domingo, 19 de octubre de 2025

Sobre una posible casa de un judeoconverso en Baños de la Encina, 3

Análisis de la portada

En segundo término, en relación con los elementos constructivos y decorativos que están presentes en la casa judía, tras analizar diversos trabajos que versan sobre la cuestión, no dábamos con un perfil definido, con un patrón que caracterizara la fachada judía y/o judeoconversa. Sí se ha identificado la presencia esporádica de algunos símbolos hebraicos en dinteles y jambas, como es el caso de la estrella de David y similares que podemos observar en ciertas viviendas de los barrios de San Lorenzo y el Alcázar, también en la gradeta de Santo Tomás, en la vecina Úbeda. Aunque, en este sentido, el medievalista Vicente Salvatierra sólo admite como núcleo judío o judería ubedí la zona que gira en torno a la plaza Carvajal, lugar situado junto a una de las puertas de las murallas del Alcázar[1].

Lámina 4. Casa con estrella de David en el barrio de San Lorenzo, Úbeda.

Por norma general, ‘no existen diferencias en cuanto a la tipología de la vivienda de los judíos y los cristianos en la Edad Media. Sus casas y viviendas eran similares en cuanto respondían a un mismo modo de vida conforme con el nivel económico y la posición social del propietario’[2]. Sin embargo, tomando como referente la obra del autor de las líneas anteriores, Emilio Fonseca Moretón, hemos concluido que la casa judeoconversa sí podría presentar ciertas peculiaridades, al menos en el norte de Portugal y Galicia, desde Castelo Rodrigo a Tui pasando por Guarda, Sabugal, Monçâo, Caminha, Valença, Melgaço, Ribadavia, Allariz, Monforte o Betanzos. Se trata de una serie de elementos claramente visibles, anclados en el tiempo y de influencia ‘manuelina’ (periodo artístico portugués), que caracterizarían la fachada de la casa judía y judeoconversa. Y decimos detenidos en el tiempo, porque siendo características propias de un momento histórico, a caballo entre los siglos XV y XVI, se siguen utilizando en la casa judeoconversa a lo largo del XVI y XVII, cuando el Renacimiento ya era el estilo artístico dominante. Por cierto, situación nada singular en los ámbitos del arte y la religión, como pone de evidencia la religión anglicana: durante siglos, desvanecido en el resto de Europa las maneras de construir góticas, Inglaterra siguió abanderando el uso del gótico frente las formas artísticas que imponía Roma.

Lámina 5. Portada de la casona de los Medinilla u horno de Cañizares. En ella, aparte de los elementos del dintel y sobredintel, se aprecian diferentes elementos decorativos: bisel, alfiz, falso arco conopial, etc.

Como decíamos, son numerosos los detalles funcionales y decorativos que caracterizan la casa judeoconversa galaicoportuguesa y, tras un minucioso análisis, casi todos ellos están presentes en nuestra vivienda de calle Fugitivos. Veamos cuáles son. Siguiendo el patrón de Fonseca Moretón, la casa debe presentar dos entradas, una específica para el negocio o comercio y otra para la vivienda familiar, totalmente privativa, En nuestro caso, las puertas no están contiguas, como sí ocurre en la zona de estudio de Fonseca, pero es que nuestro caso viene condicionado por la propia pendiente del terreno en que se asienta el edificio. El desnivel existente favorece que una puerta, la de nuestro estudio, que es la de carácter comercial o panadería, se abra a Fugitivos; mientras que la doméstica, la privativa y a un nivel superior (primera planta), tiene acceso por la Plaza Mayor, actual de la Constitución (véase lámina 1). Hoy presenta una segunda planta añadida, inexistente en sus orígenes.

Lámina 6. Biselado en la brenca derecha (también en la izquierda). En la parte superior, en el punto de encuentro con el dintel, se aprecia cómo se acentúa la decoración del biselado.

En esta línea, también se han identificado particularidades muy relevantes en la portada de Fugitivos, por otra parte, coincidentes con las galaicoportuguesas. Así ocurre con las brencas o jambas y en el dintel, cuyas aristas externas están biseladas, hecho que se acentúa en el punto de contacto entre jambas y dintel. Por cierto, tras un análisis detallado, es uno de los pocos exponentes identificados en el pueblo de Baños de la Encina. En total hemos localizado cuatro, el que nos trae junto con el Casino de Leoncio, en la Carretera, el salón parroquial de San Mateo y una de las puertas de la casona de Priores, la secundaria. A ello se suman la existencia de un falso arco conopial, en este caso enmarcando al emblema que acoge a menorá, pesaj y cordero de pascua, y la presencia de un alfiz que acota la puerta en su parte superior. Igual que sucedía con el biselado de las aristas, el alfiz es extraño a la arquitectura bañusca, pues sólo hemos contabilizado seis casos con el nuestro: molino en calle Encina, casona en Isidoro Bodson, la puerta del Sol, en la parroquia de San Mateo, el horno del Serio, en cale Isidoro Bodson, y el hospital de la Sangre de Cristo.  Por cierto, en todos ellos hay presencia de cruces de calvario o cruces incisas y, en un caso en concreto, en Delgado de Castilla, con tres cruces, dos son normales y una es inversa. Por último, en la puerta en cuestión, es necesario subrayar la comparecencia, ya mencionada más arriba, de una cruz cincelada en la brenca derecha, por debajo del lugar de la mezuzá (hueco del bastoncillo). Siendo otro de los elementos que caracterizan la vivienda judeoconversa, en el ámbito galaicoportugués es conocida como cruz del converso o de sobremesa. De su presencia, en nuestro caso inversa, podemos dar dos interpretaciones. De una parte, como criptojudío, el vecino judeoconverso graba una marca que vendría a sustituir el papel que desempeñaba la mezuzá; pero, de otra parte, como converso, como cristiano nuevo, tiene la obligación de exhibir su nuevo estatus, de hacerlo visible a toda la comunidad, y tiene que proceder con humildad debido a su ‘sucia’ procedencia. A modo de conclusión, ¿hay mejor manera de llevar a buen término y expresar su nueva situación que tallando una cruz pretina, símbolo de humildad y fe inquebrantable?

Lámina 7. Portadas con alfiz: sencillo, en molino de calle Encina, y más decorado en casona de los Delgado de Castilla, en calle Isidoro Bodson.

Fonseca Moretón pone de relieve una última característica, la presencia de una peana de piedra, una laja, que sobresale de la fachada y que tiene especial protagonismo como escenario de la Janucá o fiesta de las luces. Con días variables, esta festividad se celebra en diciembre durante ocho días con sus ocho noches y tiene como finalidad conmemorar el milagro de luz que se produjo cuando Judá, tras vencer a los seleúcidas, dedicó de nuevo el templo de Jerusalén al dios hebreo (siglo II antes de Cristo). Se trata de una fiesta en la que se da gracias a Dios y se celebra la victoria de la luz sobre la oscuridad. En este contexto festivo, sobre la peana de piedra se situaba una lámpara de nueve velas, una para cada noche y una ‘sirviente’, de la que se cogía la llama. En noches sucesivas, se va añadiendo una vela encendida y se recitan bendiciones y oraciones especiales. Presente en las casas judeoconversas de Galicia y Portugal, en nuestro edificio no la hemos localizado. Sin embargo, a la izquierda del alfiz, a la altura del entresuelo, sí hemos identificado un sillar extraño, pequeño e irregular, que pudo ser recortado o sustituido en alguna reforma de la fachada. Es posible que dicho lugar, originalmente, acogiera dicha peana.

Lámina 8. Sillar extraño, tanto por su tamaño como por su situación, ubicado en la posible localización de la peana.



[1] Visto en: https://visitasguiadasubedaybaeza.com/blog/vicente-salvatierra-pone-los-puntos-sobre-las-ies-al-patrimonio-judio-de-jaen-y-ubeda/

[2] FONSECA MORETÓN, EMILIO (2004): Viviendas de judíos y conversos en Galicia y el norte de Portugal. En Anuario Brigantino, nº 27, pp. 431. Betanzos.

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