lunes, 31 de mayo de 2010

El Pozo Nuevo

Ahora hace doce años que se nos ocurrió la “ridícula” idea de recuperar un elemento que para mí era un monumento de carácter etnográfico excepcional: El Pozo Nuevo. Hoy además creo que es un lugar muy querido.

Pues sí, fue hace doce años. Teníamos cuatro mesas de camping donadas por la Diputación Provincial, un cartel de la Red de Municipios de Olivo, un material de obra sobrante que nos había cedido la recién creada Consejería de Medio Ambiente para recuperar el paraje de la Alcubilla (Arturo Azorit) y la necesidad de un taller de turismo de proponer y participar en actividades de tipo medioambiental, recreativo y turístico. En ese marco nació la idea de recuperar el Pozo Nuevo una vez que se había intervenido en la Alcubilla.

Tras la limpieza de un paraje desolador, la obra de albañilería vino a ordenar y proteger el espacio. Posteriormente, el taller de turismo llevó a cabo la reforestación del espacio (olmos) abriendo los hoyos a base de barrena, llevó a cabo la instalación de mesas y papeleras, y colocó un panel de interpretación de los usos del agua en nuestro pueblo. Colocamos como bien pudimos el cartel de la Asociación de Municipios del Olivo y la gente, según iban creciendo los olmos, comenzó a visitar y disfrutar del lugar.

El pozo se encuentra en un embudo sedimentario, hecho que ha provocado que la deposición de materiales sea cuantiosa e intensa. Por eso no nos ha extrañado detectar, en los últimos trabajos realizados, una solería de piedra inferior a los niveles actuales, variando su profundidad entre 20 cm. y un metro. El interior del pozo está realizado con grandes pórfidos provenientes de la parte alta, por encima de Huerto Lucero y, aunque se nos asegura que para llegar al fondo se necesitan dos cuerdas de barcinar, lo cierto es que el fondo actual nos da cifras algo por encima de nueve metros.

El último invierno degradó con saña el paraje, por lo que nuevamente me acordé de este bien etnográfico, como me acuerdo de muchos otros, pero éste me trae algunos buenos recuerdos de cuando niño. Como cuando íbamos un poco más arriba, con Juan Manuel “el de la tonta”, a cargar alpacas. Formábamos una gigantesca montaña de paja sobre el pasquali, apenas se veía el remolque. Y luego, subidos sobre ella, nos movíamos al son de un estruendo sonoro, pesado y lento; o cuando con mi primo Dioni nos parábamos a darles agua a las cabras de sus padres, antes de recogerlas en la nave.

Por eso este invierno me volví acordar del Pozo Nuevo y de como un bien común, aunque cambie de uso por las circunstancias, tiene que seguir teniendo vida en común para no desaparecer. Haciendo mis cuentas vi que su recuperación podía tener hueco en un proyecto que estamos desarrollando, el Geosendero de la Pizarrilla, y no lo dude un segundo: el Pozo Nuevo sigue siendo de todos y para todos. Un eslabón más de una cadena natural que irá cerrándose en torno a nuestro pueblo: Camino de la Cueva de la Niña Bonita, Pozo la Vega, Pozo Nuevo, Piedra Escurridera, Alcubilla, Piedras Bermejas y Barranco del Pilarejo.
El amigo Lore, este tiempo atrás, echó un buen número de "cabezolones"en el pozo; ya se ven algunas ranillas moviéndose por el agua, dando la nota de vida al paraje.







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