercoleros y unos cuantos chamizos desperdigados
apenas daban para vestir lo menguado del llano. A modo de epílogo, una docena
de eras pergeñadas con ripios eran preámbulo del calcinado horizonte serrano.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Y en medio de aquella tormenta urbana, —según palabras
de la </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Recortá</i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">—, se alzaba el
monumental féretro de Jesús del Llano, la ermita.</span></p><p><span style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">En noches de borrasca como aquella, Juana, que
llamaban </span><i style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">la Recortá</i><span style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;"> por su escasa estatura y bulto, hacía
honor a su apodo intentando dormir encogida, como si fuera muy poca cosa, en un
chamizo del atrio trasero de la iglesia. Medio en vela, aseguraba que en aquellas
madrugadas dormía con los pies en alto no fuera a fulminarla un rayo. Todo aquel
que sabía de ella, la recordaba desde siempre como santera y mujer responsable
de sus tareas, nacida en el tajo e hija, nieta y bisnieta de santeras. Pero en
noches de trajín eléctrico, pese a todo su afán y querencia por lo que
custodiaba, todo le traía al pairo…, incluido su buen consorte que nunca
llegaba con hora. </span><span style="background: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Y era <i>Horacico</i> cojo y marido de la susodicha, hombre de huerta que tenía
por oficio la verdura y la botella por devoción. En la tarde de marras, el tipo,
que debido a su poca salud temía mojarse, echaba cerrojo a todas y cada una de
las tabernas del pueblo. Evitando calarse por fuera, acababa empapándose por
dentro.</span></p><p><span style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Y aunque la señora parecía bien
avenida con toda clase de duelos, la poca querencia que tenía por las tripas del
santuario le venían de chica, le olían a muerte. Para la mayoría de los parroquianos,
la iconografía de la iglesia, con su repertorio de imágenes, lienzos y
pinturas, era un aparejo para instruir a los iletrados, un manual perfectamente
ilustrado con la vida de María, mujer y madre, que, con su ejemplo, te llevaba
por buen camino para alcanzar la gloria, magníficamente representada en el
camarín. Pero </span><i style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Ca</i><span style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">, —decía la </span><i style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Recortá</i><span style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">—, aquello era un bulo. La
susodicha renegaba afirmando que el mamotreto de piedra era como un enorme
mausoleo al uso de la Capilla del Salvador, en Úbeda, o de las mismísimas
pirámides de Egipto. Y este, como aquellos, se levantó como honras y para mayor
gloria de los promotores de la ermita, pues no era una casualidad que sus
restos descansasen en lugar principal, bajo el presbiterio y en la antesala del
camarín del Cristo.</span></p><p><span style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">—Según argumentaba la desdichada—, nada
más entrar en la iglesia ya se recibe el hedor de la parca. Estampados en la
cal del sotocoro, desdibujados por la temblorosa llama de los velones, pueden
verse los lúgubres frescos que representan al infierno y a la mismísima </span><i style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">condená</i><span style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">, que no es otra cosa que un
esperpento del demonio. Te reciben con un latinajo bíblico propio del castellano
más castizo, “</span><i style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">recuerda hombre que polvo
eres y en polvo te convertirás</i><span style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">”, y te dan turno con la señora de la
guadaña. Unos pasos por delante, en la solería de la nave y bajo la barbuda y
alada estampa de cronos, se derrama un damero de escaques blancos y negros, el
ajedrezado donde se dirime la apuesta de vida y muerte que uno ha puesto sobre
el tapete de juego. Irremediablemente, el asunto siempre concluye con jaque
mate. Juana pierde.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif;"><o:p><span style="font-size: 12pt;"> </span></o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; font-size: 12pt; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigQfGkD5qF3BneFsgXFju9m0vWk8JVPcYxvWwP5no1clO_FStGiN3rX1YwUl-SggB5nIWL7-K93BZT62uCGcIPbHZNO0Dp8a7TuhkVKNqg8W1yVzYsBQg4CU0NSnIRQvcagJJn_13YlJG8Q2G8a2V4InCQBHpYaIOmgLyU3QmtGWG-fWfUVUmipcY11rU/s932/dragon.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="588" data-original-width="932" height="253" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigQfGkD5qF3BneFsgXFju9m0vWk8JVPcYxvWwP5no1clO_FStGiN3rX1YwUl-SggB5nIWL7-K93BZT62uCGcIPbHZNO0Dp8a7TuhkVKNqg8W1yVzYsBQg4CU0NSnIRQvcagJJn_13YlJG8Q2G8a2V4InCQBHpYaIOmgLyU3QmtGWG-fWfUVUmipcY11rU/w400-h253/dragon.jpg" width="400" /></a></div><span style="font-size: x-small;"><div style="text-align: center;">Demonios del infierno</div></span><div class="separator" style="clear: both; font-size: 12pt; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjee4CgzHFCzgIMObQoFz-cyKM93DLQJOdQOpzUul4OZhL_dAisiTTGGWCXFVjWhZ7XOxYxqerzEsprqIrelM56yspij6EGxlcELif3b5kqpsb6s8SSvTq8SlehaPAjmxiVGgm_RolOLT36IOKGpMNRNCCEBftA7zNYqkcI7Qj91p6K24Vai4p3JogFQ3U/s960/13912333_1288589711152010_6278479048513603998_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="960" data-original-width="639" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjee4CgzHFCzgIMObQoFz-cyKM93DLQJOdQOpzUul4OZhL_dAisiTTGGWCXFVjWhZ7XOxYxqerzEsprqIrelM56yspij6EGxlcELif3b5kqpsb6s8SSvTq8SlehaPAjmxiVGgm_RolOLT36IOKGpMNRNCCEBftA7zNYqkcI7Qj91p6K24Vai4p3JogFQ3U/w266-h400/13912333_1288589711152010_6278479048513603998_n.jpg" width="266" /></a></div><span style="font-size: x-small;"><div style="text-align: center;">La <i>condená</i></div></span><p></p>elcotanillohttp://www.blogger.com/profile/03420710081914864243noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5745359250526755505.post-45875023162861072182023-12-26T20:32:00.005+01:002023-12-27T09:11:35.353+01:00La rueda de Navidad<p><span style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">De cuando chico, los encuentros con las fiestas de
renombre, cada una con lo suyo, no se encuentran entre el repertorio de mis
mejores recuerdos. Es posible que no ocupen ni tan siquiera un hueco en lo más
profundo de mi memoria. Cuando no era por asuntos familiares, la cosa venía por
las obligaciones de la edad. En la mayoría de las ocasiones pasaron de refilón
y sólo sabía de aquellas onomásticas porque no había colegio.</span></p><p><span style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Pese a estos argumentos, al poco de tener los primeros
roces con las obligaciones de mi progenitor, comenzó a llamarme la atención el mucho
trajín de esos días y el gran revuelo que se producía en el horno. Aquellas
celebraciones traían en el capazo una bulla de mujeres y niños que superaban con
colmo la desazón cotidiana. Cuando apenas enfilaba el alba, de la cada vez más difusa
oscuridad emergía una vibrante procesión de lebrillos y garrafas de aceite amarrados
en precario equilibrio a las curvas de unas señoras que primero me eran anónimas,
pero que con el tiempo se fueron abriendo un hueco entrañable en una memoria
que día con día se iba tejiendo en lo más profundo de la penumbra.</span></p><p><span style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">En mis comienzos, casi ningunas eran mis obligaciones más
allá de curiosear en lo novedoso, estorbar o distraer a todo Cristo. Con aquella
espesura de señoras, llegaba una turba chiquillos, estropicios y regañinas con
algún coscorrón. Pero también, según mediaba la mañana y la tormenta mudaba en
calma chicha, encontraba un hueco para reconocer la magia que encerraba la
alquimia de mi padre.</span></p><p><span style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Mis primeras navidades llegaron muy tarde, o al menos así
lo recuerdo si no damos por válido algún chispazo de la desmemoria donde me veo
jugando a pistoleros con los camellos del belén. Los hilos que los tejen me
hablan de unas pocas tardes molestando a pie de una mesa de pino, ancha y alta,
tanto que superaba la medida de mis deseos. Para aquellos momentos, el horno ya
estaba frío y el ambiente era bastante gélido. La luz era tenue y la sala
dormía el más plácido silencio. Y allí veía a mi padre dándole puñetazos a una mole
deforme, una masa terrosa que, contra toda voluntad, parecía desmoronarse estrepitosamente
como muchos de mis deseos. Aunque intento auparme por encima del armazón y mover
con cierta gracia el plastón, aquello se me venía encima una y otra vez.</span></p><p><span style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">La sonrisa de mi padre me desaconseja un nuevo
intento.</span></p><p><span style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Desistiendo de lo imposible, me sitúo en la esquina
contraria, junto a un cuezo viejo, tanto como la memoria panadera de mis
ancestros, y una torre de latas rectangulares y ennegrecidas a fuerza de cocerse
la azúcar. Me alzó sobre una pequeña y desvaída canasta ocre, que me permite
elevar las manos sobre la mesa y observar con más detalle el trajín de mi padre.</span></p><p><span style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Con detenimiento, aprecio como de entre sus manos, y
con una maestría inquietante, la masa amorfa va cogiendo diferentes apariencias.
En primera instancia se asemeja a un volcán grumoso, pero en segundos se transformar
en una enorme torta circular de poco más de unos milímetros de gruesa. Es
entonces que apego lateralmente la cabeza al horizontal de la mesa e intentó
precisar el grosor exacto de cada torta. Y así una y otra vez, y juro que no
llegué a concluir como todas podían ser tan parejas.</span></p><p><span style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Cogiendo harina de un balanzón, la lanza con cierta
suavidad y estilo propio, como cuando uno ‘tiraba el trompo a </span><i style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">cepazo</i><span style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">’, sobre la cara superior de la
torta. Después la distribuye con la palma de la mano por toda su circunferencia
hasta conseguir que la superficie, otrora terrosa, tenga un tacto suave y cálido,
navideño diría yo. Sustrae del cajón inferior de la mesa varias figuras geométricas
y de hojalata, entre ellas una estrella de cuatro puntas que un viejo amigo, bromista
y chistoso, Eufrasio el Pelotas, le había moldeado con los restos de una lata
de tomate. Y comenzaba entonces un baile de manos trepidante. En unos instantes
hacía desaparecer la torta y dibujaba sobre la mesa una inmensidad estrellada, mientras tanto, yo pugnaba sin éxito por cosechar cada uno de los mantecados mixtos y alinearlos sobre mi cachito de cielo de negra hojalata. Aunque mi afán era desmedido, raramente conseguía
poner orden y no arreglaba un asunto cuando ya tenía encima una nueva mole de
masa terrosa que venía a ocupar el lugar de la anterior.</span></p><p><span style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Y ya sin el consejo de mi padre, con cada solsticio la
rueda vuelve a girar.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjiOGRM7MOwy_BlQqZnS-4g8blVdJE4wEesJBpSN4NV-wLQYuI2H_I2FgzwcWepKhKP8OVIg2r7JYk51xvRVCQpnQzE9pLcEiuIPa7onpTM0cVzZ9MImBZS5h5UNPqHiHRh4NtY5sppwnPSWG3toPyv8wfQVEhe-3Y7rHaXWpmRZk12l9wxwfQQITnVOz0/s1600/4.JPG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="825" data-original-width="1600" height="206" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjiOGRM7MOwy_BlQqZnS-4g8blVdJE4wEesJBpSN4NV-wLQYuI2H_I2FgzwcWepKhKP8OVIg2r7JYk51xvRVCQpnQzE9pLcEiuIPa7onpTM0cVzZ9MImBZS5h5UNPqHiHRh4NtY5sppwnPSWG3toPyv8wfQVEhe-3Y7rHaXWpmRZk12l9wxwfQQITnVOz0/w400-h206/4.JPG" width="400" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhB8bP3I4pDKuYqQD4ZptuxN98G-wVM56ftzOqfNVfD8rjkgfqGbyCR2jAujlHv-AECLOEPqXA1T9Qud8TH56UUpbravOrxYzb9SmqX4KdUImhl9G2YiHB5AMsSyBPDb0gJ8iG4M4XmWF55YOYi9mx6EFZf4_8oH19yNPEQvs_rBuD69N_FgdKPXU55P04/s1600/3.JPG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1171" data-original-width="1600" height="293" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhB8bP3I4pDKuYqQD4ZptuxN98G-wVM56ftzOqfNVfD8rjkgfqGbyCR2jAujlHv-AECLOEPqXA1T9Qud8TH56UUpbravOrxYzb9SmqX4KdUImhl9G2YiHB5AMsSyBPDb0gJ8iG4M4XmWF55YOYi9mx6EFZf4_8oH19yNPEQvs_rBuD69N_FgdKPXU55P04/w400-h293/3.JPG" width="400" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEggqdZDeojdROQTVTbqX6b2gCvbk5eXWEbnsAWJD7pDvH-4NbmzXsLkzM8Rfd1mSYaWXCIfh7APdzIa8wtuf9qe_OjPj7n4IEcREXbzGWi0rYmFxB0RWmXNpMKIpsR9Cxk-fvKHBHrlx-gi6CLi6Nybe10i9iVzInWbSFlvtl0FyYT_vz9oQNC244pkGGU/s1600/2.JPG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1171" data-original-width="1600" height="293" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEggqdZDeojdROQTVTbqX6b2gCvbk5eXWEbnsAWJD7pDvH-4NbmzXsLkzM8Rfd1mSYaWXCIfh7APdzIa8wtuf9qe_OjPj7n4IEcREXbzGWi0rYmFxB0RWmXNpMKIpsR9Cxk-fvKHBHrlx-gi6CLi6Nybe10i9iVzInWbSFlvtl0FyYT_vz9oQNC244pkGGU/w400-h293/2.JPG" width="400" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_gGSamAe68F9MNcT4rwNUrZfVlNRi4NpIqYyJc2Y_OTNbSBojXZcaNVVrGr51MKBYjWO9OV7Eg5yGDUsGxgJfSDyO-KBEdbT8FbHe6dmf73vujc9ZFoA6Jn2-G5UZyhLKBubPIv4IKI5MPXqML6c4I9f11sWJU67BxF1ICi4sT7BEt4v3qf95saaK0Rs/s1600/1.JPG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1171" data-original-width="1600" height="293" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_gGSamAe68F9MNcT4rwNUrZfVlNRi4NpIqYyJc2Y_OTNbSBojXZcaNVVrGr51MKBYjWO9OV7Eg5yGDUsGxgJfSDyO-KBEdbT8FbHe6dmf73vujc9ZFoA6Jn2-G5UZyhLKBubPIv4IKI5MPXqML6c4I9f11sWJU67BxF1ICi4sT7BEt4v3qf95saaK0Rs/w400-h293/1.JPG" width="400" /></a></div><br /><p></p>elcotanillohttp://www.blogger.com/profile/03420710081914864243noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5745359250526755505.post-47084712602056420622023-10-30T19:57:00.001+01:002023-10-31T16:58:04.811+01:00Cestería<p><span style="white-space: pre-wrap;">A media calle Cestería, un rincón que todavía agosta acunado por unas maneras de hacer que no entienden de prisas y agobios, nos remira un gato de pelo brillante que se relame con parsimonia y cierta desconfianza. A uno y otro lado de la calle, junto a la puerta de las viviendas, apreciamos algunos mojinetes de piedra, a modo de sencillos poyos cilíndricos elaborados con la excelente arenisca color salmón de las canteras locales. Las fibras de esparto, una vez cocidas bajo las aguas del río Rumblar* o soterradas en estiércol, eran majadas o machacadas sobre esta dura superficie mediante mazos de madera. Posteriormente, una vez domeñados los manojos de esparto, se utilizaban para trenzar pleitas y tomizas con las que fabricar serones, capazos, barjas, maromas…, y hasta canastas y cestas. Estos ingenios pétreos siguen salpicando la calzada y justifican el apelativo de la calle, que en origen no era otro que Cestería pese a que nos empeñemos en adornarla con el sobrenombre de Conquista. Como ocurre con Patricio, del que llegados hasta aquí no deben sorprendernos dislates, y sopesando que la poca población de la aldea bajomedieval no daría para la existencia de un gremio consolidado y jurídicamente constituido, hay quienes sugieren que la designación podría derivar de la presencia, más o menos estable y coyuntural, de un número incierto de asalariados que, en este enclave y cobijados en chozas o en las cuevas mencionadas más arriba, elaborarían el conjunto de la ‘industria’ vegetal necesaria y utilizada al por mayor para la colosal construcción de San Mateo (maromas, serones, esportones y esportillas, aguaderas, alpargatas, etc.). Otra opción posible es que fuera morada de gentes en continua mudanza, que eventualmente y de manera periódica se instalarían en el lugar. Este sería el caso de los gitanos canasteros —cesteros—, pues no en vano este oficio era una de sus principales dedicaciones laborales y por entonces, en las postrimerías del siglo XV y comienzos delas XVI, estas gentes ya llevaban algunas décadas viviendo en el Reino de Jaén. De este hecho ha quedado constancia en los ‘Hechos del Condestable D. Miguel Lucas de Iranzo’ (1462).</span></p><p><span style="white-space: pre-wrap;">* ‘Teniendo la Experienzia de que en los años faltos, y escasos de Aguas los pozos y fuentes de Agua dulze que sirven para el Abasto comun de esta Villa án escaezido de forma que ha sido preziso ocurrir por agua al Rio herrumbrar, y aunque no haya esta nezesidad muchas Personas la traen por ser espezial para conservazion de salud por su bondad, ordenamos que desde el dia fin de Mayo asta el Ultimo de octubre no se labe ropa, cure Lienza, ni se éche a Cozer Cañamo, Lino ni otra semilla alguna en dicho Rio desde el Molino de pan moler que llaman Zeron arriba pena de treszientos maravedíes á el que contravenga á esta disposizion áplicados por terzeras partes, Juez, Denunziador, y Caudal de propios de esta Villa’.</span></p><p><span style="white-space: pre-wrap;">Ordenanzas Municipales de Baños de la Encina y Villanueva de la Reina’, ordenanza 29</span></p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgKdlwUiFXXYbSdy7r5NNOgsd_ls-eDQia7y-5Mj_PhjjDqQ5st7Qj_CkKaUzZV5xV89fIc55ki-O5IAt64_ocrqoa_UlDVAMftCq24nO4k9qCgzVg0W3f5z46absk80ER1j27Djjs9joKZzj0urwFMMPBCOmsDX1_OkImmEfGo7eV64lF3kz3hLchg3QI/s4608/IMG_20230130_155902.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4608" data-original-width="3456" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgKdlwUiFXXYbSdy7r5NNOgsd_ls-eDQia7y-5Mj_PhjjDqQ5st7Qj_CkKaUzZV5xV89fIc55ki-O5IAt64_ocrqoa_UlDVAMftCq24nO4k9qCgzVg0W3f5z46absk80ER1j27Djjs9joKZzj0urwFMMPBCOmsDX1_OkImmEfGo7eV64lF3kz3hLchg3QI/w300-h400/IMG_20230130_155902.jpg" width="300" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvsFXHflKHLrXqLVwEWsEl5-ZrUpx5diXYWU-iIROcRGKyxf7lOkMWF08MqXaAb39JYAAD_sgkDVWd2WeirvO1v_VexgXhA5CN9VCAksPkH6fwdllqyNKXzN-xAtR93S7xQ7AldGtFkCka71yVTalBWV_n8i4c5AdUHfBnKgWGitigZJSytfzldsfwzTY/s4608/IMG_20230130_155952.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4608" data-original-width="3456" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvsFXHflKHLrXqLVwEWsEl5-ZrUpx5diXYWU-iIROcRGKyxf7lOkMWF08MqXaAb39JYAAD_sgkDVWd2WeirvO1v_VexgXhA5CN9VCAksPkH6fwdllqyNKXzN-xAtR93S7xQ7AldGtFkCka71yVTalBWV_n8i4c5AdUHfBnKgWGitigZJSytfzldsfwzTY/w300-h400/IMG_20230130_155952.jpg" width="300" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigfMHCbK3GXC_6nT5XltYqSeVntKL5eRv0LEUrQYUx28iu3-qAbpDbKFFAlnfYNevehLge0gh2fkTj6JhCjl5NY3DK6aYWrHSlOLenavgqzA0vH4D5Kn7psle3LSvegiQVVmvIH0TRWDOXC8lbSno9inqOdOkAp6Ca1D579eNDwPP277myOmYDNq0jcvE/s4608/IMG_20230130_155959.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3456" data-original-width="4608" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigfMHCbK3GXC_6nT5XltYqSeVntKL5eRv0LEUrQYUx28iu3-qAbpDbKFFAlnfYNevehLge0gh2fkTj6JhCjl5NY3DK6aYWrHSlOLenavgqzA0vH4D5Kn7psle3LSvegiQVVmvIH0TRWDOXC8lbSno9inqOdOkAp6Ca1D579eNDwPP277myOmYDNq0jcvE/w400-h300/IMG_20230130_155959.jpg" width="400" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTlK9sKW0nTZuMrSTIijsAuojI1WvA2BfFYvzRio8rlP7Ksdmfjh8ucp8eZ8FLQ4wDBXDwnO8ywbDvVukGMu11tchBAeXL6KCLHHI8QaKe47CYGbB5Rda5YB3XVLdNwF-3eR8KJJubgHe3cdC5zRqfQj5Pa0G0Wn2rOiuWn13nEYN8fjmsjYUhMA8MZKc/s4608/IMG_20230130_160030.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3456" data-original-width="4608" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTlK9sKW0nTZuMrSTIijsAuojI1WvA2BfFYvzRio8rlP7Ksdmfjh8ucp8eZ8FLQ4wDBXDwnO8ywbDvVukGMu11tchBAeXL6KCLHHI8QaKe47CYGbB5Rda5YB3XVLdNwF-3eR8KJJubgHe3cdC5zRqfQj5Pa0G0Wn2rOiuWn13nEYN8fjmsjYUhMA8MZKc/w400-h300/IMG_20230130_160030.jpg" width="400" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvRBshxY_Xgf4WA04MB8xif3x6w8hB4x2Y5BMW-CrztEdgMlCBictvbJg8wQML8Ed5rf2xVYLtNEhCFH1b547X4DvgqCKKZWFiK5rJaWm5bhsyIaUMC8-nfvcHEm_croi_RXgwPKD3lss0GbsXPYm3bhzFuSGV8mXnBUSaMOFynhkDlh8CtJgCKsmp2BY/s4608/IMG_20230130_160049.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4608" data-original-width="3456" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvRBshxY_Xgf4WA04MB8xif3x6w8hB4x2Y5BMW-CrztEdgMlCBictvbJg8wQML8Ed5rf2xVYLtNEhCFH1b547X4DvgqCKKZWFiK5rJaWm5bhsyIaUMC8-nfvcHEm_croi_RXgwPKD3lss0GbsXPYm3bhzFuSGV8mXnBUSaMOFynhkDlh8CtJgCKsmp2BY/w300-h400/IMG_20230130_160049.jpg" width="300" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglBe9-ix4u-A4-sM93pSv6Az-jubefNcGScUuh2kZh-K8sndSb7_BEe7wcSoCvOVxcK5-VF0EBfvY8LhygxrgQbLs_ZwT46_f3S1c_9j9NR7dbbXAJiqF_l7QKaWR5M3QR7X3_t5LV8q5NZ9CJsu6573KHUzXaK7xIg0KD4nnyEV8U23MgPj7LB2I9gCQ/s4608/IMG_20230130_160109.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3456" data-original-width="4608" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglBe9-ix4u-A4-sM93pSv6Az-jubefNcGScUuh2kZh-K8sndSb7_BEe7wcSoCvOVxcK5-VF0EBfvY8LhygxrgQbLs_ZwT46_f3S1c_9j9NR7dbbXAJiqF_l7QKaWR5M3QR7X3_t5LV8q5NZ9CJsu6573KHUzXaK7xIg0KD4nnyEV8U23MgPj7LB2I9gCQ/w400-h300/IMG_20230130_160109.jpg" width="400" /></a></div><br /><span style="white-space: pre-wrap;"><br /></span><p></p>elcotanillohttp://www.blogger.com/profile/03420710081914864243noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5745359250526755505.post-40061224924650553842023-10-27T12:47:00.001+02:002023-10-27T12:47:30.119+02:00De Santos<p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Corrían tardes como las de hoy, de las que barren el
verano y barruntan un merecido otoño, y aun así bufábamos sin disimulo y con el
mayor desenfreno.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Las obligaciones militares habían reducido la compañía
en los últimos Santos y año con otro la peña mermaba o crecía, cuando no era
que mudaban los integrantes. Quizá, por todo aquello, los que agostamos en caladero
fijo nunca faltábamos a nuestras ‘obligaciones’ con una fiesta tan señalada.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Por medio, nos desnudamos de lo que pensamos erróneamente
que eran lastres de la tradición y nos quedamos en nada, tan sólo con la facha.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Hubo ocasiones en las que se sumaron amigos y
compañeros de estudios, que diríamos ultramontanos, aunque en realidad
procedían de a tiro de piedra. Como fue el caso de Sergio e Hilario, que no
tuvieron otra que comenzar la ‘santería’, de antemano y por su cuenta, faenándose
una botella de anís en la mismísima puerta del Santuario, a la buena vista y severo
juicio de mi tía Rafaela. ¡Qué desatinos! En otra situación, y no buen
criterio, no tuvimos otra ocurrencia que ahogar al ‘cuatro latas’ de mi padre
en Navarredonda, viéndonos obligados a venir a pie y toda prisa desde la
Atalaya. Como por entonces el coche era una herramienta de trabajo, armamos tal
trajín que aún martillea en mi memoria.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Y en materia de abasto, cómo no recordar cuando nos
avituallamos de mucho pan, algo de aceite y poca chicha. Tan sólo llevamos dos
pollos para asar sin más aliño que nuestra mucha inexperiencia. Pan casi no
faltó, pero en lo que respecta a las gallináceas, la primera la engulló la
lumbre. Nada extraño, si consideramos que la parrilla que armamos era el
espaldar de una vieja silla de madera. Y qué contar del segundo que, siguiendo las
enseñanzas del precedente, nos lo hurtó un perro pulgoso, que no envidiaba calamidad
alguna al mismísimo podenco de don Alonso Quijano, y se lo tragó sin el mayor
pudor.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">En otro caso, con borrasca por medio, un enorme
barrizal y de perdidos al río, medio chasis de la moto de Félix acabó en los
asientos traseros de mi Simca…, y allí hubiera quedado por toda la eternidad de
no haber enviado a aquel blindado al desguace.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Pero un año en las que las vacantes fueron numerosas,
por no faltar a las buenas costumbres y porque mi primo Dioni y yo nos
aferrábamos a un hierro ardiendo en estas cosas de montar un sarao, armamos la
de Cristo a partes iguales con Atila, como nómadas errantes y sin rumbo. De
peña en peña, nos dio por dejarnos caer por esas sierras de dios en su ‘cuatro
latas’, que era más fiable que el mencionado más arriba. De compañía, una buena
ristra de chorizos, mucho pan de mi padre, sendos litronas de la tiendecilla de
Manuela y una impenitente cinta de ‘Egin’, un préstamo del Torreño que nos legó
un verdadero desconcierto musical.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">No fueron unos Santos de ir a preparar el chozo,
echarnos la manta a la cabeza y no montar nada, como otros que les precedieron
cuando la ‘partía’ andaba completa, con Juan y los Merguis, o en otras ocasiones
en las se sumaron Juan Carlos ‘el Pelao’ y Félix, o como cuando nos acompañó el
Toni de Santanita. Estos fueron de echar un rato a pie de la lumbre sin
organizar ningún dislate fuera de lugar, pero donde no faltaron las muchas
voces. Ahora, eso sí ¡los chorizos sudaron como nunca y dieron para mucho
concilio!</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Fueron unos Santos de un par de fines de semana, de mucha
bulla y ningún tropiezo. En cierta manera fueron raros, como ningunos otros, ¡únicos!
De los que con seguridad ya nunca repetiremos.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Ahora sí, el otoño llegó en serio.</span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><o:p></o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjx9cFsdZtCQiNRqnF4qLRR6n1Wig6-mAaf04MzfZ5E-oZGFI_pXjCAr20k_qBtDg-8Pfk9JTNn9faBt06gYDUx0hzxuJlZ7R7jLCwBXgAQeH1jNJygKoWUfh6-KIt0beqhQarG5NDdL20nmpde2g5_cfpQRbm3uBA8zMoTCMaAWZ94y8Dq4RQKfh5GRAo/s960/395350754_7029473233751102_8053977944101776455_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="960" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjx9cFsdZtCQiNRqnF4qLRR6n1Wig6-mAaf04MzfZ5E-oZGFI_pXjCAr20k_qBtDg-8Pfk9JTNn9faBt06gYDUx0hzxuJlZ7R7jLCwBXgAQeH1jNJygKoWUfh6-KIt0beqhQarG5NDdL20nmpde2g5_cfpQRbm3uBA8zMoTCMaAWZ94y8Dq4RQKfh5GRAo/w400-h300/395350754_7029473233751102_8053977944101776455_n.jpg" width="400" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhL7eq8tn_cEwolsBn1Za-JHqsL3o6CNPCo-9MlMGKllEE29mB1oGgDm22K3h2OeSPtbMNLeYWYjvvg6LVuykh0jIwtnNx_efqIHIv02J_W9kaA5rKywWm0mtFdCknE2raLqkBxGwOtsxNslQOSRM3nTfgmfpTYxpEel3vfVWEpVuaBRW4TGNkdG2vcBpI/s960/395302289_7029473267084432_4824602528204178360_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="640" data-original-width="960" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhL7eq8tn_cEwolsBn1Za-JHqsL3o6CNPCo-9MlMGKllEE29mB1oGgDm22K3h2OeSPtbMNLeYWYjvvg6LVuykh0jIwtnNx_efqIHIv02J_W9kaA5rKywWm0mtFdCknE2raLqkBxGwOtsxNslQOSRM3nTfgmfpTYxpEel3vfVWEpVuaBRW4TGNkdG2vcBpI/w400-h266/395302289_7029473267084432_4824602528204178360_n.jpg" width="400" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiEXI6Qn8e-1xv9u74y3ZblbKQ5AWKA82SCpmLMjSNMJZgqzullUJ9o7OsMOdOooJu2XnpneoDaJMDxowrp09kTZKKFbfXyEjhJPZ5dxRAiUXm05RNbFe1OC1U2YZwcBdfM5eMnzFudeBBa2TnBBLneLilotLN75pWxe72-dyII3GGb6NjdoJ6h_uQ2UpY/s1600/395251361_7029472833751142_2072800853199102043_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1200" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiEXI6Qn8e-1xv9u74y3ZblbKQ5AWKA82SCpmLMjSNMJZgqzullUJ9o7OsMOdOooJu2XnpneoDaJMDxowrp09kTZKKFbfXyEjhJPZ5dxRAiUXm05RNbFe1OC1U2YZwcBdfM5eMnzFudeBBa2TnBBLneLilotLN75pWxe72-dyII3GGb6NjdoJ6h_uQ2UpY/w300-h400/395251361_7029472833751142_2072800853199102043_n.jpg" width="300" /></a></div><br /><p></p>elcotanillohttp://www.blogger.com/profile/03420710081914864243noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5745359250526755505.post-75971461170905306342023-10-15T12:43:00.001+02:002023-10-15T12:43:24.401+02:00'Castilla' en Baños<p><span style="background-color: white; color: #606060; font-family: "Times New Roman", serif;">El carácter fronterizo de su sierra, a caballo entre la llanura manchega y
los valles que evacuan sus aguas a la cuenca del Alto Guadalquivir, ha
favorecido el protagonismo de sus puertos, desfiladeros y collados, ya fuera en
momentos de encarnizado enfrentamiento bélico o en periodos de fructíferas
relaciones comerciales. De esta manera, la actividad caminera y los trasiegos
comerciales a ella asociados, o la defensa del territorio, han dibujado toda
una red de caminos, puentes y pontanillas, castillos y fortines, fuentes, ventas
y mesones… que aún hoy salpica toda su geografía.</span></p><p><span style="background-color: white; color: #606060; font-family: "Times New Roman", serif;">Con diferencia, el baluarte militar que más reconocimientos atesora es su
castillo. Edificado durante el califato beréber, posiblemente a finales del
siglo XII, y siguiendo la más pura tradición hispano romana, el interior de su
recinto acoge evidencias materiales que arrancan en los albores de la Edad del
Bronce (Bronce argárico) y, sin apenas interrupción histórica, suma poblado
fortificado, </span><i style="background-color: white; color: #606060; font-family: "Times New Roman", serif;">torrus</i><span style="background-color: white; color: #606060; font-family: "Times New Roman", serif;"> íbera, mausoleo
funerario, </span><i style="background-color: white; color: #606060; font-family: "Times New Roman", serif;">burch</i><span style="background-color: white; color: #606060; font-family: "Times New Roman", serif;"> emiral, cementerios
cristiano, corral de juegos y hasta una pista de baile que igual giró al son de
un pasodoble que al frenético compás de Ska-P. Germen del actual pueblo de
Baños de la Encina, fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1931.</span></p><p><span style="background-color: white; color: #606060; font-family: "Times New Roman", serif;">Estudios recientes, cada vez más acertados y que nunca renuncian a reconocer
el mérito de los precursores, han ido desentrañando el magnífico y variopinto
patrimonio encastillado que este municipio de Sierra Morena acoge en su término
histórico.</span></p><p><span style="background-color: white; color: #606060; font-family: "Times New Roman", serif;">Así es. Durante la Edad del Bronce (1800 a. C), gentes de aculturación
argárica, y casi con seguridad procedentes de lo que hoy es la comarca de La
Loma, atrincheraron la cuenca del Rumblar mediante un metódico programa
organizativo, cuya finalidad no era otra que obtener un exhaustivo control del
territorio. De esta manera se aseguraban la más eficaz explotación de los
filones de cobre existentes en las entrañas metalíferas de Sierra Morena. En
este sentido, se levantan pequeños y recios fortines que controlan los pasos y
collados que, desde el valle del Nacimiento, dan acceso a la cuenca del río
Rumblar. Este es el caso los fortines de Migaldías y Playa del Tamujoso o la Era
de la Mesta. Y en el interior de la cuenca, sobre escarpas y espolones
naturales, se construyen y amurallan con lienzos y bastiones una serie de
poblados principales, mayores de una hectárea, que controlarían todo el proceso
extractivo y metalúrgico (Peñalosa, Cueto o Verónica, entre otros), aunque también
dibujarían el orden político y social que marcaría estos modos de habitar y
colonizar la sierra. Durante el Bronce Tardío y los albores de la primera Edad
del Hierro la cuenca del Rumblar sería un solar demográfico, pero aun así hay
ciertas reminiscencias del poblamiento anterior, como podemos apreciar en el
cerro del Cueto. Aquí se levanta, por entonces, un pequeño </span><i style="background-color: white; color: #606060; font-family: "Times New Roman", serif;">torrus</i><span style="background-color: white; color: #606060; font-family: "Times New Roman", serif;"> que reutiliza las estructuras preexistentes de tradición
argárica. Sin poder alcanzar una conclusión definitiva, su presencia podría
estar relacionada con un uso variopinto del territorio, que iría desde la
ocupación agraria de las tierras del piedemonte al control de los pasos de esta
parte de Sierra Morena (vados del Tamujoso). En esto último, quizá con
finalidad minera, aunque también propiamente caminera (relaciones geopolíticas
y comerciales con la Oretanía de la vertiente norte serrana).</span></p><p><span style="background-color: white; color: #606060; font-family: "Times New Roman", serif;">Posteriormente, durante época romana y persiguiendo ahora intereses mineros
(extracción de galena argentífera: plomo y plata), se levantan, de una parte, diferentes
fortines que vigilarían los pasos hacia las explotaciones mineras, y, de otra,
castilletes, que las regentarían asegurándoles protección. En este sentido, y encuadrado
en la segunda tipología, uno de los baluartes más representativos es con
seguridad el </span><i style="background-color: white; color: #606060; font-family: "Times New Roman", serif;">castellum</i><span style="background-color: white; color: #606060; font-family: "Times New Roman", serif;"> romano de
Salas Galiarda, pero también los de Escoriales y el Castellón del río Guadalevín.
En este primer caso, nos encontramos con un castillo que domina un paisaje
increíble desde las alturas del macizo del Navamorquín. La muralla norte
presenta un estado de conservación excepcional, tan evidente que nos puede
parecer de envergadura ciclópea, pero que en realidad sigue las pautas
constructivas propias de la República y el Alto Imperio, como dejan ver sus lienzos
y torres levantadas mediante </span><i style="background-color: white; color: #606060; font-family: "Times New Roman", serif;">opus
cuadratum</i><span style="background-color: white; color: #606060; font-family: "Times New Roman", serif;">. No muestra menor interés la batería de fortines que salpican
todo el escalón de Baños, mirando al valle de la Campiñuela y defendiendo los
pasos y collados que penetran en el pellejo serrano y minero. Algunos de ellos
aprovechan recintos anteriores, del Bronce, como son los casos del fortín de la
Playa del Tamujoso y la propia Peñalosa, donde se limitan a reutilizar parte de
la acrópolis occidental y defenderla mediante un sistema de doble foso. Pero
también hay otros que parecen ser de nuevo cuño, como es el caso de cerro del
Salcedo y, probablemente, de los Comederos de Garbancillares. El primero, situado
en las cercanías del Santuario de Nuestra Señora de la Encina, controlaba el
collado del barranco de la Fuente del Pilar dando paso a Navarredonda y la
cuenca baja del río Grande, puerta del territorio minero que gira en torno al
río Guadalevín (actual El Centenillo).</span></p><p><span style="background-color: white; color: #606060; font-family: "Times New Roman", serif;">En la baja Edad Media esta parte de Sierra Morena ha dejado de tener la
importancia minera que tuvo en otros momentos, o al menos no se hace uso de
esta fuente económica, pero su carácter abrupto y fronterizo la sigue posicionando
como estratégica. Primero, como escenario de las luchas encarnizadas que se
desarrolla durante la </span><i style="background-color: white; color: #606060; font-family: "Times New Roman", serif;">fitna</i><span style="background-color: white; color: #606060; font-family: "Times New Roman", serif;"> que
sacudió el emirato cordobés entre los siglos IX y X, posteriormente, de las batallas
que enfrentaron al reino norteño de Castilla con las diferentes oleadas
beréberes, primero almorávides y después almohades. Aunque en término bañusco nos
quedan pocas evidencias de ese primer periodo, este debió ser el caso de
nuestro </span><i style="background-color: white; color: #606060; font-family: "Times New Roman", serif;">hisn o iz</i><span style="background-color: white; color: #606060; font-family: "Times New Roman", serif;"> del Cueto, que,
reutilizando las estructuras precedentes, tanto del Bronce, como íberas y
romanas (templo o mausoleo funerario de Ilicia), se encastilló en altura para
tener continuidad durante el califato Omeya. Algunos ejemplos muy similares sí
los podemos identificar mucho más al norte, en los pasos de Despeñaperros,
donde estructuras muy sencillas, pero bien protegidas, en ocasiones
reutilizando estructuras murarias de carácter ciclópeo y posible origen íbero, controlaban
caminos imposibles. Esta es la situación del cerro del Castillo, sobre el
collado de los Jardines, Peñaflor y el Castellón de los Órganos.</span></p><p><span style="background-color: white; color: #606060; font-family: "Times New Roman", serif;">En este sentido, y haciendo alusión al segundo término, a las batallas que
se desarrollaron entre los siglos XII y XIII, el castillo de Baños se posiciona
como elemento protagonista e integrado en una maraña defensiva mucho más
compleja, donde también tienen participación otros castillos y torres o
castilletes, </span><i style="background-color: white; color: #606060; font-family: "Times New Roman", serif;">hisn</i><span style="background-color: white; color: #606060; font-family: "Times New Roman", serif;"> y </span><i style="background-color: white; color: #606060; font-family: "Times New Roman", serif;">burch</i><span style="background-color: white; color: #606060; font-family: "Times New Roman", serif;">, que van salpicando todos y cada
uno de los pasos de esta parte de Sierra Morena. Así ocurre con fortificaciones
como los castillos de las Navas y Castro Ferral, en días situados en el término
privativo de Baños, aunque hoy le son ajenos; pero también es el caso del
discutido Burgalimar o </span><i style="background-color: white; color: #606060; font-family: "Times New Roman", serif;">burch al hamar</i><span style="background-color: white; color: #606060; font-family: "Times New Roman", serif;">,
que nos </span><i style="background-color: white; color: #606060; font-family: "Times New Roman", serif;">burch al hamman</i><span style="background-color: white; color: #606060; font-family: "Times New Roman", serif;">, cuya enorme
torre de cuarcita roja aún sorprende oteando vigilante la enormidad de la
fisonomía serrana. Los estudios más recientes certifican su localización al
norte del término bañusco, en el paraje de las Tres Hermanas y fiscalizando el
histórico camino de Baños a San Lorenzo, que en días fue de Cástulo a Oreto, en
las inmediaciones de la aldea minera de El Centenillo.</span></p><p><span style="background-color: white; color: #606060; font-family: "Times New Roman", serif;">Aunque pocas evidencias nos quedan de ello, durante el periodo mencionado
anteriormente o posiblemente en la etapa inmediatamente posterior, de la primera
ocupación castellana y cuando los calatravos son vanguardia y manejan la
batuta, el alfoz bañusco se ve salpicado de pequeñas torres de control visual. Así
ocurre con los pasos de altura, los que se venían ocupando desde la Edad del
Bronce, pero también con el llano, en las tierras inmediatas al piedemonte y
custodiando abastecimientos de agua junto a un camino que, ahora, canalizará
las avanzadillas calatravas. Entre los primeros, tenemos los casos de Buenos
Aires y la Celada, cuyas piedras, corriendo el tiempo, servirían para armar el
molino de viento del Santo Cristo y la ermita de Santa Domingo, junto a la
calera. Por su parte, entre los segundos, se cuentan otras infraestructuras
militares que gestarían con posterioridad ermitas, santuarios y caserías. Con
seguridad, esta es la situación del torreón viejo del santuario de la Virgen de
la Encina, pero es posible que también lo fuera de la casería del Salcedo y las
ermitas de san Marcos y san Ildefonso, la primera frente al fortín romano del
Salcedo y las segundas en la periferia de la aldea vieja de </span><i style="background-color: white; color: #606060; font-family: "Times New Roman", serif;">Vannos</i><span style="background-color: white; color: #606060; font-family: "Times New Roman", serif;">: san Marcos junto al pozo Nuevo y
san Ildefonso a la vera del pozo Vilches.</span></p><p><span style="background-color: white; color: #606060; font-family: "Times New Roman", serif;">Con la llegada de la Edad Moderna y la pacificación del territorio, los
baluartes otrora defensivos tendrán otras funciones y ocuparán otros enclaves.
Ahora, el empeño no es otro que fiscalizar el cobro de los impuestos que generan
los caminos y el comercio, principalmente la robda y el portazgo, y asegurarse
los ingresos generados por el arrendamiento de los pastos de un término privativo
enorme: el montazgo. Paralelamente, es su obligación guardar el camino y darle
avituallamiento. Con esta finalidad, se construyen el </span><i style="background-color: white; color: #606060; font-family: "Times New Roman", serif;">Cerco Aldeano</i><span style="background-color: white; color: #606060; font-family: "Times New Roman", serif;"> y
se sacraliza el torreón viejo del Santuario de Nuestra Señora de la Encina,
pero también se asegura la viabilidad de los caminos, muchos de ellos empedrados,
y se consolidan unos ingenios hídricos que hoy presentan un interés etnográfico
sobresaliente: alcubillas del Salcedo y la Serna, pozos Nuevo, Vilches, de la
Vega y Charcones, fuente del Barranco del Pilar y pilar de la Virgen.</span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif;"><o:p> </o:p></span><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMma19wkR2yXVDpPjw-Ndv0GcvEqfFtzq8pcWx5ewOot6uuLw4xgIGBjcvDyfPqAUmJ1Hd95dturK3lzf7aEewNKLqfhzVidVfGnnSlGA0fz69FHr5p13aqWveFXxC_WR2pU91ob0zgPGJiOFULKktCIEyL9qyyuPbUWn-MeGXy2hYgIbBtrsrnq0aWqk/s4608/IMG_20230422_100321.jpg" imageanchor="1" style="font-family: "Times New Roman", serif; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="3456" data-original-width="4608" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMma19wkR2yXVDpPjw-Ndv0GcvEqfFtzq8pcWx5ewOot6uuLw4xgIGBjcvDyfPqAUmJ1Hd95dturK3lzf7aEewNKLqfhzVidVfGnnSlGA0fz69FHr5p13aqWveFXxC_WR2pU91ob0zgPGJiOFULKktCIEyL9qyyuPbUWn-MeGXy2hYgIbBtrsrnq0aWqk/w400-h300/IMG_20230422_100321.jpg" width="400" /></a><span style="font-family: "Times New Roman",serif;"><o:p></o:p></span></p><div style="text-align: left;">Posible camino calatravo</div><p></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif;"><o:p> </o:p></span></p>elcotanillohttp://www.blogger.com/profile/03420710081914864243noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5745359250526755505.post-1169307664487742272023-09-23T13:22:00.000+02:002023-09-23T13:22:37.583+02:00La sacralización del refranero climático<p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">(…)</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Y ahora, situados
temporalmente en los últimos estertores de la Edad Media y con una población
cada vez más asentada e identificada con su territorio, ¿es posible que los
aldeanos que nos precedieron decidieran dar mucha más fuerza al magisterio,
grado protector y carácter sacro de sus refranes agroclimáticos? ¿Es posible
que dieran un paso hacia adelante y decidirán hacerlos visibles, tangibles,
legibles en el territorio? ¿Puede que nuestros paisanos del bajo Medioevo
quisieran tenerlos muy presentes y desearan representar sobre el terreno ese
santoral y sus refranes, lo que de positivo tenían aquellas enseñanzas? ¿Que
con este fin edificaran unas ermitas cuyas advocaciones simbolizarían los
contenidos de estos refranes y, por su secuencia lineal, narraran ordenadamente
el ciclo agroclimático más idóneo para sus intereses?</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Sí, existe esa
posibilidad.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">De manera paralela, y
quizá con este fin, implantaron un ciclo de fiestas, procesiones y romerías muy
concretas, estrictamente desarrolladas en un territorio en particular, que no
es otro que aquel camino que mayor reputación tenía en el pueblo y en aquel
momento histórico: el Camino de Andalucía en su tramo Majavieja o del
Santuario. Un eje viario que tenía como vértices, y aún sigue teniendo, la
parroquia del pueblo, a poniente, y el Santuario de Nuestra Señora de la Encina
a levante. Y así nos narra, a modo de estaciones y en este orden, haciendo uso
de las ermitas de San Ildefonso, San Marcos y Jesús del Camino.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Para que año agrícola
sea lo más fructífero posible, y por tanto se obtengan las mejores cosechas,
las lluvias deben llegar pronto, a comienzos de septiembre (mejor para la
Virgen, 8 de septiembre). De esta manera la </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">sementera </i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">se efectuaba tras
la festividad del santo (San Mateo), en pleno equinoccio otoñal. Ese mismo día
el Evangelista, en procesión desde la parroquia, en el marco de las tradicionales
fiestas de Los Esclavos y siguiendo el eje viario del camino, despide a la </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Madre
Tierra </i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">(Virgen de la Encina) que marcha a su santuario, a levante, al
comienzo del ‘todo’, y en plena campiña —a renacer gracias a la lluvia
regeneradora—. De esta manera se busca que la </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">diosa </i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">proteja los campos
mientras los fieles ruegan porque se conciba la mejor cosecha. Entonces y
durante la procesión, cuando llegan a la ermita de San Marcos, San Mateo cede
el testigo, la responsabilidad climatológica y la protección de la </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Diosa
Madre </i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">(fertilidad) a San Marcos y en la ermita homónima —cuya festividad
tiene lugar el 25 de abril—. San Mateo la despide en el atrio y regresa a su
parroquia, la procesión y la virgen siguen su curso por la traza del camino de
Majavieja. Este evangelista, San Marcos, no solo es protector de caminos (de
ahí su ubicación en un importante cruce), es también portero de las
beneficiosas aguas que deben aparecer en los días finales de abril y que han de
extenderse a mayo —“San Marcos, rey de los charcos”—. Si se dan estas
condiciones, las óptimas, se prosigue de la mejor manera lo que ya comenzó con
buen pie en los albores del otoño, después de realizar una siembra temprana.
Como debía ser.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">La procesión sigue su
camino por la vieja calzada.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Como también nos
adelanta el refranero, “en mayo, aguas y soles hacen labores”. La acción
conjunta de lluvia (San Marcos) e insolación (dios solar) favorecerá que la
excelente cosecha que se preveía a finales de septiembre, con la siembra
temprana, llegue así al mejor puerto. En este sentido, llama la atención que la
siguiente escala procesional casualmente, o no, sea en la Ermita de Jesús del
Camino, ¿Es la ermita, en su vertiente de símbolo solar (Cristo) y preámbulo
caminero del santuario de Nuestra Señora</span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 8pt;"> </span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">—madre
fértil que explota bondades y panes en mayo—, una escala más en el complejo camino
simbólico que dibujaron sobre el territorio nuestros ancestros?</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Y en este estado de la
cuestión, ¿es posible que el trazado viario que une la parroquia de San Mateo
con el Santuario de la Virgen de la Encina, el Camino del Santuario o de
Majavieja y sus ermitas, pueda ser la representación física, tangible, legible
y sacralizada de un tramo del calendario santoral, el que va desde la sementera
a la siega, y de la sabiduría que encierra el </span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">refranero</span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">? De ser así, toda esta representación simbólica se
condesa y escenifica en tiempo y forma con la procesión ya mencionada, la que
tiene lugar el 21 de septiembre entre la parroquia de San Mateo y el Santuario
de la Virgen de la Encina, con sus escalas en cada una de las ermitas. Todo el proceso
culmina con otra procesión, la que tenía lugar el 9 de mayo con una romería al
santuario. En un ambiente festivo por la cercana y casi inmediata cosecha, y
durante la romería, se ruega a la </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">diosa madre </i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">para qué en mayo, mes
clave para el desarrollo del grano, se den las mejores condiciones climáticas.
Es decir, que sol y agua vengan de la mano, alternen y se consiga la mayor
cosecha posible. Tras la celebración eucarística, se procesiona con Nuestra
Señora de la Encina el perímetro del santuario. Ya de vuelta a la parroquia, se
regresa con la imagen de la Virgen para protegerla del sol abrasador que la
campiña sufrirá durante el estío, a esperar de nuevo y pacientemente la llegada
de las primeras aguas de septiembre.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Para descargar el texto
completo: </span><span style="font-family: "Times New Roman", serif;"><a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7522292">https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7522292</a></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIfLNB4PwxzhfY3mcqVBLzYgSZdHTNcWDC6qnG68tEnhd4mo7JMxtfCAOgOafP5_SUKzcIDd86aZES5sCIcQSTbx4w6AgIZOARQvreSJdbiWyY0_DWf1OgVBJZEAkrxW3SPP4cK4ZeG-cbANHud0VXo4tcxxoVC0fxAHUg7tp6kwMjqV_KeFIs3lsme0w/s800/1%20(1).JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="586" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIfLNB4PwxzhfY3mcqVBLzYgSZdHTNcWDC6qnG68tEnhd4mo7JMxtfCAOgOafP5_SUKzcIDd86aZES5sCIcQSTbx4w6AgIZOARQvreSJdbiWyY0_DWf1OgVBJZEAkrxW3SPP4cK4ZeG-cbANHud0VXo4tcxxoVC0fxAHUg7tp6kwMjqV_KeFIs3lsme0w/w293-h400/1%20(1).JPG" width="293" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">Ermita de Jesús del Camino</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkCAHgGfSN5jVAr6bC5k1FKOk3Uz7A55kwFk07W3w5oqayXL15gCKUz1sNeINSoEouA4t2qNIDFOUJCuG4zpTgV2OIRLrAmmgX6n6nthlDzU257AyflyzsAl0sv3GGN0s8lIF4xs1lcyIdu5YwcZmJW1rNMKdHLZLAH4OsaIRJhnRRCrzlmjL1qFUgeUA/s1024/3.Santuario%20de%20la%20virgen%20de%20la%20encina.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="683" data-original-width="1024" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkCAHgGfSN5jVAr6bC5k1FKOk3Uz7A55kwFk07W3w5oqayXL15gCKUz1sNeINSoEouA4t2qNIDFOUJCuG4zpTgV2OIRLrAmmgX6n6nthlDzU257AyflyzsAl0sv3GGN0s8lIF4xs1lcyIdu5YwcZmJW1rNMKdHLZLAH4OsaIRJhnRRCrzlmjL1qFUgeUA/w400-h266/3.Santuario%20de%20la%20virgen%20de%20la%20encina.jpg" width="400" /></a></div><div style="text-align: center;">Santuario de la Virgen de la Encina</div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjso_gUGrPUwSS_g0HaKuk30FOj_7bgDjgryl7L4WP5Sq4nZO9r4G2xxD92Uv6HTuMd_VylkYxhQYK35udJpzZKNNP2EDIJfgyq-VJr2K3D44Z_WHrI7swLxMyNyUPooXstIJnkXqErhpY6eW7PnPxuWuAwtIX4gGR3oYbESxLbwFlmNqp1XElNWAwUMrw/s1600/HPIM6549.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1171" data-original-width="1600" height="293" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjso_gUGrPUwSS_g0HaKuk30FOj_7bgDjgryl7L4WP5Sq4nZO9r4G2xxD92Uv6HTuMd_VylkYxhQYK35udJpzZKNNP2EDIJfgyq-VJr2K3D44Z_WHrI7swLxMyNyUPooXstIJnkXqErhpY6eW7PnPxuWuAwtIX4gGR3oYbESxLbwFlmNqp1XElNWAwUMrw/w400-h293/HPIM6549.JPG" width="400" /></a></div><div style="text-align: center;">Baños desde el santuario</div><div style="text-align: center;"><br /></div><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj15MhI33JIw16r8fdSn7KTmqu1C-bZzyjtJzTZdy4cqbop4gIVXq4NMAUwHTof66oymebswFP0yfYUjjCoDIF2MpRwMS03udHLcVtNyf-dRfVgfv_BMVvhI6nH5HNc5kfNHztxfLFABf1workyveXqWC3WPuddhULqfYwrqaBhwG87dX6eEtVhLzmrvjA/s1600/1.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1171" data-original-width="1600" height="293" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj15MhI33JIw16r8fdSn7KTmqu1C-bZzyjtJzTZdy4cqbop4gIVXq4NMAUwHTof66oymebswFP0yfYUjjCoDIF2MpRwMS03udHLcVtNyf-dRfVgfv_BMVvhI6nH5HNc5kfNHztxfLFABf1workyveXqWC3WPuddhULqfYwrqaBhwG87dX6eEtVhLzmrvjA/w400-h293/1.JPG" width="400" /></a></div><div style="text-align: center;">Camarín de la virgen de la Encina</div></div>elcotanillohttp://www.blogger.com/profile/03420710081914864243noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5745359250526755505.post-81416066013886564422023-09-07T21:22:00.002+02:002023-09-07T21:22:55.882+02:00De la fuente Cayetana<p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">A Josico le veías venir con buen paso, pero como
partido en dos. De cadera hacía arriba caminaba doblado y contando los ripios
del pavimento, como jazmín en sequía perpetua. Igual yerro y es una suposición
mía, pero el asunto quizá estaba en que podía comerte el mundo y, por el
contrario, prefería dárselo a los demás. Sin más interés que andar a buenas
consigo mismo.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Josico mal anduvo en dos guerras, pero no recuerdo que
me diera dato alguno sobre ninguna de ellas más allá de maldecirlas. Ni una
palabra. Ni de una ni de la otra. Era más de vivir el día a día mirando poco hacía
atrás. Era más de patearse media campiña con su reata de galgas, de echar un
vasillo sin muchas voces, sólo alguna y por romper el silencio, y de darse a
buenas con el primero que se encontraba. Creo que era de hacer la vida lo más
sencilla posible, para sí y para los demás, sin ningún aspaviento, pero sin ponerse
ninguna traba cuando tocaba ir de buenas y disfrutar de una buena compañía.
Como diría su señora, el señor se juntaba con cualquiera.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Tuvo muchos asuntos, y motivos, para partirse la raspa
y lo hizo sin mirar consecuencias ni pensar qué le traería el mañana… y así le
iba. Con todo, eso de pegarse a diario con la artesa y un enorme plastón de
harina y agua tenía gran parte de culpa.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Josico era mi abuelo y durante los últimos años de su
vida fueron muchos los momentos que dormimos juntos, en mi cama de 95,
apretujados el uno contra el otro. Seseando en sueños y haciendo notar sus
orígenes y anhelos.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Cuando hacía la postura en el Mirasierra, que no eran pocas
las veces, no había día que no me trajera unas pocas avellanas cordobesas o
unas almendras tostadas liadas en una servilleta de papel. Hoy podría parecer
poca cosa, pero para los días y mis años aquello era un mundo. En no pocas
veces, viendo mi cara de alegría, mi abuelo me decía que, en el fondo, lo que
vale es lo que hacemos, lo que nos damos, y no los resultados. Hijo –me decía-,
disfruta de lo sencillo, que las modas y aderezos los dibuja el demonio.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Al hilo, o quizá no, llevaba mucho tiempo barruntando
la cosa de que la fuente Cayetana fuera romana. Y con ese bullir, cada día que
iba y venía a Peñalosa, me decía el próximo día me hecho el metro, que esas
piedras no me dan la talla romana. Y día con día, volvía con las mismas. Aparte
de otras contrariedades, me daba mal tufillo el poco desgaste de la piedra pese
a sus supuestos muchos años, la falta de almohadillado en los sillares del
aparejo o la ausencia de cualquier tipo de grapa de unión entre sillares, ya
fueran de doble cola de milano u otras más sencillas. Pues eso, que no había
ocasión para echarme el metro y medir las proporciones de los sillares, pues
pensaba que ahí estaba la resolución del asunto.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">En una de aquellas idas y venidas, recordé los
consejos de mi abuelo. Así que, con la mayor sencillez del mundo, bajé desde el
camino a la fuente por un senderillo mal pergeñado dispuesto a medir la cosa en
base a cuartas y dedos. Sí ya me sorprendió que todos los sillares tuvieran la
misma altura, una cuarta y seis dedos, más aún me llamó la atención que entre
sillares hubiera argamasa de cal, que nunca hace acto de presencia en los
buenos aparejos romanos, y una fina laja de pizarra, siempre presente en las
construcciones bañuscas desde la más temprana Edad Moderna. Aquello me picó la curiosidad
y, como el que pierde el tren, salí escopeteado para el pueblo. Sin saludar a
ninguno de los contertulios que ya por aquellas horas pululaban por la plaza,
me fui a medir mano en ristre la obra vieja, la gótica, de la iglesia de San
Mateo. Como diría aquel, ¡¡eureka!!, una cuarta y seis. Por supuesto, entre
sillares no faltaba el mortero de cal y su correspondiente hojita de pizarra.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Y con las mismas, ahora sí, me fui a mi casa a buscar el
metro y ver la correspondencia en centímetros. Pues nada, 29,6 cm. Sin lugar a
dudas, el pie romano como medida de longitud.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Pues eso, igual vuelvo a errar, pero me da que el
aparejo de la parte primitiva de la fuente Cayetana coincidió con la
construcción de la obra más vieja de San Mateo, siguiendo idénticos patrones y
bajo la batuta de los mismos canteros y maestro de obras. Como diría mi abuelo,
nada más sencillo que andar desnudo por este mundo.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeJ0LTBEvwoRQFHj0eRw298hSiKGyiHlo6OeWNKCKX7tg8PGOE-fcrtja44zk8cRWkMZEp_5vvRw_lIJ33OuZllvnZQvH68KNpKxPhXjvtTU0_kz-Pu0JXJHbC7IugmeH1vSzWwyrX-ThFD8J-NTsuWTU5H7fElHdAfHv735T71FPedBC0XktuhPwGpug/s4053/IMG_20230907_201420.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2645" data-original-width="4053" height="261" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeJ0LTBEvwoRQFHj0eRw298hSiKGyiHlo6OeWNKCKX7tg8PGOE-fcrtja44zk8cRWkMZEp_5vvRw_lIJ33OuZllvnZQvH68KNpKxPhXjvtTU0_kz-Pu0JXJHbC7IugmeH1vSzWwyrX-ThFD8J-NTsuWTU5H7fElHdAfHv735T71FPedBC0XktuhPwGpug/w400-h261/IMG_20230907_201420.jpg" width="400" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiN6T0prj-CvYDXq-GRazg7pohEOU32o2KdmY8nonpQGmPdQKKhkdL_rGiyzjgAB9NdtQxLPunbTu-HMMlHqKrRFspN3Yl8r1UHcioPsqIMqFiyC5e6op_CEAeCfwrAlDCtUNzR8sCm8-7OumBaEZ_9m2J-FZFwIFWLRfabWJ3tiQbfwVhulnpwjplHCY/s3152/IMG_20230907_201231.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3152" data-original-width="1911" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiN6T0prj-CvYDXq-GRazg7pohEOU32o2KdmY8nonpQGmPdQKKhkdL_rGiyzjgAB9NdtQxLPunbTu-HMMlHqKrRFspN3Yl8r1UHcioPsqIMqFiyC5e6op_CEAeCfwrAlDCtUNzR8sCm8-7OumBaEZ_9m2J-FZFwIFWLRfabWJ3tiQbfwVhulnpwjplHCY/w242-h400/IMG_20230907_201231.jpg" width="242" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFJah9XftgHkRMVVh1MPUuYt0SJt2PMueWD_uaHKqo-9Lf_UGfj3NiDM55D8QVkmi-z_YXt0toon8RfNpY8oDzbZlFPQBA9VCIQCDhLVZJKuvibMcRbG9FjCdQaX5V8yvKI4eYlHQZhyCxpuZmJF7bR-U5qw776YcjXARw9fzILrE_qaUPYZNbCE5bWJk/s1024/cayetana.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="768" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFJah9XftgHkRMVVh1MPUuYt0SJt2PMueWD_uaHKqo-9Lf_UGfj3NiDM55D8QVkmi-z_YXt0toon8RfNpY8oDzbZlFPQBA9VCIQCDhLVZJKuvibMcRbG9FjCdQaX5V8yvKI4eYlHQZhyCxpuZmJF7bR-U5qw776YcjXARw9fzILrE_qaUPYZNbCE5bWJk/w300-h400/cayetana.jpg" width="300" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><p></p>elcotanillohttp://www.blogger.com/profile/03420710081914864243noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5745359250526755505.post-79484859981168322992023-08-25T14:06:00.001+02:002023-08-25T14:06:20.596+02:00De bodegas y mejores días...<p><span style="font-family: "Times New Roman", serif;">En días en los que te sientes rendío,
como flor de jazmín chuchurría en brazos de la maldita canícula, me llega desde
el nicho de la desmemoria una imagen desdibujada de la poco recomendable bodegas
Navarro, un mal cuchitril, un tabernucho pergeñado a media calle Elvira, y de su
bendito caldo, negro como hule gastado. Cuando andabas, o creías caminar y en
realidad ibas casi a gatas, un vasito de su amontillao y aquel mejunje le
recomponía el semblante al muerto peor pintado:</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif;">‘En una esquina, cuatro pasos más
adelante, quedaba la modesta taberna llamada con ínfulas “Bodegas Navarro”, en
esquinado diálogo de barra con los anticuarios vecinos -Reyes y otros más-, el
oficiante con su Montilla y tacita de caldo de caracoles era capaz de levantar
a un muerto o dos a la vez. Una maravilla desaparecida que gustaba hasta a los
estudiantes’.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif;">Y es que, como sentenciaron Los
Enemigos en su apocalíptica ‘Brindis’ (<a href="https://www.youtube.com/watch?v=052hRkdYWWg" target="_blank">pincha aquí para video</a>):</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif;">‘Podría hacer daño</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif;">el agua y no el licor.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif;">Podrían los años no</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif;">pasar factura al portador.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif;">Podría ser, pero no.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif;">No tenemos cura</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif;">ni encontramos otra opción,</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif;">así que entremos al mesón’.</span></p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHakpRXOo2IzJPRLEbrCPm-dFHlABpAYI_XWYuaN94FIVaYRmMp0cxFpKR_va7p866GhUestSornf7I4QwPRDW0Yp970hKVfZ_xUZH2ZkJWr8zR14qJ1stbWE7LAQN0a9xROjtQubYkuJpC6iy8qPqXvyn7ioW4EH4HikwLPSPJBHbw2vZTkdQVqPozIc/s960/calle-de-elvira-1926.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="960" data-original-width="769" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHakpRXOo2IzJPRLEbrCPm-dFHlABpAYI_XWYuaN94FIVaYRmMp0cxFpKR_va7p866GhUestSornf7I4QwPRDW0Yp970hKVfZ_xUZH2ZkJWr8zR14qJ1stbWE7LAQN0a9xROjtQubYkuJpC6iy8qPqXvyn7ioW4EH4HikwLPSPJBHbw2vZTkdQVqPozIc/w320-h400/calle-de-elvira-1926.jpg" width="320" /></a></div><br /><span style="font-family: "Times New Roman", serif;"><br /></span><p></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 11pt;">Fotografía: calle Elvira
1926. Fuente del texto superior y fotografía (<a href="https://secretosdegranada.wordpress.com/2015/08/31/seduccion-de-la-calle-elvira/" target="_blank">pincha aquí</a>)</span></p>elcotanillohttp://www.blogger.com/profile/03420710081914864243noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5745359250526755505.post-61335724814206633242023-07-22T14:01:00.002+02:002023-07-22T14:44:48.738+02:00La espiral<p>Tierra de enorme arraigo, Andalucía guarda con celo la impronta histórica de cada uno de los pueblos que la hollaron, desde los que arribaron del Asia Menor durante el Neolítico hasta Roma, sin olvidar a los míticos viajeros púnicos y helenos. Del encuentro, surgieron culturas locales de enorme trascendencia, como la que construyó los túmulos megalitos, Millares o Argar, Tartesios y un variado elenco íbero (oretanos, turdetanos, accitanos, bastetanos...), para finalmente culminar en al Ándalus, la más brillante civilización del Mediterráneo.</p><p>Cuna de grandes artesanos, poetas, artistas y filósofos, no son pocos los que han dedicado más de una estrofa, nota musical o trazo a ensalzar las maravillas de nuestra geografía. Séneca, Ibn Firnás, San Isidoro, Maimónides, Velázquez, Bécquer, Góngora, Machado, Picasso, Cernuda, Alberti, Falla, Juan Ramón Jiménez, Raphael, Andrés Segovia o García Lorca…., la enumeración se haría demasiado extensa. Sin darnos cuenta, la vida nos introduce en una espiral que nos puede parecer interminable, pero tan sólo ocupa un instante del tiempo.</p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEht57tVMCTfFjNgPgHjO01McvhSYHIcgUYFhZGNKvq7hHPVqrxHtCw2So0zSGcJSaunJVSIDNovSkEa3jpYylwLMw-0oEA339cO_ZyRk8Oct_xOwSjwih2Aaap4Oj_O3ykcdJ3CDLJ9yMYF-SxWibAhuqL2mWkNftDEnUmJ1t9dl_8oanG4bt2C-mSvx4Q/s1600/IMG-20230721-WA0018.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1600" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEht57tVMCTfFjNgPgHjO01McvhSYHIcgUYFhZGNKvq7hHPVqrxHtCw2So0zSGcJSaunJVSIDNovSkEa3jpYylwLMw-0oEA339cO_ZyRk8Oct_xOwSjwih2Aaap4Oj_O3ykcdJ3CDLJ9yMYF-SxWibAhuqL2mWkNftDEnUmJ1t9dl_8oanG4bt2C-mSvx4Q/w400-h300/IMG-20230721-WA0018.jpg" width="400" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjzS2Yk28-9V9dB1jV4mAmF7K4GoEovHofYxRNyw5ikfMLh00mLzyxaDxP6VbWK-FwT9v6JW9gO1fN-7J5_uBfqG-tX_xA2XS_L3sMeK9P1DI2T6YnG0ayv1NR6-usfuYHxxdmzZ2xy9oj5WoiWXXcE8fvGqWFeMCcGIt8tuHhlusZbRdoe6q61xdMH9Eg/s762/espiral_2.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="686" data-original-width="762" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjzS2Yk28-9V9dB1jV4mAmF7K4GoEovHofYxRNyw5ikfMLh00mLzyxaDxP6VbWK-FwT9v6JW9gO1fN-7J5_uBfqG-tX_xA2XS_L3sMeK9P1DI2T6YnG0ayv1NR6-usfuYHxxdmzZ2xy9oj5WoiWXXcE8fvGqWFeMCcGIt8tuHhlusZbRdoe6q61xdMH9Eg/w400-h360/espiral_2.jpg" width="400" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="font-size: x-small;">Espiral tallada en pizarra, Peñalosa. Baños de la Encina</span></div><div style="text-align: left;"><br /></div>.<p></p>elcotanillohttp://www.blogger.com/profile/03420710081914864243noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5745359250526755505.post-23316568907640330992023-07-17T20:12:00.002+02:002023-07-17T20:12:52.779+02:00Castillo de Baños<p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">El castillo de Baños, fortaleza almohade levantada
en las décadas finales del siglo XII, está construida sobre los hormazos de edificaciones
de diversos periodos: Edades del Cobre y Bronce, ruinas íberas, templo romano, restos
emirales… Reutilizados de manera más o menos continua, en lo que atañe al
periodo andalusí hay evidencias de población previa, durante los periodos
emiral y califal. Se alza en una zona de paso estratégica, a la entrada de
Andalucía, entre Sierra Morena y la Depresión del Guadalquivir, y en un entorno
que hunde sus raíces mineras ya desde la Prehistoria. Con diferente
protagonismo, según periodo, se construyó como centro neurálgico y defensa de
las zonas mineras (durante la prehistoria reciente), con carácter sacro (Roma)
o para control y defensa de los pasos y caminos (periodos íbero y almohade, y durante
la prima conquista castellana con principal protagonismo para los pasos
calatravos). Su aspecto definitivo, el que hoy apreciamos, lo adquiere a
finales del siglo XII (posiblemente tras la batalla de Alarcos, 1195), bajo
dominio almohade. Para entonces, de la ciudad iberomana de Cástulo y de su
último obispado cristiano apenas quedaba recuerdo y el castillo formaba parte
de una compleja red estratégica y carácter defensivo, urdida para defensa de la
cora andalusí de Baeza.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Siendo uno de los
castillos más emblemáticos de al-Ándalus, por su antigüedad e imponente y bien
conservada arquitectura militar, ha sido llevado al cine en películas como </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">El Capitán Trueno y el Santo Grial</i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;"> y fue
escenario de ‘minutos musicales’ (actuaciones televisivas) de renombrados
artistas, como Isabel Pantoja. Declarado Monumento Histórico Artístico (1931) y
Bien de Interés Cultural (BIC), posiblemente sea el edificio bereber más
sobresaliente de la Península Ibérica y uno de los conjuntos fortificados hispano
andalusíes mejor conservados de todos los tiempos.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">El castillo se localiza
en el casco antiguo de Baños de la Encina, sobre uno de las elevaciones que lo
forman, el cerro del Cueto. La localidad ha sido declarada Conjunto
Histórico-Artístico (1969) y ha entrado a formar parte del club de los Pueblos
más bonitos de España recientemente. Se alza imponente sobre el Cerro del
Cueto, un relieve residual y tabular labrado sobre las rocas detríticas de la
Cobertera Tabular, conglomerados y areniscas rojizas, estas últimas muy usadas
en cantería y conocidas como “piedras de asperón”.</span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;"> </span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Es una verdadera atalaya, un mirador natural situado
en la cuenca del Alto Guadalquivir, tanto a Sierra Morena como a la Cordillera
Bética.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">En las laderas N, S y O,
bajo el castillo, se encuentran las rocas detríticas de la Cobertera Tabular, discordantes
sobre las pizarras de las Facies Culm de Los Pedroches (Macizo Ibérico), y en
ladera E y SE está la Falla de Baños de Encina, que pone en contacto las rocas
del Macizo Ibérico (Sierra Morena) con la Depresión del Guadalquivir (Fosa de
Bailén).</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">El Cerro del Cueto ha
estado ocupado desde el Calcolítico debido al rico patrimonio minero de su
entorno. Así lo constatan las excavaciones arqueológicas realizadas en el
castillo, que han sacado a la luz restos cerámicos y herramientas de piedra
usadas en la cercana mina del Polígono-Contraminas (explotada desde la última
Edad del Cobre), restos de la muralla de un antiguo poblado argárico y función
metalúrgica, así como una escalinata de acceso y capiteles de un templo romano
y carácter funerario: posiblemente dedicado a una tal </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Ilicia</i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">La fortaleza, con forma
oval (100x46 m) y una puerta de acceso, está construida con un magnífico tapial
o </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">tabiyya</i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">, heredero del mejor </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">opus caementicium</i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;"> (mortero) romano. La
mezcla o encofrado está formado con tierra, arena, cal y cantos de río de
diferente tamaño, según posición en altura, excepto el alcazarejo noreste y la
torre del homenaje, que están construidos en mampostería irregular (a excepción
de la parte superior de la Almena Gorda, que cuenta con sillares mejor
trabajados). A lo largo de su muralla, que destaca por su color rojizo, se
distribuyen 14 torres cuadradas (en realidad una de ellas es pentagonal)
estructuradas en 3 niveles y de tamaño bastante similar, y la torre del
homenaje o Almena Gorda, </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">quasi</i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">
circular. Construida tras la conquista castellana, y envolviendo una bereber
similar a las anteriores, presenta dos fases de construcción (XIII y XV) y mayor
altura que el resto de sus hermanas. Dirigida a la Plaza Mayor del pueblo y de forma
más o menos ovalada, cubría el único flanco por donde el castillo podía ser
atacado mediante </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">trebuchet</i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">, un tipo
de catapulta que se generalizó a partir del siglo XIII en los asedios que se
producían en la vieja Europa.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Las murallas y las torres
están rematadas con merlones y perforadas con aspilleras. En el interior del
castillo, girando en torno al espacio abierto de los aljibes (se nutría con las
aguas de lluvia y abastecía a los habitantes del interior del </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">hins</i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;"> o </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">izn</i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">), que hacía las veces de minúsculo patio de armas, se
distribuían calles con viviendas, cuadras, patios y almacenes, con una
intención más o menos clara: crear un complejo entramado urbano que dificultara
la acción invasora de un posible atacante.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">El castillo mantuvo su
carácter militar hasta comienzo del siglo XVI, para después caer en una fase
decadente que ya fue definitiva en el XVII. Mucho después, desde la segunda
mitad del XIX hasta 1929, fue usado como cementerio parroquial bajo la
protección de la iglesia de Santa María del Cueto. En su interior contaba con
criptas familiares, tanto en superficie como en los habitáculos de las torres,
también había nichos adosados a las murallas y tumbas al exterior del recinto. En
la segunda mitad del siglo XX se procedió a la exhumación de los cuerpos y,
poco a poco, tras varias excavaciones e intervenciones arqueológicas y ya en la
primera década del XXI, se llevó a total su total recuperación y buen término.
Tanto en el interior como en el exterior del castillo se han establecido las
distintas fases de ocupación del Cerro del Cueto, desde la Edad del Cobre hasta
nuestros días.</span></p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh1evl-VG0NU4iYY8TLnMWTu7X1wyUMdOJXHlgKmtD1NG1KN1cGM1zt2pQnvl9-JSgVd7TqpC1snpx5Bd8A1L4ISavaujTuiDBB-QeIjqaydRZp_MBim0_mnWHFfXIWmsp-kfVo-TXMofqSs2o8dRZG5Thng_0Lfk0zBA7_RikH85DFqyxAv6vRqGxmMBU/s960/10641113_10152912262543734_7213624879860159827_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="622" data-original-width="960" height="259" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh1evl-VG0NU4iYY8TLnMWTu7X1wyUMdOJXHlgKmtD1NG1KN1cGM1zt2pQnvl9-JSgVd7TqpC1snpx5Bd8A1L4ISavaujTuiDBB-QeIjqaydRZp_MBim0_mnWHFfXIWmsp-kfVo-TXMofqSs2o8dRZG5Thng_0Lfk0zBA7_RikH85DFqyxAv6vRqGxmMBU/w400-h259/10641113_10152912262543734_7213624879860159827_n.jpg" width="400" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhCtE0ZyB412dCZJ6oMHqJgT9uRyP8bu9SSg5kTKkorI5f7XsVbYMv4m7NdESPXlS321okLNSqXh97DvEY8unYQfgIPGDaeaWs3JM5J_pUFmvlUbJp9wZasZ-EjYcmZ6P6IBK7xw81Anj1GnC5LnWHRlNvfwu_AjC6y0qqp0HLI7h-aNYLS51BH4nLxM0/s960/1725012_10152912247918734_3461834749137160808_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="622" data-original-width="960" height="259" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhCtE0ZyB412dCZJ6oMHqJgT9uRyP8bu9SSg5kTKkorI5f7XsVbYMv4m7NdESPXlS321okLNSqXh97DvEY8unYQfgIPGDaeaWs3JM5J_pUFmvlUbJp9wZasZ-EjYcmZ6P6IBK7xw81Anj1GnC5LnWHRlNvfwu_AjC6y0qqp0HLI7h-aNYLS51BH4nLxM0/w400-h259/1725012_10152912247918734_3461834749137160808_n.jpg" width="400" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiE9F8dCxKdzVlMk-jgbRPQpUwkeH63no96VYWoTjj_hZln6yTWH7TUZz0457Xpzk2K3uQRmOI0oHDSHlGMoZJrizMes__EtHt08SjTki9vwbFDKsjY9tcsidtck1OSUIlpEymTUQIlYNIcdtwkxnVSsEimWbBg5gwZSdgUBGW4A07gBN_I2Gva7ZCDGg/s945/1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="945" data-original-width="622" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiE9F8dCxKdzVlMk-jgbRPQpUwkeH63no96VYWoTjj_hZln6yTWH7TUZz0457Xpzk2K3uQRmOI0oHDSHlGMoZJrizMes__EtHt08SjTki9vwbFDKsjY9tcsidtck1OSUIlpEymTUQIlYNIcdtwkxnVSsEimWbBg5gwZSdgUBGW4A07gBN_I2Gva7ZCDGg/w264-h400/1.jpg" width="264" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWdcHYaP8PnM3vz_jkjZQfIKf_C1op03SXOnwDWVYlxQ39vKeZo74ON0wxxRcKlPg234paOR8dbhLyyqoPhLkEI6PmymnxbcH40JU42QTNoAgulyLBFhE4CRLaLTnW0_zE5jTXZYfQD6GIsED1i3scuov8llKRfrcbh_47sge81cVZBgKP-c8CreU0UQU/s960/10478530_10152912261373734_2834795968548120376_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="622" data-original-width="960" height="259" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWdcHYaP8PnM3vz_jkjZQfIKf_C1op03SXOnwDWVYlxQ39vKeZo74ON0wxxRcKlPg234paOR8dbhLyyqoPhLkEI6PmymnxbcH40JU42QTNoAgulyLBFhE4CRLaLTnW0_zE5jTXZYfQD6GIsED1i3scuov8llKRfrcbh_47sge81cVZBgKP-c8CreU0UQU/w400-h259/10478530_10152912261373734_2834795968548120376_n.jpg" width="400" /></a></div><br /><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;"><br /></span><p></p>elcotanillohttp://www.blogger.com/profile/03420710081914864243noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5745359250526755505.post-18030699077133751952023-05-08T14:12:00.002+02:002023-05-08T14:17:30.906+02:00Visita a Peñalosa<p> <a href="https://www.youtube.com/watch?v=ebU9BXgyDYI" target="_blank">Una visita más que interesante a Peñalosa, con los amigos de Escapádate</a></p><p><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/ebU9BXgyDYI" width="320" youtube-src-id="ebU9BXgyDYI"></iframe></div><br /><p><br /></p>elcotanillohttp://www.blogger.com/profile/03420710081914864243noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5745359250526755505.post-25808532966639857142023-04-28T20:43:00.004+02:002023-04-28T21:04:34.336+02:00Y otro abril<p class="MsoNormal"><!--[if gte mso 9]><xml>
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</xml><![endif]--><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Mis abuelos maternos vivían en la calle de las
Piedras, ahora Riscos, dos hileras enfrentadas de casas blancas, pequeñas y
achaparradas, que emergían irregularmente y sin concierto, como a dentelladas, de
la vieja roca rosácea. Las de una y otra acera estaban separadas por un enorme desnivel,
propio de la mucha pendiente, y un negro muro de pizarra –de donde, según me
cuentan, se cayó mi bisabuelo Vidalico-. La fachada se abría en el lateral
derecho, quizá por una vieja partición de la vivienda original, dando paso a un
portal de chinas, tierra pisada y baldosas de barro, dejando a poniente el
hogar y, muy al fondo, la alcoba de los mayores. Un segundo portal, donde se
ocultaba la alacena bajo la escalera de la cámara, iba a asomarse a un corral
de firme irregular formado por ripios de asperón maldispuestos. De cuando en
cuando, o así me lo parecía a mí, que no tenía ni idea de estaciones y
siembras, aparecía atascado de sacos viejos, higos al sol y harina. Al fondo,
la cuadra oscura te encaraba a una línea de pesebres en alto, aperos y un rezume
a mundo viejo, de historia apretada, cuando no enfrentada, a la tierra.</span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Recuerdo a mi abuela Manuela sentada en una silla
baja, al fondo de segundo portal, junto al umbral de la puerta, peinándose un
pelo blanquísimo y haciendo hora para que mi abuelo Frasquito volviera de los Peñones,
un magnífico altozano a la campiña, a la tierra donde tanto sudor e inquietudes
derramó.</span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Recuerdo a mi abuelo bebiendo un vino blanco con
casera, en un vaso de duralex. Y veo una cara oscura, quemada y cuarteada, apretada
bajo su boina, adelantándome la sonrisa más amable, sincera, que uno pueda
imaginar.</span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Despacio, con movimientos repetidos año tras año, como
en una liturgia, mi abuela me acercaba a la vieja alacena de madera y yeso, de
olor a ternura. Y de allí, al amparo de una vajilla color nácar, como si se
tratara de una perla oculta, emergía una magdalena dorada y relamida, de las de
‘bimbo’. Quizá parezca extraño, y hasta ridículo, pero con el peso de los muchos
años lo considero como uno de mis mejores regalos de cumpleaños.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLANt82JdkwZ75BH7kblvVQ3H64bJ2olLopTwMhSu_VvcNPNOEgkpjhqdvzFF4tjyasw78bPgaJrkVhlhUJFGPgGJ4MtrpLNGOVg5VqhE49QOmgE-Z-sSo_s9VMgb5eCujd8yIHNxXem1787tmZsgzimZFFK_WlrIA-J_HzBcPk3vuogSH6hYWpOIY/s1600/foto%2010.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1095" data-original-width="1600" height="274" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLANt82JdkwZ75BH7kblvVQ3H64bJ2olLopTwMhSu_VvcNPNOEgkpjhqdvzFF4tjyasw78bPgaJrkVhlhUJFGPgGJ4MtrpLNGOVg5VqhE49QOmgE-Z-sSo_s9VMgb5eCujd8yIHNxXem1787tmZsgzimZFFK_WlrIA-J_HzBcPk3vuogSH6hYWpOIY/w400-h274/foto%2010.jpg" width="400" /></a></div><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Los Peñones</span><br /><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"></span></p>
elcotanillohttp://www.blogger.com/profile/03420710081914864243noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5745359250526755505.post-72648397792596694452023-03-28T13:50:00.001+02:002023-03-28T19:36:12.803+02:00La Almena Gorda<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Por delante, San Mateo tenía un <i style="mso-bidi-font-style: normal;">anchurón</i> terrizo gestado al amparo de la
fortaleza y bajo vigilancia de la torre mayor del castillo, la conocida por los
bañuscos como <i>Almena Gorda</i>. Nos puede parecer, y así hay quién lo
afirma, que sus redondeadas formas, al menos las primitivas, tuvieran su origen
en cosa de levantar una torre del homenaje y darle en los belfos a un supuesto poder
eclesiástico, que velaría armas al otro lado de la plaza. Sin embargo, por los
años en que se moldeó el baluarte (siglo XIII), el clero aún no tenía presencia
física ni arquitectónica en el exterior de la alcazaba. Por entonces, la
colación de Baños (aldea) solo contaba con una capilla intramuros del castillo regentada
por un capellán, la de la Magdalena, y, por lo corto, aún habrían de pasar
otros dos siglos para que se levantara la parroquial de San Mateo.</span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">La cuestión iba por otro asunto.</span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">En tiempos en los que Europa era un
baño de sangre, ya se rompiera uno los morros contra el sarraceno o con el
vecino de más allá </span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 16px;">—vamos, como toda la vida de dios</span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 16px;">—</span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">, los avances bélicos traían nuevas maneras de guerrear —aunque
cualquier hijo de bien podría entender que en esta cuestión todo es retroceso—. Así sucedió con el </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">trebuchet</i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">, también
conocido como fundíbulo de tracción o trabuquete, un ingenio armamentístico originario
de China (siglos VI o VII) que se generalizó en los asedios del viejo
continente durante los siglos XII y XIII. Tan colosal y destructor artilugio
necesitaba un espacio amplio y accesible para establecer las posaderas, y así ejercer su oscura función. Con éstas, y reconociendo que el llano de la plaza
era el único punto hábil, frente al castillo, para facilitar el acercamiento
de esta clase de </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">catapulta</i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">, no es extraño que la torre cuadrada y almohade,
situada a levante y frente a la explanada, se fortificara entonces en redondo. El castillo pasaba así a ofrecer su mejor cara a lo que con el tiempo sería la Plaza Mayor.
Y todo este soliloquio venía a cuento, como diría Patricio, porque las aristas de
las torres andalusíes no eran la mejor baza para hacer frente a las pesadas
balas de piedra que lanzaba el armatoste.</span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Al hilo de esta argumentación, es necesario
poner los puntos sobre las íes y dejar bien dicho que tan enorme y envolvente mole
de roca no se ejecutó de una sola vez. Los dos tercios inferiores de piedra, los
que recubren la vieja torre almohade en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">tabiyya
</i>y ocultan los ‘níos’ de los tordos (entiéndase mechinales), debieron
ejecutarse poco tiempo después de la conquista castellana. Para ello se utilizó
una mampostería de arenisca ordinaria, muy descompuesta, con piedras de cierta envergadura
e irregulares. Por el contrario, la parte superior, desde los antiguos merlones, que se dejan apreciar en días soleados, a la terraza, muestra una mampostería
mucho más concertada, compuesta por sillares mínimamente labrados. Este
proceder, y la ausencia de marcas de cantero y signos lapidarios, nos indican la
presencia de maestros de maestros de obra, y no canteros, y nos lleva a pensar que este tramo superior se
ejecuta en un momento tardío, posiblemente durante los últimos años del siglo
XV, cuando ya se está edificando la primera fase <i style="mso-bidi-font-style: normal;">tardogótica</i> de San Mateo.</span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">En un callejero donde todo son
cuestas y apreturas, no aciertas a saber si la iglesia ocupa y preside los
pocos palmos de terreno en llano de la vieja aldea de <i>Vannos</i>, o si esta
anchura es obra de artificio de la parroquial en un afán de ganar protagonismo
en las gestiones y cosas del Común. No debemos olvidar que las primeras ordenanzas
municipales bañuscas, las de 1742, se refrendaron en el atrio, bajo el tañido de
sus campanas, y que la anchura de la plaza fue mercado diario y coso taurino en
numerosas ocasiones, como cuando fue proclamada heredera al trono la que fuera
Isabel II de Borbón. En todo caso, la iglesia se elevó en el interior del cerco
aldeano, el que llegó casi a cerrarse mediante murallas y escarpas. De aquella antigua
fábrica aún podemos apreciar algunos testigos, que enarbolan mejor o peor
situación, como nos refrenda el murallón de la casona de Guzmanes, el torreón
de los Poblaciones-Dávalos —cuyo apelativo habría que poner en cuarentena— y diversas
escarpas, como la presente en la calle Huérfanos o la que corre oculta bajo el
portillo que unía las calles Trinidad y Fugitivos.</span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Al elevar este cerco fueron diversas
las intenciones, pues más que defender el pago aldeano de intrusos y
batalladores fue <span style="background: white;">instrumento para cobijar el
ganado local, pero también el trashumante. Asimismo, fue la herramienta que
permitió fiscalizar los pagos, tanto el portazgo como el montazgo. San Mateo está
localizado </span>junto a un<span style="background: white;"> gran espacio
abierto, más corral de contaduría y guarda </span>de merinas que plaza, y es <span style="background: white;">lugar de encuentro de cañadas, cordeles y veredas. Por
cierto, como también era norma por entonces en los pueblos de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Serranía</i>. Como muestra sirva un botón,
pues en su cabecera está ubicado el </span>único pilar intramuros, más
abrevadero que fuente. Hoy reseco, su venero manaba unos centenares de metros
más arriba, en la calle Mestanza, o Arroyo, y junto a lo que con el tiempo sería
el palacete de los Mármol. El Pilar estuvo desempeñando su cometido hasta bien entrada
la década de los 80 del pasado siglo, cuando accidental y torpemente se perdieron las
conducciones y sus piedras quedaron secas como chortal en verano.</span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Por todo esto, la Plaza, como escenario
del común, desempeñó un papel privilegiado para obtener ingresos, aquellos derivados
del arrendamiento de los pastos públicos a los pastores de la Serranía de
Cuenca y del Señorío de Molina, pilar básico de la economía bañusca en los primeros
siglos de la Edad Moderna. Ahora, transcurrido un mundo, si te asomas al atrio
y pones oído, escucharás un eco lejano, como un murmullo callado que empapa de
nostalgia nuestros sentidos y cala en lo más profundo de nuestro espíritu. Mientras tanto, se cercena un pedacito más de la desmemoria de la comunidad:</span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-left: 35.4pt; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm 0cm 35.4pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">‘<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Caña larga, chu churumbel.</i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-left: 35.45pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; margin: 0cm 0cm 0cm 35.45pt; text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Aceitero, vinagrero, Juan Correal,</span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-left: 35.45pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; margin: 0cm 0cm 0cm 35.45pt; text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">amagar y no dar,</span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-left: 35.45pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; margin: 0cm 0cm 0cm 35.45pt; text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">un pellizquito en el culo que sí se le da.</span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 35.45pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; margin: 0cm 0cm 6pt 35.45pt; text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Manda el rey de la coronilla preguntarle a Manolica a cuánto tiene los
merengues</span></i><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">’</span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Y allí arreaba toda una partía de
zagalones, a marear a Manuela. Y en persecución de la cuadrilla, el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">burro</i>, liando una marabunta que llenaba la
ancha plaza de correrías, desatinos y la mayor algarabía.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizkXV8wNrUruRD6KznD3jdttJVVT5GBJKG4r3RNMMKKhdaCdqthk1WAZ6F8xax8Y_urFBvZtSlo-EZZv5B0bXjyvXXI67vc6slkQAiZtIuG1bSopQJk62H5ehASiH7ONqhBn222jDgRvRu74bECu_tgFDHgWI-IzjpVNkx-q-wJtFrc7bk7IjyaLeR/s810/almena.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="549" data-original-width="810" height="271" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizkXV8wNrUruRD6KznD3jdttJVVT5GBJKG4r3RNMMKKhdaCdqthk1WAZ6F8xax8Y_urFBvZtSlo-EZZv5B0bXjyvXXI67vc6slkQAiZtIuG1bSopQJk62H5ehASiH7ONqhBn222jDgRvRu74bECu_tgFDHgWI-IzjpVNkx-q-wJtFrc7bk7IjyaLeR/w400-h271/almena.jpg" width="400" /></a></div><br /><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><br /></span><p></p>
elcotanillohttp://www.blogger.com/profile/03420710081914864243noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5745359250526755505.post-78382129128551682632023-02-20T13:32:00.003+01:002023-02-20T13:32:43.625+01:00La Orden de la Santísima Trinidad: hospital, 'esclavos' y cofrades. Baños de la Encina<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-top: 8.0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Manuela era
bajita, algo achaparrada, y poseía un corazón enorme. De carácter amable y
generoso, cuando le entraban de mala manera le salía ese mal genio <i style="mso-bidi-font-style: normal;">granaíno</i> que parecía no tener, pero que si
era necesario ponía a cualquier <i style="mso-bidi-font-style: normal;">tontusco</i>
en su sitio. La edad, también los muchos sacrificios que le exigió esta vida,
le provocó bastantes problemas en las piernas y en el caminar, pero lo salvaba
con un enorme esfuerzo y las muchas ganas de hacer bueno. Lo mismo es mi
parecer, pero llevaba con cierto equilibro su ceceo de fábrica, pues era
natural de El Padul, y la sequedad propia de la gente de por estos pagos de
Sierra Morena.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-top: 8.0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">A su exigua pensión
le ayudaba trajinando en un pequeño cuchitril, una tiendecilla de tener poco género,
no cabía más, pero el más adecuado en el momento preciso. El cuartucho estaba
situado en el esquinazo de poniente de la Plaza Mayor, donde Joaquina tuvo
confitería por los sesenta y setenta y regentaba los alquileres <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Bartolico</i> Recena. Si el abarrote ya era
para tres clientes y el cuarto tenía que hacer cola en la puerta, la modernidad,
que llegó de la mano del autobús de pasajeros y la querencia por penetrar en
las estrecheces del callejero histórico, vino a quitarle un cacho a la casona y
a dejar el colmado en casi nada. La vitrina de la repostería se levantaba en
primer plano, a modo de barrera y mostrador, y por frente, tras la silueta de
Manuela, se apilaban más o menos ordenadas un sinfín de latillas de todos los
tamaños y colores, también algún licor mal encarado y caído en el olvido. A la
derecha de la puerta, casi apretada contra la vecindad, ronroneaba la
nevera-congelador, verdadero artífice de que los zagalones de mi edad fuésemos fieles
parroquianos de la ‘Manolica’. Por mis años y modos, uno era cliente asiduo los
fines de semana, cuando andaba por Baños y alternábamos <i style="mso-bidi-font-style: normal;">poncharrinas</i> en las escaleras del castillo con <i style="mso-bidi-font-style: normal;">litronas</i> en el parquecillo de los <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Turrumbetes</i>, o viceversa. Manuela nos surtía, según el caso y con la
mayor amabilidad, pero si se daba tal situación que la lengua llegaba a trabarse
y el susodicho se mostraba ‘perjudicado’, la señora argumentaba con
contundencia el correspondiente regaño y la necesaria sanción: se cerraba el
kiosco para el de turno.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-top: 8.0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">La buena amistad con
Manuela venía de lejos. Entroncaba no solo con estos temas de índole comercial,
lo era también por los excelentes lazos que tenía con mi familia y los esplendidos
ratos de charla que, a primera hora de la mañana, nada más amanecer, echábamos
en el despacho de pan de mis padres. De los mismos, también participaba otra
buena amiga, María la de Juan Miguel, otra señora entrada en edad, mucho genio
y mayor corazón. Tan amenos se hacían aquellos encuentros, que creamos un grupo
de Primitiva al que se sumó Juana Mari, hija de María. Aquello acabó de una manera
bastante peculiar, pues a la euforia de creer que nos había tocado un mundo le
sucedió un momento de cierta desilusión. La cosa finalmente quedó en un premio
que no iba más allá de unas pocas pesetas por cabeza.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-top: 8.0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Algunas tardes
entresemana, cuando uno andaba en soledad y a la espera de que algún compadre cayera
por la plaza, calentaba la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">litrona</i> en
el mismo puesto de Manuela. Ella, por hacer el rato más ameno y verdaderamente
preocupada por mis pasos, solía preguntarme sobre los estudios, ya fuera en
Jaén o Granada, o por dónde conducía la vida. Cuando no llegaba compañía y el entretenimiento
se me iba de las manos, también se preocupaba por cómo mal perdía el tiempo
empinando el codo. En uno de aquellos días, al saber de mis historias, y de la
Historia en la que comenzaba de novicio, me comentó de la importancia que debió
tener su vivienda, una casita situada a tiro de piedra de las Eras de Casas y
en la manzana de Trinidad, frente al viejo molino de San Enrique. Perteneciente
a la saga de los Muñoz-Cobo, la almazara estuvo en funcionamiento hasta la
década de los cincuenta del siglo pasado. Para ella, por encima de todos sus méritos,
el valor de la edificación estaba en el sótano de la casona, que más bien
parecía bodega o cantina según la jerga que usan en la comarca de La Loma. Con sillares
de arenisca perfectamente labrados, recordaba a los dos que sustentan los bajos
de la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Casa Grande</i>, en el callejón del
Pilar. Siguiendo su criterio, la verdadera virtud del sótano residía en lo fresquito
que era, sobre todo en aquellas siestas estivales cuando los calores eran
insufribles.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-top: 8.0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Para ser fieles a
la realidad, el exterior de la vivienda respondía a la tipología más andaluza,
la típica casita pequeña de un blanco que rayaba la pulcritud. Pero en verdad, en
su interior, bajo esta primera capa de cal, escondía un revoltijo edificatorio
de habitaciones que se metían en los solares colindantes, un verdadero
laberinto de alcobas de corte austero y muy castellano. Con toda probabilidad, la
casona, como las vecinas, fue fruto de numerosas herencias y particiones, la
mayoría de las veces arbitrarias. En origen, debió tratarse de un único edificio
noble de excepcionales características arquitectónicas, cuya portada señorea hoy
en una vivienda dos casas más arriba, la que pertenece a Juan Manuel Ortiz. Con
toda probabilidad, responde a un viejo hospital de transeúntes, una
construcción que ya desde sus comienzos socavó el sótano, a modo de bóveda de cimentación
del conjunto, en los bajos de la vivienda familiar de Manuela. Tanta división no
nos debe parecer extraño pues, a modo de ejemplo, sirva el caso de don Pedro
Andrés del Mármol, presbítero, que mediado el siglo XVIII poseía, por una
parte, un tercio de casa en Cestería y, de otra, una novena en la misma calleja.
Asimismo, era propietario de una cuarta parte de un molino en la calle Eras. Un
caso similar se da con el prior de san Mateo, don Francisco <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Charidad</i> Villalobos, que detentaba dos
medias casas, una en la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Bezerrá</i> y
otra en calle Eras, así como un molino, que acogía en su interior un horno de
pan cocer, y dos mesones, uno en Eras, todavía en ‘alberca’ (sin techar), y un
segundo que hacía las veces de posada. La <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Posá</i>,
que así la hemos llegado a conocer, estaba situada en el encuentro de la
Plazuela con <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Bezerrá</i> y calle del Pozo
Vilches.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-top: 8.0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_E8emAA5e8KZPe3EmxGSF0yO6igy3UFpkcIJ1X3NjPMwjr7Hijaweu8CAmSlkWNARcgMGAJWyU07o52QrqNIN4wrWQ67T7-5RTWrw95ipKQyUq0xDm90nTUCaKIWEqG_5wYMJkJvX3bCZ0N-YVfta_S07db5Wx59-uUTHxnzA0DzlzQO2qJxgLa8_/s4176/Fotograf%C3%ADa%201_Traves%C3%ADa%20Trinidad.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3195" data-original-width="4176" height="306" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_E8emAA5e8KZPe3EmxGSF0yO6igy3UFpkcIJ1X3NjPMwjr7Hijaweu8CAmSlkWNARcgMGAJWyU07o52QrqNIN4wrWQ67T7-5RTWrw95ipKQyUq0xDm90nTUCaKIWEqG_5wYMJkJvX3bCZ0N-YVfta_S07db5Wx59-uUTHxnzA0DzlzQO2qJxgLa8_/w400-h306/Fotograf%C3%ADa%201_Traves%C3%ADa%20Trinidad.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-top: 8.0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Del hospital, bajo
el apelativo de la Sangre de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Christo </i>y
situado en las cercanías de Camino Real o de Andalucía, del que cada vez tengo
más argumentos para llamarlo ‘calatravo’, poco sabemos más allá de que fue de ‘pobres
y pasajeros, también para los de este pueblo, con la encomienda de tratarlos y curarlos,
que se sacaba para adelante con un raquítico presupuesto de 130 reales anuales
y rentaba un subsidio de 1 real y 8 maravedíes’. Aunque se desconoce su
fundador, la administración estaba a cargo de un tal don Alonso Francisco
Tirado y Robles, presbítero de esta villa a enero de 1752. Un personaje de la
época bastante peculiar e ilustre, como se puede apreciar más abajo ‘fiel
cumplidor’ de la Regla de San Agustín. Y es que los apóstoles del voto de pobreza
pregonan una y otra vez, permanentemente, regresando en el tiempo como la rueda
de una noria, eso sí, exigiendo el cumplimiento al prójimo. Con vivienda en la
calle del Potro, también tenía casa en propiedad en Eras y un solar en calle
Ejido. Asimismo, administraba los bienes de las ermitas de San Marcos y Santa
Eulalia de Barcelona, asunto muy propio, como después se verá, de los acólitos
de la Trinidad. El primer santuario estaba situado en un encuentro de caminos
señalado, donde Majavieja (o de Andalucía) se unía con el de Guarromán y la
vereda de Linares; mientras que el segundo estaba enclavado en el paraje del
Calvario Viejo, un conjunto con numerosas eras desde donde partían los caminos con
destino a la vertiente norte de Sierra Morena (del Hoyo y San Lorenzo) y el
cordel merino de Guarromán.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-top: 8.0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Es cierto que la
gerencia estaba en manos de un clérigo, ya fuera en concepto de mayordomo o
prioste, y a cuyo cargo también debían estar los oficios, pero en la práctica,
siendo un establecimiento pequeño, más casa de misericordia que hospital, con
seguridad el hospitalero sería un cofrade casado o una casera designada por la
cofradía. A modo de ejemplo comparativo, así sucedía con el hospital de los
Honrados Viejos del Salvador, en Úbeda, donde la regente cobraba un sueldo de cinco
reales, cinco panes y una media azumbre de vino a la semana, que debía darle de
sí para comprar carne y viandas para su sustento, así como para coger agua de
la fuente y el jabón necesario para la limpieza de camas, suelos y enfermos.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-top: 8.0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Y puestos en esta
tesitura, a un servidor le llamó la atención la ubicación viaria de nuestro
hospital, en concreto la existencia de un apelativo callejero de origen religioso,
en este caso Trinidad, cuando se trataba de una época en la que este tipo de
nombres brillaban por su ausencia en Baños: Cueto, Cestería, Matadero, Eras,
del Pozo Nuevo, Suspiro, Piedras, Potro, Chacona, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Bezerrá</i>, Herradores, Arroyo, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Luzonas</i>…
Podríamos seguir desglosando el callejero en su totalidad sin encontrar,
mediado el siglo XVIII, ni una sola calle que respondiera a motivos de carácter
sacro y sí a causas funcionales o cualidades topográficas.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-top: 8.0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Por las cosas de
la edad, pero sobre todo por el momento histórico que te cae vivir y el escalón
de la sociedad donde uno viene al mundo, a Manuela no le tocó uno de los más
favorables. A muy duras penas, pero con cierto disimulo, se defendía en materia
de letras y números. Aunque en más de una ocasión me pidió ayuda cuando la
cuenta de una parroquiana superaba la rutina diaria. Ahora, eso sí, tenía una
enorme cualidad, la de saber escuchar pacientemente, posiblemente uno de los
bienes más preciados que nos ha dado nuestra naturaleza. Cuando veía pasión en
el relato del contertulio, se plantaba en jarras y te exigía seguir con tus
cuitas y encomienda, dando pie a que uno profundizara en su reflexión. Y aquel
día, siendo más monólogo que charla entretenida, a Manuela le brillaron los
ojos y a mí otro tanto, como abriéndome la puerta de par en par para que
prosiguiera con mi batalla.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-top: 8.0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Y llegados hasta
aquí, habría que tirar del relato histórico.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Durante el siglo
XII, también en el XIII, y como ocurrió con las de tipo militar, las órdenes
hospitalarias tuvieron un crecimiento desmesurado. Así sucedió con la Orden
hospitalaria de San Lázaro, que dedicada al cuidado de los enfermos de lepra fue
constituida en Jerusalén (año de 1120). Otro tanto ocurrió con la Orden aragonesa
de Nuestra Señora de la Merced (1218), que fue tanto asistencial (hospitales y redención
de cautivos) como castrense (defensa de las costas de los ataques berberiscos),
la Orden de los Hospitalarios del Espíritu Santo (1195), que se extendió por
Francia, Italia y Alemania, o la Orden de los Crucíferos (1119), que fundada en
Bolonia, y con el apoyo del papa Alejandro II, se propagó por Hungría y Polonia.
También cabe mencionar a las congregaciones de san Eloy de León, dedicada a la
atención de los peregrinos del Camino de Santiago, a la de san Bernardo de
Suiza, con hospitales en los pasos alpinos, o la Congregación de canónigos del
Santo Sepulcro. Surgida en Jerusalén (1144) a iniciativa de Arnulfo de Rohes,
los <i style="mso-bidi-font-style: normal;">sepulcrinos</i> pasaron a Occidente cuando
cayó la ciudad santa integrándose a fines del siglo XV en otra orden
hospitalaria, la de san Juan de Jerusalén, Rodas y Malta (1048).</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Pero la que aquí
nos trae, por nuestro apelativo callejero, es la Orden de la Santísima
Trinidad, más conocida como de los trinitarios. Fundada por san Juan de Mata en
Cerfroid (1198), en la diócesis de Meaux, el papa Inocencio III aprobó sus
estatutos bajo la regla de san Agustín. Desde sus comienzos tuvieron dos
grandes encomiendas. De una parte, la hospitalidad, entendida como acogimiento
de enfermos, pobres y peregrinos, y de otra, la redención de cautivos, también conocidos
bajo el apelativo de esclavos. En este sentido, no fue casualidad que el
fundador pusiera la Orden bajo la protección de la Virgen del Buen Remedio,
indicando con ello quién sana todos los males de la humanidad. Rápidamente se propagó
por Francia, Italia e Inglaterra, llegando a tener en la Península Ibérica más
de 30 casas hospitalarias a finales del siglo XIII. La Orden daba gran valor a
la ascesis, que se manifestaba especialmente en el silencio, el ayuno, la
abstinencia y el comportamiento, tanto en la casa como fuera de ella. En una época
donde la vida religiosa es entendida como huida del mundo, como
enclaustramiento (conventos y monasterios), los trinitarios se mezclan con los
laicos en su rutina diaria, en sus obras de apostolado, en su trabajo y en su
economía. Incorporan a laicos a su espiritualidad, a sus obras, mediante la ‘Cofradía
de la Orden’, oportunidad que suscitó el entusiasmo de Gonzalo, obispo de Segovia,
quien, en una carta elogiosa que obsequia al fundador (1208), animó a toda la
población, a todas las clases sociales, a convertirse en cofrades y bienhechores
de los trinitarios.</span><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIcGvr0hggg4mi32MW2NfN6oLXcxdLQfcNQ8Bg_0pXyLwy39u6h9ZOxfOvhhDCFgN7sR5QMKRl0PyNDNNarrd9xqdOKjgn_vMKggT6JO7c_gYvslzgxfFnCtQHubPpHUFguwXUXjTJa45ED-8A78gYyXVKHp3M8YvxXyTLQJcHBkStAFvf6yndbEFN/s1742/Fotograf%C3%ADa_2%20Diversos%20dinteles%20con%20la%20cruz%20de%20la%20Orden.jpg.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1115" data-original-width="1742" height="256" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIcGvr0hggg4mi32MW2NfN6oLXcxdLQfcNQ8Bg_0pXyLwy39u6h9ZOxfOvhhDCFgN7sR5QMKRl0PyNDNNarrd9xqdOKjgn_vMKggT6JO7c_gYvslzgxfFnCtQHubPpHUFguwXUXjTJa45ED-8A78gYyXVKHp3M8YvxXyTLQJcHBkStAFvf6yndbEFN/w400-h256/Fotograf%C3%ADa_2%20Diversos%20dinteles%20con%20la%20cruz%20de%20la%20Orden.jpg.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Obedientes a su superior,
castos y sin propiedad alguna, los trinitarios se instalarán en los arrabales,
muy frecuentemente extramuros y junto a las entradas de la población. Sus
ingresos, que procedían de canales bien diferentes, como la limosna o las
cuotas de sus cofrades, se dividían en tres partes. Con dos de ellas se atendería
a las obras de misericordia y al sustento de los religiosos y la casa; la
tercera se dedicaría a la redención de cautivos (esclavos). Asimilados con el
pueblo llano, usaban lana para la vestimenta y el lecho, y el asno como
cabalgadura. El caballo les quedó terminantemente prohibido. Los siglos XVI y
XVII serán de gran vitalidad para los trinitarios de la Península, creándose
nuevas fundaciones y hospitales, y abriéndose numerosas casas de estudio y
colegios universitarios. Tan ingente actividad tuvo un gran protagonismo en la
ciudad de Baeza y en todas sus colaciones, incluida la de Baños de la Encina,
villa desde 1626. La última década del XVI trajo consigo la reforma de la Orden.
Bajo la batuta de san Juan Bautista de la Concepción, y con la conformidad de
Clemente VIII, en 1599 se constituyó la Congregación de los Hermanos Reformados
y Descalzos de la Orden de la Santísima Trinidad y Redención de Cautivos. En
Andalucía se establecería una de sus tres provincias españolas, en concreto la
llamada como de la Transfiguración. Entre otros aspectos de la Orden Reformada,
cabe destacar la posibilidad de tener terciarios, es decir clérigos y laicos
que profesaban los votos de la Orden. Entre 1625 a 1769 consiguieron
veinticuatro redenciones, personas liberadas de la esclavitud del pagano,
entendiendo como tales a los sarracenos. Por otra parte, en aquel periodo
divulgaron sus renombradas procesiones penitenciales, en las que recitaban y
cantaban la doctrina cristiana por las calles concluyendo con un sermón. Todo
ello favoreció la general propagación de las cofradías de Jesús Nazareno,
cautivo y rescatado, como podemos imaginar directamente relacionadas con la Orden
y sus fines.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-top: 8.0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Al hilo de toda
esta perorata, Manuela parecía preguntarse a qué venía tanto verso y qué
tendría que ver con las bondades de su sótano. Momentáneamente, la mujer quedó
como fuera de sitio, pero tenía la total seguridad de que llegaríamos a buen
puerto.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-top: 8.0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Para el asunto que
nos traía, y por no tener a Manuela en la más absoluta inquietud, es
interesante apreciar como nuestro edificio, que más nos parece casa de
misericordia que hospital, está ubicado junto al Camino de Andalucía y en su
encuentro con el camino <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Cascarrillo</i> (o
de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Enmedio</i>) y la vereda de la Argamasilla
(también conocido como Camino de Linares o de las <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Enebras</i>). Situado en los arrabales de la villa, lo está en uno de
sus accesos principales (entrada de levante). Por entonces, Trinidad se estaba construyendo
como barrio de nuevo cuño, extendiéndose por debajo de la calzada viaria que
llevaba a las eras de la parte baja del pueblo, las de ‘Casa’. Sobre el
terreno, la principal peculiaridad de esta manzana es que las almazaras tenían
un protagonismo urbano más que notable, pues eran muy numerosas y sus
testimonios aún son más que notables. En este asunto, en la ubicación junto a
los accesos y en los arrabales, encontramos la primera coincidencia con los
hospitales trinitarios. Por otra parte, como el tamaño de nuestro dispensario
era muy reducido, no era la Orden quién directamente gestionaba el hospital. Por
el contrario y como hemos visto más arriba, estaba administrado por un clérigo,
posiblemente profesante de la Orden, lo mismo que debía ocurrir con los laicos
que llevarían el trámite diario: curas, limpieza, atención del peregrino, etc.
En este tema, en la colaboración activa de cofrades y terciarios, participando como
empleados del hospital, volvemos a encontrar nuevas coincidencias con el modelo
asistencial que desarrollaron los trinitarios.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-top: 8.0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">A modo de epílogo,
mediado el siglo XVIII, el Catastro de Ensenada nos dice que se desconocen los
tiempos y la persona que llevó a buen término la fundación de nuestro hospital.
Pero hay tres aspectos que nos indican la posibilidad que existiera una cofradía
vinculada con los trinitarios, un grupo de personas respetuosas con los fines y
regla de la Orden que gestionaría la rutina diaria del dispensario y que, por
tanto, nos indicaría el origen trinitario de nuestra casa de misericordia. En primer
lugar, y como nos recordaba en su blog nuestro ilustre paisano Diego Muñoz-Cobo
Rosales, tenemos el testamento de Elvira Galindo, que falleció en Baños en 1708
y lo tenía otorgado en 1696. En él, entre otras disposiciones, nos viene a decir
que ‘el primer fruto de aceituna de las fincas que dejaba para tal fin, se
saque a almoneda o subasta al mayor postor y el producto se ponga a censo y sus
rentas sean para la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Esclavitud del Santo
Christo del Llano</i>, como ayuda a las fiestas y demás gastos de dicha entidad’.
Este legado nos confirma la antigüedad de la cofradía y la consideración de
ilustre que ya tenía en 1752, fecha del mencionado catastro elaborado en
tiempos de Fernando VI.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-top: 8.0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">En segundo lugar,
nos llama la atención que el apelativo ‘esclavitud’ tenga especial protagonismo
en el nombre de dicha cofradía, más aún cuando el rescate o redención de
esclavos en poder de los berberiscos (cautivos) era una de las principales
dedicaciones de la Orden (véase el caso de Cervantes en Argel). Paralelamente,
en las disposiciones de Elvira Galindo se hace mención expresa de las ‘fiestas’,
cuando más arriba veíamos que es por esta época cuando se popularizaron las
procesiones penitenciales, principalmente las de Jesús del Rescate y Cautivo,
que en la mayoría de las ocasiones venían de la mano de las cofradías de la
Orden.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-top: 8.0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Por último, es muy
interesante la presencia de numerosas cruces de la Orden blasonando los
dinteles de diversas casonas del conjunto histórico. De cruz griega, muy
similar a la paté o patada de la Orden Hospitalaria del Temple, aunque con unas
ligeras diferencias, las tenemos identificadas en más de una decena de viviendas.
Así sucede con las labradas en la propia manzana de Trinidad, donde hay hasta
tres; pero también están presentes en Industria (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Becerrá</i>), de la Cruz (del Potro), Visitación (Chacona), de la
Amargura, Fugitivos o Isidoro Bodson, antigua Donosa, entre otras. A destacar
una de las que hay en Donosa, en el reutilizado dintel que da acceso a los
domicilios de Unicaja, cuya cruz no responde al tipo paté. Por el contrario,
representa la primitiva cruz de la Orden, la versión formada por dos franjas
sencillas.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-top: 8.0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHC98AXzDz2wrFgsYqkFaYyR-IOK149310hv2aDpBp3BHl9RX2jMcsAcOJd0n5CrF5F6MJiXoYoU2YnrndhRa8Jx-uMfSz7O67JdnPbM7FKDbGNi-6C3Qn2m-8q-UiEcwvl7IFCsChVBdv94erSiQoNYUTLrMRL0uhUa6L-WAbj1DBhcu3434l_pk8/s1937/Fotograf%C3%ADa%203_%20Casonas%20de%20cofrades%20de%20la%20Orden.jpg.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="843" data-original-width="1937" height="174" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHC98AXzDz2wrFgsYqkFaYyR-IOK149310hv2aDpBp3BHl9RX2jMcsAcOJd0n5CrF5F6MJiXoYoU2YnrndhRa8Jx-uMfSz7O67JdnPbM7FKDbGNi-6C3Qn2m-8q-UiEcwvl7IFCsChVBdv94erSiQoNYUTLrMRL0uhUa6L-WAbj1DBhcu3434l_pk8/w400-h174/Fotograf%C3%ADa%203_%20Casonas%20de%20cofrades%20de%20la%20Orden.jpg.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-top: 8.0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Estos testimonios,
más que significativos, nos podrían confirmar la presencia y la actividad de la
Orden en Baños, primero cuando fue colación (aldea) y después siendo villa. Y
todo ello nos lleva a considerar que el hospital de la Sangre de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Christo</i>, como la vieja cofradía que promocionó
la fiesta de los ‘Esclavos’, debieron ser consecuencia directa de la actividad
desarrollada por los acólitos que la Orden Hospitalaria de la Santísima
Trinidad tenía en nuestro pueblo.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-top: 8.0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Manuela, mirándome
de arriba abajo, me dice que escucho algo en lo más profundo de las piedras, quizá
raro o singular, como si quisiera descubrir en su duro interior el corazón y el
pensamiento de las personas que las tallaron. Sonríe, echa la llave a la
destartalada puerta y me emplaza para otra tarde.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-top: 8.0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><br /></span></p>
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personaje extravagante, pero tan solo era vástago de un tiempo y unos modos de
sacar la vida adelante. Para ceñirnos a la realidad, se trataba de un tipo muy
delgado, casi esquelético, lleno de nervio y arrugado por tantas razones y los
muchos desencuentros. De sempiterna garrota machacona, gorra pálida y cazadora
deslucida, se sabía de su presencia mucho antes de llegar a verlo. Su voz de
pregón le precedía en un deseo constante por no quedar ajeno a las escenas que cada
día pisoteaba. Aquella mañana, como la anterior, como la que le precedió…, como
todas, se asomó desde el altozano del Cueto al hoyo de la Cestería mientras
miraba de reojo a la </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Peñasca</i><span style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;"> y con el
báculo en alto clamaba un no rotundo, que la señora de la guadaña lo esperara
para más adelante. Poco importaba que nadie lo escuchara, desde el alba al
ocaso su voz tenía la obligada norma de rasgar la paz sonora del otero.</span></p><p><span style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">La tahona —me cuenta—, ya no es un ágora
espaciosa y acogedora, lugar de encuentro y charla, un ir y venir de gentes de
todo </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; mso-bidi-font-style: normal;">pelaje</i><span style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;"> y mucho trato. Ahora es
un cuchitril empequeñecido, apretado entre un sinfín de estanterías de plástico
rígido y mercaderías bien empaquetas y venidas del último confín del mundo. En
la tahona —me dice—, ya no huele a masa madre, ni a jara verde, y el pan ha
dejado de mirarnos con esos ojos tan enormes. La tahona —se lamenta—, ya no
evoca pálpitos de tierra vieja y aceite nuevo. Ahora, el horno no es un vientre
cálido y panzudo, es un infierno de armario que cierra herméticamente, un
ingenio del demonio que sin necesidad de hornero ni maña se traga de una sola
tacada cientos de barras precocidas. Mudado a punto caliente, es gélido y aséptico,
un fardo de globalidad que sin despeinarse ha fulminado la memoria de todo un
pueblo.</span></p><p><span style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Junto a la boca del horno no queda ni
asomo de la vieja cafetera desportillada, ni de los aromas torrefactos que
invitaban a la charla a voces.</span></p><p><span style="background: none 0% 0% repeat scroll white; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Puede no parecerlo, pero un día
incierto Antonio fue umbría callada, generosa, aderezada de quejigos, lentiscos
y madroños. Y fue huerta derramada, ancha, de caballones terrosos y acequia
sonora. Y fue campiña de mieses doradas. Pero la ruina, cuando llama a tu puerta,
viste a la gente con la misma horma que calza su tierra. Antonio se mantiene a
duras penas en pie, como balate derruido o rastrojo quemado, más parece un hato
de charabascas resecas que coloniza sin miramiento cualquier huella de lo que un
día fue industria y ahora es barbecho. En su otero, </span><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">sobre
una era empedrada, derrama sus pocas inquietudes pastoreando la nada que este
pueblo le deja apacentar.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Pon oído, escucha, —me dice Antonio—. Y solo oigo
silencio, un silencio agobiante a intervalos roto por el estridente ruido de la
chicharra. De repente un disparo estremecedor, rotundo y seco. Unos segundos
que son una eternidad… una jauría. El horizonte se asemeja a una enorme cerca
vallada con alambre de espino y la tierra se quebranta. Con cada paso se
levanta el polvo de una vereda que se pierde, que te envuelve y reseca el
aliento. El aroma a ládano de la jara, un aceite achicharrado, te viste de una
calma chica, te envuelve con una atmósfera pesada que te agacha. Te acuna un
viento avaro, holgazán, que no hace ni un solo intento por desperezarte.</span></p><p><span style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Y de entre el tumulto emerge una frase
positiva que te toca el hombro, un rebaño de palabras huecas, vacías, que
gestan una cínica impostura que no cambia nada. Siempre nos quedará una tierra
expoliada y ninguneada una y cien veces, un pueblo vaciado, una guadaña cuya
mano acecha sin cara ni nombre.</span></p>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCuE_0btWVeQy2avB8uG0s7QlcA3Ph1LFOqZoyVBTWMpiAwe4tCQ7dnHE8qMfCm8PmQNsMXajTT2E2Z25Eejyy7WhxmURrU3oGp8xhtmPfeiC8PMpGnAiegUn7VncN1aAskFS7C0vwhy8PjgBjQ8OJPSt-DdvelpXLof5qC01usc3mJJvSRSRrIlht/s410/271304772_4947521578612955_5270081659322969069_n.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="299" data-original-width="410" height="233" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCuE_0btWVeQy2avB8uG0s7QlcA3Ph1LFOqZoyVBTWMpiAwe4tCQ7dnHE8qMfCm8PmQNsMXajTT2E2Z25Eejyy7WhxmURrU3oGp8xhtmPfeiC8PMpGnAiegUn7VncN1aAskFS7C0vwhy8PjgBjQ8OJPSt-DdvelpXLof5qC01usc3mJJvSRSRrIlht/s320/271304772_4947521578612955_5270081659322969069_n.jpg" width="320" /></a></div><br /><p class="MsoNormal"><br /></p>elcotanillohttp://www.blogger.com/profile/03420710081914864243noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5745359250526755505.post-67869149443978661822022-06-09T20:11:00.001+02:002022-06-09T20:11:55.946+02:00¡¡¡Enormes!!!... y enorme la crónica<p><span style="background-color: white; color: #191919; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12.5pt;">Ni </span><i style="background-color: white; color: #191919; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12.5pt;">muffins,</i><span style="background-color: white; color: #191919; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12.5pt;"> ni </span><i style="background-color: white; color: #191919; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12.5pt;">brunch</i><span style="background-color: white; color: #191919; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12.5pt;">,
ni </span><i style="background-color: white; color: #191919; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12.5pt;">afterwork</i><span style="background-color: white; color: #191919; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12.5pt;">, ni </span><i style="background-color: white; color: #191919; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12.5pt;">selfie.</i><span style="background-color: white; color: #191919; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12.5pt;"> </span><a href="https://elpais.com/espana/madrid/2021-04-29/fascismo-o-los-enemigos.html" style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12.5pt;" target="_blank"><span style="color: #016ca2; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Los
Enemigos</span></a><span style="background-color: white; color: #191919; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12.5pt;"> no son de estos tiempos. Ellos siguen siendo de
madalenas, cañitas tras el curro y almuerzo entendido como bocadillo matinal,
nada que ver con la palabra elegante con la que ahora comen los políticos y los
empresarios. Los Enemigos “no som d’eixe món”, que diría Raimon, son de los
tiempos en los que la guitarra era totémica, instrumento con el que los más
jóvenes airaban su enfado, construían una nueva lógica sonora y el nosotros
podía al yo con sus crisis emocionales. La música sonaba fuerte y desafiante, no
queda y ensimismada. El tiempo ha pasado orillando lo que antes era central,
pero Los Enemigos distan de ser una antigualla porque su queja y su enfado no
se momificaron con la llegada de la alopecia, sino que junto a la fidelidad a
un sonido correoso han ganado al tiempo. Los Enemigos siguen molestos, pero ya
saben que con guitarrazos no cambiarán el mundo. Pero los siguen dando.</span></p><p><span style="background-color: white; color: #191919; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12.5pt;">La pandemia, otra palabra de nuestros días, impidió en
sucesivas ocasiones la </span><a href="https://elpais.com/cultura/2020-03-03/la-falta-de-sensatez-de-los-enemigos.html" style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12.5pt;" target="_blank"><span style="color: #016ca2; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">presentación
de su nuevo disco en Barcelona</span></a><span style="background-color: white; color: #191919; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12.5pt;">, que los acogió en Apolo. Mucha cana,
carnets de identidad varias veces renovados y mayoría masculina entre la
asistencia. No, el rock no está de moda. Tampoco Pérez Galdós ni los tochazos
de Tolstói, la antítesis de la contemporánea comunicación abreviada. Pero lo que
hoy sí está de moda es perder, y Los Enemigos siempre han escrito historias que
no olvidan a los perdedores. Perdedores, además, con ese toque popular que los
hace cercanos, personajes de pueblo junto con el maestro, el cura, el rico y el
médico. Y sus historias, esculpidas a base de </span><i style="background-color: white; color: #191919; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12.5pt;">rhythm and blues</i><span style="background-color: white; color: #191919; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12.5pt;"> correoso,
no ese </span><i style="background-color: white; color: #191919; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12.5pt;">R&B</i><span style="background-color: white; color: #191919; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12.5pt;"> urbano de la nueva constelación de estrellas
negras, tienen el tacto áspero del secano, de la tierra aplanada por el sol
que, sin embargo, rinde su cosecha anual. Porque hasta un terrón desecado tiene
vida en manos de Los Enemigos.</span></p><p><span style="background-color: white; color: #191919; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12.5pt;">Su vida es la energía de un rock que se resiste a
perder su caligrafía, por mucho que la tinta ya no viaje en estilográfica. De
hecho ya no hay ni tinta, de tanta pantalla con letras. Vestidos como personajes
de </span><i style="background-color: white; color: #191919; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12.5pt;">Reservoir Dogs,</i><span style="background-color: white; color: #191919; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12.5pt;"> con </span><a href="https://elpais.com/cultura/2018/10/11/actualidad/1539244908_442382.html" style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12.5pt;" target="_blank"><span style="color: #016ca2; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Josele
Santiago</span></a><span style="background-color: white; color: #191919; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12.5pt;"> casi clavado frente a su micro, austero hasta en la
gesticulación, ajeno al cabeceo tontorrón y al meneo estéril de las estrellas
que aún creen en el despliegue físico como muestra de vigencia, sus canciones
fueron cayendo con la contundencia de los capones que antaño propinaban los
profesores en las cabezas de su alumnado. Un tema tras otro, despachando ya casi
de entrada </span><i style="background-color: white; color: #191919; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12.5pt;">Septiembre, Señora</i><span style="background-color: white; color: #191919; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12.5pt;"> y </span><i style="background-color: white; color: #191919; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12.5pt;">Me sobra carnaval</i><span style="background-color: white; color: #191919; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12.5pt;">,
robles que repelen el polvo. También hubo piezas de reciente factura como </span><i style="background-color: white; color: #191919; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12.5pt;">Menos
que un perro, Sacrilegio sideral</i><span style="background-color: white; color: #191919; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12.5pt;"> o </span><i style="background-color: white; color: #191919; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12.5pt;">La ofensa</i><span style="background-color: white; color: #191919; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12.5pt;">, canciones
que renuevan su compromiso con el sonido clásico del grupo, que en mero formato
de cuarteto creó suficiente estrépito como para que ni se intuyese el griterío
del público cantando las canciones. Y eso que ese público, con sensación de no
estar hoy atendido por la actualidad musical, berreaba como quien se autoafirma
con la garganta. De hecho lo hizo.</span></p><p><span style="background-color: white; color: #191919; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12.5pt;">Y lo hizo durante hora y media larga, cuyo final fue
paradigmático. Penúltima canción </span><i style="background-color: white; color: #191919; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12.5pt;">Todo a cien</i><span style="background-color: white; color: #191919; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12.5pt;">, un concepto casi
desaparecido del floreciente comercio chino pero con aún notable carga
semántica. Última canción </span><i style="background-color: white; color: #191919; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12.5pt;">Paracaídas</i><span style="background-color: white; color: #191919; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12.5pt;">, con una frase que dice “tengo
amigos que nadie me presentó / que sacan fuerzas de donde ahora las estoy
sacando yo”. Acabado el concierto, la banda saludó la euforia del público
mientras sonaba </span><a href="https://elpais.com/cultura/2015/11/18/actualidad/1447840674_140129.html" style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12.5pt;" target="_blank"><i><span style="color: #016ca2; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Can’t
Take My Eyes Off You</span></i><span style="color: #016ca2; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"> del octogenario Frankie Valli.</span></a><span style="background-color: white; color: #191919; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12.5pt;"> Y el punto
final con el grupo y la sala cantando y preguntándose al unísono “¿quiénes
somos, de dónde venimos, a dónde vamos? de Siniestro Total. Un señor concierto
presidido por la raspa de sardina que para los presentes siempre evocará a
Carpanta.</span></p><p><span style="color: #191919; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12.5pt;">Firma: Ana Tascon</span></p><p><span style="color: #191919; font-family: Times New Roman, serif;"><span style="font-size: 16.6667px;"><a href="https://elpais.com/espana/catalunya/2022-05-21/los-enemigos-reafirman-su-orgullo-popular-en-un-apolo-que-se-quedo-afonico.html" target="_blank">Pincha para ir a la crónica original</a></span></span></p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/P_Un8IowvWc" width="320" youtube-src-id="P_Un8IowvWc"></iframe></div><br /><span style="color: #191919; font-family: Times New Roman, serif;"><br /></span><p></p>elcotanillohttp://www.blogger.com/profile/03420710081914864243noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5745359250526755505.post-69650896351866611402022-05-13T13:32:00.004+02:002022-05-13T13:39:12.266+02:00La Subbética, un viaje al 'corazón'
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 11pt;">Sentencia
el dicho que todos los caminos llevan a Roma. Pudiera ser, pero la única certeza
que tenemos es que todos los caminos deberían comenzar en Córdoba. Y ahí, en la
‘Señora del Guadalquivir’, arranca la ruta que te proponemos: un apasionante
viaje al corazón de Andalucía, un itinerario que te pellizcará el alma.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 11pt;">La
ruta compagina de manera genial la enorme diversidad paisajística que atesora la
geografía andaluza, pues conjuga la calma y señorío que trasmite la vega más
monumental, que se mira en Córdoba capital y sus bienes declarados como
Patrimonio Mundial, con la bondad agrícola de la campiña cordobesa y la agreste
belleza de la cordillera subbética. Un territorio montañoso situado en el
corazón de Andalucía, de pueblos blancos, ciudades monumentales y olivar
serrano. Está declarado como Geoparque por la UNESCO, pues se trata de un área
de especial importancia paisajística y enormes valores ecológicos y geológicos,
donde los contrastes cromáticos son evidentes: el cielo azul, el pardo de las encinas
y olivares, las rocas grises y los matorrales amarillentos modelan un mágico escenario
en el corazón de Andalucía. Aquí se encuentra el ‘Reino de los <i style="mso-bidi-font-style: normal;">amonites</i>’, un territorio cuya geología
oculta con secreto celo una historia de más de 200 millones de años, y un no
menos reconocido ‘reino del buen comer’ que colmará de satisfacción al ‘cocinilla’
más intrépido: carnes, vinos, aceites, anisados, quesos, repostería, membrillo…
son magníficos heraldos de este título.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm;"><b><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 11pt;">Córdoba</span></b></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 11pt;">La
mejor manera de enamorarse de esta memorable ciudad es verla despertar desde la
Torre de la Calahorra y el Puente Romano, disfrutar de la panorámica que
ofrece, donde río, molinos, sotos y monumentalidad comulgan como si de un todo se
tratara; o apreciar el ocaso, cuando la silueta urbana rompe el horizonte de
Sierra Morena. Porque Córdoba está integrada con el entorno rural que le da
cobijo como pocas urbes lo hacen.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 11pt;">A
primera vista, podría parecer que la ciudad es fruto del encuentro de su imponente
legado monumental y los grandes personajes que aquí han gestado su obra, alumbrados
el uno y los otros al amparo de la diversidad de civilizaciones que se han
asentado en el lugar. Y así es, pues no en vano Córdoba posee cuatro bienes
declarados como Patrimonio Mundial por la UNESCO (Mezquita-Catedral, Centro Histórico-Judería,
Fiesta de Los Patios y Medina Azahara) y una interminable cantidad de
monumentos con carácter propio. Además, como el resto de Andalucía, disfruta
del título de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad concedido al
Flamenco y a la Dieta Mediterránea,</span><span lang="ES-TRAD"> </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 11pt;">los
conocimientos y técnicas del arte de construir muros en piedra seca y la
cetrería. Pero, yendo más allá, Córdoba es para caminarla con calma, disfrutarla
sosegadamente, emocionarte con el detalle más pequeño: con el callado rumor de
sus fuentes, con la mancha multicolor que macetas y flores imprimen sobre la limpia
cal, con el laberinto de su saber platero, con los aromas a jazmín, azahar y
cordobán, con el frescor de sus calles y patios… Córdoba es leyenda, mística y
poesía. Pero Córdoba también es la argolla donde anudan todos los cabos que
configuran el mosaico paisajístico, histórico y cultural que da forma a la
provincia, y así queda perfectamente confirmado en su gastronomía y en sus
vinos.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>No dejes la ciudad sin visitar
sus bodegas, disfrutar de su ambiente y degustar platos tan tradicionales como
el salmorejo, los flamenquines, el rabo de toro o sus churrascos, entre otros
muchos que dibujan la paleta gastronómica más colorida.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm;"><b><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 11pt;">Montilla</span></b></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 11pt;">Te
despides de la ciudad de Córdoba y el valle del Guadalquivir con el pensamiento
de que te ha quedado mucho por conocer, con lo que emocionarte, que debes poner
fecha para regresar. Con la mirada puesta en la Subbética, serpenteas ahora por
una campiña ondulada, relajante, que escancia el tiempo con lentitud. La brisa
te trae aromas a vino y el otero de sus castillos te susurra al oído rumores de
viejas batallas, rencillas esculpidas a fuego en la frialdad de sus piedras. Fernán
Núñez, Montemayor, Montilla… se elevan de entre la ancha llanura como blancos
baluartes, faros que rigen el destino de un conjunto de retales efímeramente enhebrados,
de diferente color y textura, una sucesión de olivos, cereal y viñas, de lomas
que cabalgan unas sobre otras hacia un ocaso que se escapa con la tarde.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 11pt;">La
ciudad de Montilla lleva el vino en lo más hondo de sus genes, también el
aceite de oliva, y es por este motivo que su singular patrimonio monumental no
puede desvincularse de sus caldos y de los grandes personajes que aquí vieron la
luz. Interésate por el Gonzalo Fernández de Córdoba, más conocido como el Gran
Capitán, el Inca Garcilaso, San Francisco Solano o José Garnelo, eslabones indestructibles
de esa generosa cadena que ha venido uniendo ambas orillas del Atlántico. ¿Sabías
que el convento de San Juan de Dios fue el escenario central donde se
desarrolla la obra literaria del ‘Coloquio de los perros’ de Cervantes? El
castillo o la Casa del Inca son un mínimo testimonio de su sobresaliente
monumentalidad, cuyo conocimiento debes compaginar con la visita a bodegas,
lagares y tonelerías, ya que, entre otras, la ciudad cuenta con la segunda
bodega más antigua de la Península (1729). No olvides disfrutar de las
ingeniosas experiencias enogastronómicas que salpican todo su calendario anual,
también de sus reconocidas ‘coplas del Santo’ y de ‘la Aurora’, y no te marches
sin conocer la diferencia entre bodega y lagar, ¡te llamará la atención!</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm;"><b><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 11pt;">Zuheros</span></b></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 11pt;">Por
momentos, la campiña queda atrás y el macizo nos anticipa la riqueza y
diversidad ecológica del parque natural de las Subbéticas. En cierta medida, puede
parecer que la mole montañosa asoma amenazante sobre la llanura, pero siempre se
levanta como una grata y curiosa tentación. En camino, Monturque, Cabra o Doña
Mencía ofrecen una oferta cultural y arqueológica de primer nivel, como las
cisternas romanas del primero, el carácter monumental de Cabra o el Castillo de
la última villa referida, pero nuestra meta final nos acercará al bello pueblo
de Zuheros. La villa asoma desde el roquedo como el eterno centinela que fue,
guardián hoy del secreto mejor guardado: el embrujo de sus calles. Un paseo por
el pueblo te permitirá disfrutar de la quietud y el silencio, de callejas
sinuosas y en pendiente, de placitas pintorescas y casas blancas, que rozan la
pulcritud, y de la cómplice alegría que desprende el colorido de sus arriates y
macetas.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 11pt;">Por
otra parte, la sencillez de su urbanismo no es contraria a un patrimonio monumental
más que notable, que tiene como referentes a su Castillo, el Museo Arqueológico
o la Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios, o a una diversidad ambiental y
geológica sobresaliente que es carta de presentación de la naturaleza de
Geoparque con que han sido reconocidas estas sierras. La Cueva de los
Murciélagos y la cascada y sendero del Río Bailón, que te introducirá en el
parque natural, son una breve muestra de su riqueza ambiental. Nota de interés,
no te marches sin probar su AOVE y su excepcional queso de cabra. Todos los
años, por septiembre, sus calles son escenario de una multitudinaria Fiesta del
Queso. ¡Su quesería, que elabora con leche de cabra, es más que reconocida!</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 11pt;">En
ruta, debes anotarte como visitas ineludibles un tramo de interés de la Vía
Verde del Aceite, que debes realizar en bicicleta (la podrás alquiler en el
Centro Cicloturista de la Subbética), y la Ermita de la Virgen de la Sierra,
que ubicada en la cima del Picacho, en el corazón del parque natural, ofrece un
excepcional balcón para disfrutar de la caída de la tarde y un horizonte que se
diluye entre montañas.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm;"><b><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 11pt;">Alcalá
la Real</span></b></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 11pt;">En
esta etapa y momentáneamente, te alejarás sensiblemente de la Subbética, e
incluso de la provincia de Córdoba, para disfrutar de territorios vecinos y de
gran interés histórico monumental. Pilotarás ahora por el vértice donde confluyen
las provincias de Córdoba, Jaén y Granada, tierra que constituyó la última
frontera con el Reino Nazarí de Granada. Con una geografía salpicada de castillos,
desprende hoy aromas al mejor aceite de oliva virgen extra (AOVE).</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 11pt;">En
camino y con Alcalá la Real como destino, de entre un bello paisaje enhebrado
por un sinfín de hileras de olivos y como si de pronto descorrieras un telón,
te aparece un caserío blanco, escalonado y coronado por un castillo. En
ocasiones está localizado sobre un roquedo que rompe el mágico horizonte de la
sierra, como ocurre con Luque, en otras encabeza un conjunto monumental
sobresaliente, como sucede con Baena o Alcaudete. A la vera de la espectacular
Fortaleza de la Mota, se derrama la ciudad de Alcalá la Real, una estructura
urbana de origen árabe y calles con encanto, casas señoriales, iglesias y
detalles arquitectónicos que son una muestra más que sobresaliente de su
esplendor y de un enorme pasado histórico. Nota de viaje: al pasar por Luque debes
tomarte un café en su singular ‘Estación’, mientras que en Baena has de
informarte y disfrutar de su peculiar Semana Santa, pero también de sus
‘candelorios’ y `tamborradas’, y, en las inmediaciones de la ciudad, visitar el
parque arqueológico de Torreparedones; ya en la provincia de Jaén, en Alcaudete,
tienes que dejarte llevar por los aromas de su tradición repostera y saborear
la calidad de sus verduras (habitas).</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm;"><b><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 11pt;">Priego
de Córdoba</span></b></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 11pt;">En
ruta, conducirás ahora por un terreno más quebrado, que rompe la línea
horizontal del paisaje y te lleva a la primera meta volante del día: Almedinilla.
Se trata de un pueblo vivo y dinámico, donde el blanco de sus recoletas calles
y casas contrasta con la oscura roca de su sierra y se confunde con el verde de
su olivar, invitándote a un paseo en el tiempo. Hablar de esta villa es hacerlo
de arqueología, cultura y ocio. La Villa Romana de El Ruedo, el Poblado Íbero del
Cerro de la Cruz o su Museo Histórico–Arqueológico, con piezas tan
sorprendentes como el dios grecorromano del sueño: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Hypnos</i> o <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Somnus</i>, son baluartes
de tal afirmación. Por cierto, no dejes de consultar su amplio calendario de
actividades festivas: ‘Festum Jornadas Íbero romanas’, La Leyenda de la ‘Encantá’,
‘Los Placeres de la Mesa Romana’…</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 11pt;">Ya
en Priego de Córdoba, serás testigo de excepción de una ciudad única. Sus
empedradas y blancas calles son para pasearlas con calma, oyendo el rumor de
sus fuentes (impresionante la Fuente del Rey y sus 139 caños) y admirando el singular
arte barroco de sus edificaciones más sobresalientes. Entre sus rincones más
pintorescos, no dejes de visitar su célebre Barrio de la Villa y de admirar la
bella panorámica que ofrece el balcón del Adarve. Sus laberínticas calles
encaladas, cuajadas de flores, te transportarán al medievo, al universo andalusí
en su máximo apogeo. Pero la ciudad se extiende más allá de su meseta
fortificada ofreciéndote el más amplio abanico de colores: porque Priego es
naturaleza y paisajes encantados, aldeas recónditas envueltas con un velo
mágico, la tradición más arraigada y una gastronomía sustentada en el producto
de cercanía… y Priego es tan singular que hasta cuenta con un particular jardín
micológico: La Trufa.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 11pt;">Por
cierto, no te marches sin degustar el tradicional desayuno molinero, donde el
AOVE tiene un papel protagonista, e interésate por su peculiar hornazo de
Viernes Santo. ¡Te sorprenderá!</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm;"><b><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 11pt;">Lucena</span></b></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 11pt;">Con
Lucena en el punto de mira, la etapa de hoy nos ofrece dos altos en el camino más
que interesantes, el primero de ellos en Iznájar. El nombre original de su
castillo, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Hins Ashar</i> —castillo de la
alegría o de las rosas— ya nos avisa de sus bondades y que es preámbulo de una
bella ruta de patios y fachadas florales que se reparte por toda la comarca. Al
caer la tarde y con el telón de fondo del ‘lago’, el conjunto monumental, que
además cuenta con la parroquia de Santiago Apóstol y un singular Patio de las
Comedias, regala unas panorámicas excepcionales. Por otra parte, sus aguas
ofrecen el mejor escenario para disfrutar del baño o de un amplio abanico de
actividades de turismo activo. En nuestra segunda parada, Rute se nos presenta
como si se tratara de un enorme taller del buen comer, como un variopinto museo
de las mejores artes culinarias. En este sentido y no es casual, cuenta con varios
y participativos museos relacionados con los manjares gastronómicos que han
dado fama al municipio: los anisados y sus tradicionales dulces navideños, pero
también del jamón, del chocolate...</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 11pt;">A
primera vista y mientras se pasea por las calles de Lucena, podría parecerte
que la ciudad es muy similar a otras muchas que soportan el enorme peso de la
historia y acumulan un patrimonio monumental más que notable, pero Lucena, además
y durante gran parte de la Edad Media, se elevó como faro de referencia de la
cultura judía imprimiendo su historia en letras muy mayúsculas. Muestra de ello
es su Barrio de la Judería, el hallazgo de una Necrópolis Judía excepcional o
que fuera cuna de una Academia de Estudios Talmúdicos, punto de reunión de
grandes intelectuales, filósofos, poetas y médicos del momento. Es por todo
ello, y no sin motivo, que está integrada en la Red de Juderías de España. Para
conocer la ciudad con más detalle, lo aconsejable es visitar el Museo
Arqueológico y Etnológico de Lucena, ubicado en las instalaciones del Castillo
del Moral, que nos dará las pautas para descubrir los valores de su magnífico
conjunto histórico. Por otra parte, no debemos desdeñar su entorno
paisajístico, que surte de unos vinos excepcionales, cobija una riqueza
ornitológica de interés en sus numerosas lagunas y ensalza con orgullo que, en
una de sus aldeas, Jauja, nació uno de los bandoleros románticos más afamados:
José María ‘el tempranillo’.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 11pt;">De
regreso y en ruta, como te quedarán suficientes ganas de disfrutar de la
dorada luz de esta tierra, puedes acercarte a Puente Genil, tierra de un grande
del flamenco, Fosforito, visitar la Villa Romana de Fuente Álamo, de
espectaculares mosaicos, y degustar su exquisita carne de membrillo. Pero
también puedes hacer una ‘enoparada’ en Morilles, la otra grande de la
Denominación de Origen Vino Montilla-Moriles, o sorprenderte al descubrir, en
lo más recóndito de la villa de Aguilar de la Frontera, su singular y barroca plaza
ochavada.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 11pt;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidfTn5xirfzIH5u_yj264teWoOR0bSWcyv9FzNnCT46e1Y8a_TkJQc3oq_c_HtNFTYs2_nJl0FjZClSAg1eemnc2n0HGs8jdYrf9AcoiSzOvzq7Mbgy6Bo87TZNXfHIckVlJVhenceGyL2In4FQe2natGeVxxRi2YYNGLkPbJNg0iFrejGa-ri0Xzy/s3000/CO_Puente%20Romano_06.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1999" data-original-width="3000" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidfTn5xirfzIH5u_yj264teWoOR0bSWcyv9FzNnCT46e1Y8a_TkJQc3oq_c_HtNFTYs2_nJl0FjZClSAg1eemnc2n0HGs8jdYrf9AcoiSzOvzq7Mbgy6Bo87TZNXfHIckVlJVhenceGyL2In4FQe2natGeVxxRi2YYNGLkPbJNg0iFrejGa-ri0Xzy/s320/CO_Puente%20Romano_06.jpg" width="320" /></a></div><div style="text-align: center;">Córdoba desde el Puente Romano</div><p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhksCDkm9fZ3v69PVH-jHxD_Bd4vLDWJXwSmgvj1D0OUxE-ZrHyIL3Lu0RegBloJkbZIHn1cAQDQwqb-h5ZYxI1R_GVGd1MphjrAO77Ll11H8X3pS3Rsy2qQogANHeWMggEQXAZlbOv60WwgnUBRnOxbhXJTnSoqusHBPn_3dZ5NXmJWkyUp-CnxnFW/s3000/CO_Zuheros_Cueva%20dlos%20Murci%C3%A9lagos_7.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2000" data-original-width="3000" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhksCDkm9fZ3v69PVH-jHxD_Bd4vLDWJXwSmgvj1D0OUxE-ZrHyIL3Lu0RegBloJkbZIHn1cAQDQwqb-h5ZYxI1R_GVGd1MphjrAO77Ll11H8X3pS3Rsy2qQogANHeWMggEQXAZlbOv60WwgnUBRnOxbhXJTnSoqusHBPn_3dZ5NXmJWkyUp-CnxnFW/s320/CO_Zuheros_Cueva%20dlos%20Murci%C3%A9lagos_7.jpg" width="320" /></a></div><div style="text-align: center;">Cueva de los Murciélagos, Zuheros</div><p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgruhuT8cc99xizrlNOfAXvBkfBR0YBsCI5eZzg9MKe8F9FfRq2WWEkzKtTT7XQu-Qlo19zv1HpEzqnfspuF0nJmg32di6YLbLVw3dJSqRlX0m_hsSOWIfMS5DdNnxQTKBV5VDYQ3VVaxNBHwir02RkhIcXJoiqj684U8FuJC834hnf9_G_pTQmM8si/s3000/CO_Zuheros_Panor%C3%A1micas_03.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2000" data-original-width="3000" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgruhuT8cc99xizrlNOfAXvBkfBR0YBsCI5eZzg9MKe8F9FfRq2WWEkzKtTT7XQu-Qlo19zv1HpEzqnfspuF0nJmg32di6YLbLVw3dJSqRlX0m_hsSOWIfMS5DdNnxQTKBV5VDYQ3VVaxNBHwir02RkhIcXJoiqj684U8FuJC834hnf9_G_pTQmM8si/s320/CO_Zuheros_Panor%C3%A1micas_03.jpg" width="320" /></a></div><div style="text-align: center;">Zuheros, vista general</div><p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 11pt;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilWBlaGJD4yCSlYctBggdk0MlzYKpked5ZKLcQ2ZSGSbidjlkfYwN4xHOWmuFbuaPGAQcTPkKlKYK4VD0ey9yK-2iBdbueWdzjhFldCAi29qk1dfvvz9Fch-i15x99X9lLW9cU7C17TVPshD2fWOQ1Mq-QfzNQAxmbZFT7vFxB7Bui5lY9ieRKak1g/s3000/CO_Baena_Almazara_02.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2000" data-original-width="3000" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilWBlaGJD4yCSlYctBggdk0MlzYKpked5ZKLcQ2ZSGSbidjlkfYwN4xHOWmuFbuaPGAQcTPkKlKYK4VD0ey9yK-2iBdbueWdzjhFldCAi29qk1dfvvz9Fch-i15x99X9lLW9cU7C17TVPshD2fWOQ1Mq-QfzNQAxmbZFT7vFxB7Bui5lY9ieRKak1g/s320/CO_Baena_Almazara_02.jpg" width="320" /></a></div><div style="text-align: center;">Bodega de almazara, Baena<br /></div><div>
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<![endif]--><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLzR9yMZXZ80ICHpH4ooOAEaSiIP_6XwlAncZ91YhBj6JLi6F-aJgPh6NPKYzAN7j4Rk9qbCz5D-7zMBaKn0o_nN7U_YC_HtNZIsTEu64vLIDSQyI9svGYofldoC5-ruurAlGNL1lvQdELBEco-QKXwcAlHnEzigaixlxGs8Mn-DwAzMMD_1ftFZSX/s3000/CO_Izn%C3%A1jar_Panor%C3%A1micas_06%C3%B1%C3%B1.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2000" data-original-width="3000" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLzR9yMZXZ80ICHpH4ooOAEaSiIP_6XwlAncZ91YhBj6JLi6F-aJgPh6NPKYzAN7j4Rk9qbCz5D-7zMBaKn0o_nN7U_YC_HtNZIsTEu64vLIDSQyI9svGYofldoC5-ruurAlGNL1lvQdELBEco-QKXwcAlHnEzigaixlxGs8Mn-DwAzMMD_1ftFZSX/s320/CO_Izn%C3%A1jar_Panor%C3%A1micas_06%C3%B1%C3%B1.jpg" width="320" /></a></div><div style="text-align: center;">Iznájar, vista general<br /></div></div><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibkqGZjE9SqrD3wwMHrx2d7SGg5pRwxUC_mv-AB35Tz7smafDBdbNRKFpdqD-pTwEAb3iFBeIWqyMi91vHUqwuJAsL1AMA8Sj9gXE8taZrQDvxlx62jSrEK_FCKFaCJ26C9FIZzYD3aziCwXWU82G-3ucdCvcT7fuCZ36g3qESZPME32V-lrHjPL_J/s3000/CO_Montilla_Paisajes_01.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2000" data-original-width="3000" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibkqGZjE9SqrD3wwMHrx2d7SGg5pRwxUC_mv-AB35Tz7smafDBdbNRKFpdqD-pTwEAb3iFBeIWqyMi91vHUqwuJAsL1AMA8Sj9gXE8taZrQDvxlx62jSrEK_FCKFaCJ26C9FIZzYD3aziCwXWU82G-3ucdCvcT7fuCZ36g3qESZPME32V-lrHjPL_J/s320/CO_Montilla_Paisajes_01.jpg" width="320" /></a></div><div style="text-align: center;">Montilla, su 'sierra'<br /></div></div><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGPVjAIGwnqKIhAvjWFfWnYc1YdZNGhBwtJIlNx65cg9Js9mr3xnHJmJdqaEzog2LyhncnhQZhmdfEPI59eX4b-ZjIk8yAE1MBNdvXeFPS7ZSM2uH4Nb5JIN7JN9lhEtDn7brMM40UMKgTHadTn8uHtvjX7ZexKEGzmIOo_bdrtv9fg55rW8NZxETE/s3888/YDRAY-Barrio-de-la-Villa-Plaza-de-San-Antonio-(10).jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2592" data-original-width="3888" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGPVjAIGwnqKIhAvjWFfWnYc1YdZNGhBwtJIlNx65cg9Js9mr3xnHJmJdqaEzog2LyhncnhQZhmdfEPI59eX4b-ZjIk8yAE1MBNdvXeFPS7ZSM2uH4Nb5JIN7JN9lhEtDn7brMM40UMKgTHadTn8uHtvjX7ZexKEGzmIOo_bdrtv9fg55rW8NZxETE/s320/YDRAY-Barrio-de-la-Villa-Plaza-de-San-Antonio-(10).jpg" width="320" /></a></div><div style="text-align: center;">Priego, Barrio de la Villa<br /></div></div>elcotanillohttp://www.blogger.com/profile/03420710081914864243noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5745359250526755505.post-79131841591946750062022-05-03T14:39:00.003+02:002022-05-03T16:57:43.905+02:00La cultura del agua en Baños de la Encina, artículo publicado por la Universidad alemana de Tübingen<p><span face="Calibri, sans-serif" style="font-size: 11pt;">The
Culture of Water in a Mountain Environment. The Case of Baños de la Encina,
Jaén: A View from Tourism (para bajar artículo, <a href="https://uni-tuebingen.de/es/forschung/forschungsschwerpunkte/sonderforschungsbereiche/sfb-1070/publikationen/buchreihe-ressourcenkulturen/" target="_blank">pulsa aquí</a> y descarga pdf).</span></p><p><span face="Calibri, sans-serif" style="font-size: 11pt;">A partir de la página 145, un trabajo realizado junto con mi hijo José Fernando y de la mano del catedrático Francisco Contreras Cortés.</span></p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGBR7YqaFsGKHxniGyneba_qah1GY1v7TvbQPV9OeMs8ZkPfsSwl9AGSqauKPpyYoKSlIZLYtRbY3zDMk5dF1x6LDleGHuG3blyZTGJ1KwFWsatBmiHRWkkUwBAys-nbOw2M6BJra-bED2ntbRIe2HNLWfdSa0RfQbGrg_0nlNrQ5uFWLEWezHQjzy/s1697/csm_Band17-Cover-front_2a879076be.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1697" data-original-width="1200" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGBR7YqaFsGKHxniGyneba_qah1GY1v7TvbQPV9OeMs8ZkPfsSwl9AGSqauKPpyYoKSlIZLYtRbY3zDMk5dF1x6LDleGHuG3blyZTGJ1KwFWsatBmiHRWkkUwBAys-nbOw2M6BJra-bED2ntbRIe2HNLWfdSa0RfQbGrg_0nlNrQ5uFWLEWezHQjzy/s320/csm_Band17-Cover-front_2a879076be.jpg" width="226" /></a></div><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgUkeBUfR3vEicremRKNgO0UIk2hHgfn_-fwsou3IwtJWnuo0ivBtmKJktGb6L0fy9Gr2-9NJJ5wxCXlBCkawYOwAaae32O8fM5-pNNHZI2eTU5gYG58Djkx0WPEjWFa-nu9llqy9jaqdP360DnprurHLhSe5ESZKh0l3GSXGupCmaYQwBYEC3hyelD/s1024/pozo_vega.JPG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="750" data-original-width="1024" height="234" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgUkeBUfR3vEicremRKNgO0UIk2hHgfn_-fwsou3IwtJWnuo0ivBtmKJktGb6L0fy9Gr2-9NJJ5wxCXlBCkawYOwAaae32O8fM5-pNNHZI2eTU5gYG58Djkx0WPEjWFa-nu9llqy9jaqdP360DnprurHLhSe5ESZKh0l3GSXGupCmaYQwBYEC3hyelD/s320/pozo_vega.JPG" width="320" /></a></div><br /><span face="Calibri, sans-serif" style="font-size: 11pt;"><br /></span><p></p>elcotanillohttp://www.blogger.com/profile/03420710081914864243noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5745359250526755505.post-55451152335914394672022-05-01T11:03:00.001+02:002022-05-01T11:03:35.547+02:00Huellas que se pierden en el abismo de la desmemoria. En colaboración con Francisco Miguel Merino Laguna<p><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;">Para
la mayoría de cronistas e historiadores, y como quien dice hasta hace tres días
mal contados, acercarse a la memoria colectiva era asomarse al poder acomodado
en su sentido más amplio, hurgar en su génesis, narrar su consolidación y
describir la farfolla que lo adorna y enaltece, cuando no sus caprichos. Aunque
pueda parecer que la situación ya no es la misma, en cierta manera se sigue
considerando que el patrimonio, digamos con mayúscula, solo lo constituyen
aquellos gigantes de piedra que rompen el perfil de nuestros pueblos y
ciudades. Aunque también es cierto que esta opinión tiene cada vez menos
defensores. A modo de ejemplo y para no distanciarnos mucho de nuestro terruño,
al amparo y sombra de estos asuntos, en nuestra romería se cantaba y aún se
recita que ‘Baños de la Encina (…) tiene tres joyas de arte que todo el mundo
conoce, el castillo milenario, la iglesia de san Mateo y el camarín del
santuario…’. Y mientras tanto, con total normalidad, los molinos arruinaban sus
acequias y rodeznos, las eras perdían sus piedras y las fuentes ahogaban sus
veneros.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;">Con
el tiempo, que siempre corre en contra, mucho esfuerzo y dedicación constante,
tras un sinfín de estudios, no pocas penurias y alguna lágrima, se dio por
bueno que algunos de estos elementos etnográficos pasaran a considerarse
patrimonio de todos, aunque muchos de ellos, piedra arriba o abajo, ya estaban
casi en ruina. En cierta manera, y casi al mismo nivel que los grandes
monumentos, estos bienes pasaron a formar parte de la idiosincrasia de las
comunidades locales y de su memoria colectiva. Puestos a ello, en nuestros
pagos se volvió a elevar un molino, se dignificó alguna fuente y lavó la cara a
más de una casería. Otros ingenios, con menos suerte, siguieron
desempedrándose. Pero, a fin de cuentas, puestos a ser críticos y escarbando en
los asuntos ideológicos, ¿es que la mayoría de estos inmuebles —molinos,
puentes, ventas o almazaras— no eran herramientas de aquellas élites?, ¿huellas
de lo que mantenía a unos pocos en la cúspide de la pirámide social y
económica? Las fuentes, los lavaderos…, ¡eso es otro cantar! Con total seguridad,
estos elementos de la vida cotidiana no formaban parte del poder establecido en
cada momento. Risas, canciones y juegos, fábulas y mitos… y hasta las normas
que regían la espera de la vez para lavar o llenar el cántaro, esto nunca fue
manifestación del ejercicio del poder. Por todo ello, si no somos capaces de
identificar las marcas, las huellas que todo esto ha dejado, por muy nimias que
puedan parecernos, nunca llegaremos a conocer realmente cómo fue una comunidad
en el momento histórico que le tocó vivir. Tan solo nos quedaremos con las
maneras que tenía el gobierno de turno de expresar el ejercicio de su mandato.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;">Así
que, cansados de hurgar en las manifestaciones del poder, decidimos buscar en
un vacío imposible: en los miedos, en los anhelos, en las creencias... Porque,
como diría nuestro buen amigo Antonio Torres, qué sería de los bañuscos de
cualquier época si no supiéramos reconocer el valor emocional que tienen
algunas marcas y expresiones, como es el caso de una sencilla bellota manchada
con un perfil que puede parecernos la figura de Nuestra Señora. Por supuesto,
la cosa no es tan simple.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;">Al
hilo de todo esto, y por no irnos muy atrás en el tiempo, los que llevamos
algunos años peinando canas daremos por bueno que sería imposible comprender a
nuestros mayores, y menos aún llegar a entenderlos como colectivo social, si no
apreciamos su huella en aquellos paseos dominicales que tenían como escenario
la Plaza, la Carretera o la </span><i style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;">Llaná</i><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;">. Y
lo que aquellos encuentros representaban, aunque nos puedan parecer tan simples
como lúdicos. Menos aún reconoceremos su huella si no los evocamos en todos y
cada uno de los componentes que formaron parte de aquella memoria colectiva, la
suya: la diminuta pastelería de Joaquina —que para los de nuestra edad fue la
de Manuela—, el kiosco del Maga, el empedrado de la Carretera y el paseo
terrizo de la </span><i style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;">Llaná</i><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;">, el Peñón Gordo,
las ‘moreas’ y los viejos álamos –por entonces, las unas casi estacas y los
otros frondosos-, los Jardinillos del Barranco o el cine de Columpios… y mucho
paseo y pipas. Todo aquello, aunque pueda pensarse que son asuntos de poca
importancia, forma parte de la memoria colectiva de una comunidad y de cómo se
argumentó y construyó su Historia, la de nuestros mayores, los que vivieron y
sufrieron la postguerra y en gran medida nos encarrilaron como país.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;">En la mayoría de las ocasiones no
somos conscientes de que con cada negocio que se cierra y con cada sueño que se
apaga, con cada empedrado que se levanta y se dispersa en barbecho, con cada
árbol centenario que se tala y arde en la lumbre, con cada horno que huele a
polvo y no a jara, con cada tanto…, se pierde un párrafo de memoria de la
comunidad que lo redactó y se corta un hilo, uno más, de los muchos que nos
unían con la historia de nuestros ancestros.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;">Huellas
y más huellas que se pierden en el abismo de la desmemoria.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;">¿Y
qué hay de la memoria colectiva construida por los que llegamos después? De los
que, tutelados por una EGB cuyo recuerdo parece más anecdótico que norma
educativa, hoy somos ejecutivos del periodo que nos toca. ¿Qué huellas quedan y
dan indicio de los cimientos de nuestra niñez? Nadie comprendería nuestro
arrojo sin entender que la manera cotidiana de dirimir las diferencias era una
pelea a pedradas en la </span><i style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;">Llaná</i><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;">; que nos
divertíamos aprendiendo a nadar en el abismo de los </span><i style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;">cabeceros</i><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;"> de las Colmenillas o cogiendo ‘níos’ en los mechinales
del castillo; o que nuestra mayor aventura, despreciando el riesgo, era subir el
Cotanillo encaramados en el cascajoso </span><i style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;">pasquali</i><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;">
de Juan Manuel ‘el de la Tonta’. La máquina, por su esperpéntica forma y
abarrotada hasta las trancas con paja, en nada desmerecía a las más afamadas e
históricas torres. Unas veces a la muy fotográfica torre de Pisa, por el mucho
ángulo y doblez que mostraba la carga; pero en otras ocasiones la inclinación
era tal que acababa como la de Babel, dando por tierra con la compostura.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;">No
habría manera de entender nuestra camaradería sin conocer lo que era calcinar
una candelaria antes de tiempo, que nos quemaran la del Corralón, o pasar una
tarde de pipas, y con el tiempo </span><i style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;">litros</i><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;">,
en la Cruz de las Azucenas. Tampoco habría forma de entender cómo somos si no
se aprecian nuestras marcas en un baño con nocturnidad y voces en la alberca de
Alfredo, en el hurto de un brazado de habas de la era de Lechuga o no se nos ve
en las canteras del Santo Cristo con el agua hasta la cintura, en invierno y
medio desnudos, atrapando </span><i style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;">cabezolones</i><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;">
y </span><i style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;">tiros</i><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;">. Tampoco sabrían de nuestras
raíces si no reconocen nuestros miedos en el silencio de la cueva de la Mona o
cuando husmeábamos la presencia de la ‘Encantá’, un disparate de señora que
enjuagaba sus pecados en las oscuras aguas del Pilarejo; o no aprecian como,
durante horas, nos divertíamos dándole patadas a una pelota, cuando no a una
lata, en la era de Vidalón o en la de Casa, o el ancho terrizo de la </span><i style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;">Vuelta la Pera</i><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;">. Pero, ¿alguien sabría
cómo realmente fuimos si no reconoce que, posiblemente, aprendimos lo mismo en
una mañana de liria en la </span><i style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;">Quijá</i><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;"> que
durante toda una semana en el colegio? La esfera de nuestra enseñanza también
dejó sus huellas en una </span><i style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;">camá</i><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;"> de
olivas de la Campiñuela o en los caballones de la huerta Zambrana… y a la
postre, por ceporros, nuestras marcas siempre se dictaban una tarde de verano
bajo la parra de Patricio.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;">Definitivamente,
nuestra memoria también se forjó en las cocinas, en la casa de nuestros
mayores, en la escena de una chiquilla reprimida y sumisa que aprendía a coser…
o en un beso perdido mientras esculpíamos un corazón, que sería eterno, en la
dura roca del Peñón Gordo.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;">Y
quizá, en una esfera menos sentimental, pero siempre nostálgica, qué decir de
aquellos hitos, de aquellas marcas que identifican y dotan de memoria a
nuestras calles. Valga de ejemplo. Conquista siempre fue Cestería, pero poco
más conoceríamos del origen de este antiguo apelativo, que ya no es, si no lo
viéramos refrendado en cada uno de los mojinetes de majar esparto que aún hoy
salpican alguno de los </span><i style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;">casuchines</i><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;"> de
ripio, barro y cal que dibujan esta vieja calle. Porque esa y no otra era la
industria que utilizaban sus pobladores, cesteros y canasteros, en su quehacer
diario.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt; text-indent: 0.15pt;">Y ahora, con el morral cargado de
huellas y memoria, nos dejamos caer por caminos de herradura y sin documentar,
por cañadas que no están en los </span><i style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt; text-indent: 0.15pt;">papeles</i><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt; text-indent: 0.15pt;">
ni en los mapas cartográficos. Nos fuimos a hurgar en las raíces primeras, en
nuestros argáricos, a encontrar cuando no adivinar las marcas de su memoria
colectiva. ¡O qué demonios!, fuimos a documentar lo que pudiera ser un simple
juego de niños, aunque en realidad querríamos que fuera una carta de amor a la
tierra. Y allí estaban, siempre olvidadas, quebradas en cualquier rincón y roca
de Valdeloshuertos, recitando juegos, risas, miedos, deseos, sueños…, pero también
sus mitos.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt; text-indent: 0.15pt;">Y rebuscando en el comienzo de
nuestros tiempos, en la época de los primeros bañuscos, identificamos por
doquier las marcas que ellos nos dejaron. Son huellas que debemos proteger,
admirar y transmitir a los futuros habitantes y visitantes de nuestro hermoso
pueblo. Debemos considerar que estas improntas tienen un nivel similar a la de
los monumentos que tanto apreciamos y que ahora nos identifican, pues están a
la altura de aquellos bienes culturales de los que cronistas e historiadores han
vertido ríos de tinta.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt; text-indent: 0.15pt;">Nos referimos a yacimientos como
Peñalosa o el Fortín de Migaldías, enclaves arqueológicos que ya son parte del
corazón de todo bañusco, un patrimonio que hoy es visitado y que atrae la
admiración de los viajeros más exigentes. Pero hay otros muchos bienes que,
siendo del pueblo, teniendo una entidad igual o mayor que aquellos, no están
presentes en folletos promocionales ni en boca de los amantes del patrimonio y
apenas son conocidos. Así ocurre con La Verónica, Peñón del Águila,
Navamorquín, El Puntal o Salas de Galiarda, entre una infinidad.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt; text-indent: 0.15pt;">En el término de Baños de la Encina,
las primeras evidencias de existencia humana se encuentran en las terrazas
fluviales del valle del río </span><a name="_GoBack" style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt; text-indent: 0.15pt;">Rumblar (Galay, Santa Inés o
Ángulo)</a><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt; text-indent: 0.15pt;">, datadas entre 100.000 y 30.000 años antes de nuestra era. En estos
yacimientos tan antiguos no solemos encontrar huellas de los primeros bañuscos,
pero sí sus herramientas de piedra, con las que nuestros antepasados más
lejanos cazaban, recolectaban y preparaban los alimentos conseguidos.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt; text-indent: 0.15pt;">En cambio, en tiempos más recientes,
pero también muy antiguos, hace aproximadamente 6.000 años los ancestros nos
dejaron su huella en lo más recóndito de nuestras sierras. Nos referimos a las
pinturas rupestres que se conservan en el término municipal, como es el caso de
Nava el Sach, Barranco del Bu, Canjorro de Peñarrubia, Selladores, Abrigo de
las Jaras, El Rodriguero…, y otras tantas que enumerar y que aún no se han
identificado. Como podemos apreciar, el municipio cuenta con un enorme arte
parietal que nada tiene que envidiar a otros pueblos serranos y que, al
contrario, rompiendo fronteras se suma al que aportan nuestros vecinos. Sin
embargo, es un patrimonio bastante desconocido. La gran mayoría se encuentra en
fincas privadas, herméticas, que dificultan su conocimiento y que nos
identifiquemos con lo que simbolizan. Pero, estén donde estén, sean más o menos
visibles, debemos vernos en ellas, en quienes las hicieron. Son las primeras
huellas bañuscas y son patrimonio de todos.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt; text-indent: 0.15pt;">Pero, al hilo de la capacidad
inventiva del ser humano, de sus creencias y sueños, de sus mitos,
recientemente se ha descubierto que las pinturas rupestres no son las únicas
huellas que nos legaron nuestros ancestros más lejanos. Aunque muchas de estas
marcas están en fase de estudio y no han sido publicadas, al menos a nivel
local, su relevancia es tal que debemos detenernos, reflexionar e intentar
comprenderlas. A diferencia de las pinturas rupestres, en este caso se trata de
grabados en piedra que podrían tener una antigüedad aproximada de 4.000 años.
Son muy variados en cuanto a tipos y formas y se encuentran dispersos por
nuestro término municipal y áreas vecinas. Las más frecuentes son las
cazoletas, pero no las únicas. Se trata de concavidades circulares modeladas en
la roca, de diferentes tamaños, que van desde unos pocos centímetros a las de
mayor envergadura, que podrían alcanzar el medio metro.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt; text-indent: 0.15pt;">Estas cazoletas o </span><i style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt; text-indent: 0.15pt;">insculturas</i><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt; text-indent: 0.15pt;"> suelen aparecer formando
conjuntos, en ocasiones junto con acanaladuras y espirales, aunque también las
hay aisladas. Algunas de estas agrupaciones se han encontrado en nuestro
pueblo, en Baños de la Encina, formando alineaciones que giran en torno a estructuras
rocosas, muy sencillas, que podrían asimilarse con santuarios o espacios de
culto y posible vinculación con el astro solar. En otras circunstancias, las
cazoletas parecen indicar un camino, una línea de protección o un limes
simbólico y carácter sacro. En todo caso, es muy pronto para afirmaciones y se
trata de especulaciones que habría que investigar con más detalle.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt; text-indent: 0.15pt;">Desconocemos la utilidad real de las
cazoletas, al respecto todo son conjeturas. Hay autores que piensan que podrían
ser mapas astrales, mientras que otros defienden que serían marcas que
identifican cañadas ganaderas ancestrales. Realmente, por la similitud con un
recipiente, podrían utilizarse para contener algún tipo de líquido, quizá para
ser prendido como luminaria. Pero esto no ocurre con todas. Muy contrariamente,
la mayoría están talladas en rocas con cierta inclinación, incluso casi
verticales, lo que impediría este cometido.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt; text-indent: 0.15pt;">Como ocurre con los petroglifos de
Burguillos, aunque aquí el soporte sea pizarra y en aquellos es arenisca, hay
otra tipología de grabados que aparenta ciertas formas, que a su vez podemos
dividir en dos tipos según el trazo: grueso y fino. Entre los de trazo grueso
abundan los cruciformes (cruces) con multitud de variantes, conjuntos de
espirales de distinto tamaño y formas humanas. De entre los grabados de trazo
fino proliferan las cenefas, </span><i style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt; text-indent: 0.15pt;">soliformes</i><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt; text-indent: 0.15pt;">
(soles) y rayados.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;">Como podemos apreciar, las huellas que nos dejaron
nuestros antepasados, pretéritos o cercanos, son numerosas y diversas. Y todas
nos cuentan cómo fuimos y cómo podemos llegar a ser. Es un patrimonio a
conocer, interpretar, difundir… y siempre proteger. Es un legado que debemos
dejar a las generaciones venideras para que puedan comprender la idiosincrasia
de los bañuscos, aquello que nos hace diferentes y que es nuestra verdadera
aportación a la Humanidad.</span></p><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiHSFQhJNYDbVF6kHfTbqCPdm08_dM47moN7dcGjqDyiageG8wXmP1XoBdVmmpB9Kqp6m5YElU0HVv_20jdxsHulWGCbmhPVZ4HhB3iY-fNqTMLgIq3Ygp-l2ClR7J5oEG2E94Mp0N8epghErraZ5It2KLUU7IIysQRWnJfwDCTMsJ-xNC7kAN8uNiv/s4168/cine%20de%20columpios.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2070" data-original-width="4168" height="159" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiHSFQhJNYDbVF6kHfTbqCPdm08_dM47moN7dcGjqDyiageG8wXmP1XoBdVmmpB9Kqp6m5YElU0HVv_20jdxsHulWGCbmhPVZ4HhB3iY-fNqTMLgIq3Ygp-l2ClR7J5oEG2E94Mp0N8epghErraZ5It2KLUU7IIysQRWnJfwDCTMsJ-xNC7kAN8uNiv/s320/cine%20de%20columpios.jpg" width="320" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: small;">Cine de Columpios, parroquia de San Mateo al fondo. Cine de invierno y de verano en la <i>Carretera</i></span></div></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><br /></span></div><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtMTN90dtOePzruIxQmfSQeZt-1ZwznAeDjEoCLMlTPDfhzmCpGatQU3U8JO9C3Frtr6FN0iXmrlwuLZayabasR0Sxry-oe9oWWWvL4w2vsOriDMIFDpT3S-d7DX8RtGWGjlJaKtxuqKHeH9CDyrfG98HYelye72wKZnIq1LkltlSgbAIlerjSMEIh/s2129/taquillas_antropomorfo.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1955" data-original-width="2129" height="294" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtMTN90dtOePzruIxQmfSQeZt-1ZwznAeDjEoCLMlTPDfhzmCpGatQU3U8JO9C3Frtr6FN0iXmrlwuLZayabasR0Sxry-oe9oWWWvL4w2vsOriDMIFDpT3S-d7DX8RtGWGjlJaKtxuqKHeH9CDyrfG98HYelye72wKZnIq1LkltlSgbAIlerjSMEIh/s320/taquillas_antropomorfo.png" width="320" /></a></div><span style="font-size: x-small;"><div style="text-align: center;">Taquillas del Cine López, o de Columpios, y antropomorfo cruciforme</div></span><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; line-height: 115%;"><div style="text-align: center;"><br /></div></span></div>elcotanillohttp://www.blogger.com/profile/03420710081914864243noreply@blogger.com0