Museo del Territorio "Torreón del Recuerdo"
Avda. José Luís Mesías, 2.
Tfno. 663 899 499 / 953 613 338 / turismo@bdelaencina.com
Horarios
de lunes a viernes (excepto martes por descanso del personal):
Mañanas:
de 10:00 a 14:00 h. Tardes de 16:30 a 18:30 h.
Horarios
sábados, domingos y festivos:
Mañanas: de 10:00 a
14:30 h. Tardes de 16:30 a 19:30 h.
El Torreón, un proyecto que ha tenido muchos años de maduración, como los buenos vinos, pretende ser la casa de todos los bañuscos. Su aspiración no es convertirse en una caja, un armario o una vitrina que conserve en “formol” piezas arqueológicas, utensilios, aperos, juegos,…, aspira y pretende ser motor del estudio y fomento de la memoria de los bañuscos y de su territorio, con el objetivo de participar en la construcción de un renovado proyecto social, común, mejor que el que hemos heredado.
Es por este motivo que sus salas y las piezas expuestas son sólo la excusa para que las gentes de este territorio se reúnan, escarben en sus recuerdos, diagnostiquen, propongan y desarrollen una memoria colectiva dinámica, creativa, participativa y útil, sobre todo útil.
Pero el Torreón, como así ratifica el panel que nos recibe, también quiere ser un homenaje a personas de a pie, pero con nombre y apellidos, que se han esforzado en que esta casa común diera su primer paso. Entre ellas, un especial recuerdo para Pepe Rocha y Fran Aguilera, verdaderos artífices del proyecto.
El Torreón, en sus tres plantas, consta de un “aula de la miel” y tienda de recuerdos y productos apícolas, una sala de audiovisuales y taller de trabajo, el espacio museístico genérico, zonas comunes para exposiciones temporales y una sala dedicada de manera específica a la Edad del Bronce en nuestro territorio, en la Cuenca del río Rumblar. Hemos entendido de justicia dedicar esta sala a dos personajes del pueblo que de manera desordenada, poco método y mucho corazón dedicaron gran parte de su vida a bucear en nuestra memoria, a sacar a la luz retazos de nuestra historia hasta entonces cobijados en lo más hondo del baúl del olvido, a Juanito “Mariano” y a Andrés “el lenguas”.
El Museo del Territorio “Torreón del Recuerdo” distribuye los contenidos de la siguiente manera:
1.- Planta baja
Junto a la recepción del edificio, donde con toda eficacia y sabiduría, nos atiende Susana, la guía interprete del Torreón, nos encontramos los siguientes equipamientos:
1.1.- Sala de audiovisuales y taller de trabajo.- Se trata de una amplia sala, equipada con medios audiovisuales, que nos permite desarrollar todo tipo de encuentros, talleres, seminarios, etc., y que, con una poca de paciencia, tendremos equipada con material audiovisual que nos hará una introducción de la visita posterior.
Asimismo, consta de una exposición de fotografía histórica de El Centenillo, que se irá complementando con nuevos materiales de esta aldea minera bañusca. Todo el material es propiedad de la Asociación de Amigos de El Centenillo que activamente está participando en este proyecto.
1.2.- Aula de la Miel.- Se trata de un equipamiento, estructurado en dos salas, que nos permite entrar en el fascinante mundo de las abejas y la miel de la mano de los apicultores locales Micki Barrios y Antonio Las Heras. Una de las salas esta destinada a exposición de la apicultura histórica en Sierra Morena (que se apoya en fotografías y utensilios) y la otra es un punto de venta de productos apícolas y recuerdos locales.
1.3.- Oficina de dirección.
1.4.- Baños, totalmente equipados para ambos sexos y adaptados para personas con minusvalía física.
2.- Planta primera
2.1- Espacios comunes.- Se trata de un amplio pasillo que da paso a la primera sala, y que está destinado a exposiciones temporales. En estos momentos se está trabajando en un proyecto denominado “Paisajes dormidos”, en colaboración con el Centro de Adultos Tamujoso, que nos permitirá elaborar una exposición cada trimestre. La primera, en la que ya se trabaja, gira en torno a la temática “la cosecha”, cuyo material tendremos disponible y en exposición para julio.
La amplitud del espacio permite que pueda utilizarse para desarrollar talleres con los más pequeños. Desde este espacio se tiene acceso directo al futuro taller de etnoarqueología minera de los Turrumbetes.
2.2- Sala Rumblar.- Tras un primer panel de emotiva acogida, nos encontramos una sala cuyo elemento principal es una “auténtica barca del Guadiana”, de las que en los años 50 y 60 del siglo XX traía “Columpios” en su camión desde Don Benito (Badajoz), y que se establecieron como medio de transporte cotidiano en el Rumblar.
Como veremos, el hilo que dirige la visita al Torreón tiene un argumento territorial, es decir, según avanzamos es como si fuéramos haciendo un trayecto a pie por el territorio histórico de la villa de Baños, conociendo su memoria socioeconómica, y en cierto sentido, dando saltos temporales en la historia. Pues, en ese marco, esta sala viene a ser una presentación metafórica de ese territorio histórico que nace vertebrado por el eje hídrico del viejo río “Herrumblar” y sus afluentes. El río, en su discurrir de norte a sur va marcando el territorio de Baños, de la Sierra a la Campiña. Llegado el siglo XVIII, y con él el proyecto de las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena, le sustraen una porción de la parte más oriental del territorio, la que corresponde al río Campana, afluente por la margen izquierda del Grande que a su vez lo es del Rumblar.
En esta sala conocemos los usos del río y los desencuentros del bañusco con un río que ahora es embalse y le ciñe su territorio.
2.3- Sala Venta de Miranda.- Comenzamos nuestro verdadero trayecto hoyando las desgastadas piedras del “Camino Empedraillo”, virado a occidente de Despeñaperros. Por cierto, no nos hemos equivocado, estamos hablando de Baños de la Encina y no de Santa Elena.
El verdadero protagonista de esta sala, como su propia denominación sugiere, es la histórica Venta de Miranda, a la solana del Puerto del Rey. Pacificado el Alto Guadalquivir y los pasos desde la Meseta, la economía bajomedieval bañusca se sustentará en dos pilares: constituirse como “extremo” ganadero de Castilla y el camino de Toledo al Reino de Jaén.
Este camino penetra en Andalucía desde el Viso y recorre Baños de norte a Sur, y los transeúntes y comerciantes necesitan comer, beber, dormir y refrescar sus recuas: toda una economía la nuestra.
La Venta de Miranda, que tuvo como antecesora la legendaria de “los Palacios”, se erige a un día de trayecto del Viso del Marqués, por lo que se constituye como parada obligatoria y cambio de recua. Y a todo esto, la venta es propiedad del Concejo local, pero gestionada bajo arriendo por un empresario gestor del negocio. Toda una fortuna cuyo pago anual llega a elevarse por el encima de la suma de todos los arriendos del resto de ventas y posadas de la zona. Baños tuvo una segunda venta en su término, la de Guadarromán, propiedad del duque de Arcos.
Junto a una reproducción, más o menos fiel, de la sala común de la Venta y las cuadras, encontramos otras referencias al “camino” como el papel desempeñado por los bandidos o el lugar principal que ocupa el santuario de la Virgen de la Encina. Nos vamos acercando a la llanura de Baños.
2.4- Sala la Campiñuela.- Como decía, nos vamos acercando a Baños y, ya desde lejos, oteamos el castillo sobre la cima del Cueto, y es que la Campiñuela es muy “ancha”. Cuando el primer castellano llegó a la aldea de Vanos, se encuentra una gran llanura, de buenos suelos y mejores y abundantes aguas, donde la encina es dueña y señora y el pasto excelente. ¡Qué lugar hubiera habido mejor para la invernada de su oveja merina, en franca huida de las nieves del Sistema Ibérico! Una vez fue buen conocedor de sus tierras, el bañusco las fue ordenando según prioridades: rozó el monte del llano y evacuó la cabaña merina a la sierra, mucho menos fértil para la agricultura. La Campiñuela, taladas sus encinas, inicia un proceso agrario del que ya no tuvo retorno: cereal, viña, … y olivar, omnipresente. Toda esta historia de rozas, eras, almazaras, huertas y caserías de olivar es protagonista de la primera parte de la sala; la riqueza demográfica y urbanística consecuente, cuya mejor expresión la encontramos en nuestro conjunto histórico, y los artesanos que fueron sus protagonistas, ocupan la segunda parte.
Finalmente, nos despedimos de la sala desde la vertiente norte de nuestro pueblo, siguiendo el Camino de San Lorenzo. Antes de cruzar el Rumblar, huertos, fuentes y alcubillas nos dejan constancia de su protagonismo en esta última parte de la sala.
3.- Planta Segunda
3.1- Espacios comunes.- Aunque los tiene algo más reducidos que los de la planta anterior, posee anejo un pequeño almacén. Ha de tener también utilidad como espacio dedicado a exposiciones temporales.
3.2- Sala Serranía.- A través de una cañada ganadera empedrada accedemos a una tierra alomada, de pendientes suaves, agreste vegetación, duros suelos de pizarra y gente enjuta endurecida por la tierra y el sol: Sierra Morena.
Su carácter comunal, la crudeza de sus suelos y la merma de las siegas del llano, obligan a desarrollar en la sierra un complejo sistema agroganadero y forestal denominado bajo Ordenanzas Municipales (1742) como “agricultura de roza de cama”: en los predios serranos se suceden con escaso intervalo de años distintos aprovechamientos complementarios: piconeo y carboneo, una raquítica y breve agricultura de cereal y la oveja merina. Toda una complejidad económica que tiene como protagonista una serie de estructuras materiales de gran interés cultural: torrucas o chozas, eras de pan trillar, hornos serranos exentos, pilares o las propias cañadas mesteñas; todos ellos dan forma a un escenario que pretende comunicar los haceres que los bañuscos y los serranos fueron desarrollando hasta dejar por sentado un paisaje cultural excepcional.
La ruptura del sistema serrano tradicional es consecuencia de un cúmulo de nuevas circunstancias al amparo de un marco histórico bien distinto: desamortizaciones, crisis de la cabaña merina, crecimiento vertiginoso de la minería, nuevas concepciones del sistema hídrico, etc., etc. Un nuevo marco histórico y social que favorece nuevos quehaceres que transforman el territorio y su huella cultural: la caza, una labor marginal presente como economía de subsistencia, toma un protagonismo principal llegando a impregnar todos los ámbitos culturales de la comunidad bañusca; las parideras merinas crecen, se adulteran y van dejando su lugar a una incipiente ganadería de lidia que tendrá su cenit en 1978: 28 hierros y 38 fincas, Baños de la Encina se convierte en el municipio con mayor número de ganaderías de bravo de España.
3.3- Sala Juanito “Mariano” y Andres “el lenguas”.- La sala final acoge el desarrollo de la Cultura Argárica (Edad del Bronce) en la cuenca de nuestro río Rumblar. Un proceso que tuvo su implementación durante el segundo milenio antes de Cristo y como protagonista una economía minera sustentada en la extracción, transformación y comercialización de un mineral de cobre rico en arsénico (aleación natural).
La sala, que tiene como principal protagonista la réplica a escala real de una vivienda de Peñalosa (uno de los poblados principales de la cuenca y del que se tiene mejor conocimiento), se completa con un conjunto de paneles de interpretación y un buen número de reproducciones cerámicas, útiles metálicos e instrumentos pétreos.