miércoles, 28 de abril de 2010

Felicidades Doe

Cuando chico, pocas fueron las conmemoraciones festivas que giraron en torno a mi pequeña persona; tan sólo recuerdo una comunión con chocolate y bizcochos compartida con una de las “Puris” de la familia, la de mi tío Antonio, celebrada en la calle “las chozas”; eran otros tiempos y unas circunstancias especiales.

Por eso, cuando se acercaban las fechas de mi cumpleaños, siendo yo por lo normal muy nervioso, llegaban a alterarme en demasía. Nunca, al menos de chico, llegué a celebrar mi cumpleaños, bastante tenía mi abuela Pura con llevar a sus muchos años una casa y ayudar en un negocio. Tampoco tuve regalos de cumpleaños, en todo caso unas pesetas que me daba mi abuela Manuela, a hurtadillas de la mirada del abuelo y con la sempiterna recomendación de “para el cine”, y una magdalena de concha, de Bimbo, de las que guardada en la alacena, bajo la escalera de la cámara. Por cierto, un lugar para mí asombroso que la abuela cuidaba con mucho mimo.

Era por esto que, en esos días, desde que era el cumpleaños del “Paqui”, a primeros de los abriles, contaba los días que restaban para que lo fuera de “Doe”. Yo no celebraba mi aniversario, pero estaba invitado al de mi buen amigo, un día después del mío. Una mesa que se alargaba frente a la puerta del salón, dando la espalda a los balcones, unos sofás a nuestra izquierda y a la derecha la sempiterna estantería, con libros, ¡que extraño! Y yo siempre sentado, callado, frente al reloj de cuco con el que llegue a identificar la casa de mi amigo.

Creo que esa imagen, que estará grabada en mi mente hasta la eternidad, fue mi mejor regalo de cumpleaños, aunque siempre llegara el día después. Así que hoy me toca adelantarme, felicidades Doe y ánimo que sólo son cuarenta y tres.


1 comentario:

  1. ...hoy es el tuyo, así que muchas felicidades y muchas gracias por la memoria.

    Un abrazo

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