4. El fin de la Venta de Los
Palacios.
La Venta de Los Palacios, como
fonda de descanso de viajeros, estuvo unida desde su construcción en el siglo
XIII al paso de los puertos del Muradal y La Losa entre La Mancha y Andalucía,
en Sierra Morena, principalmente al primero, de mejor trazado y conservación.
El Muradal era una senda para el tráfico de caballerías, un camino de
herradura, que no permitía el tránsito de carros. Otro paso cercano era el del
Collado de la Estrella o del Puerto del Rey, por donde hay quien opina que
sortearon las huestes cristianas la sierra antes de la batalla de las Navas de
Tolosa. Este puerto era definido en 1544 como senda[1].
En el siglo XVII, la mayor parte
del tráfico de viajeros se desplaza del paso del Muradal al Puerto del Rey por
sus ventajas como camino carretero. Todavía a mediados de este siglo, Francisco
de Rus Puerta sitúa en la Jarandilla (Santa Elena) una posada antigua junto al
arroyo Galbarín, que ya debía estar en ruinas por el declive de viajeros y
arrieros por el Puerto del Muradal, a favor del Puerto del Rey. En el mapa de
Gregorio Forst de 1653 no aparece Los Palacios como venta, sino como ermita.
Probablemente, los cambios
comenzaron a producirse a lo largo del primer tercio del siglo XVII, cuando
empezó a generalizarse el uso de la calesa en los viajes por la Península. Por
entonces, el Marqués de Santa Cruz, propietario del Viso, que no controlaba el
portazgo del Muradal ni las ventas a ambos lados del puerto, la de Iruela en el
norte, bajo control de la encomienda calatrava de Mudela, y la de Los Palacios
en el sur, empezó a acondicionar el camino del Puerto del Rey en su tramo
norte. Paralelamente, ponía dificultades a los viajeros y arrieros que
atravesaban el Muradal[2]. Es por entonces que el
señor de Bazán construye la Venta Bazana o del Marqués al norte del puerto, en
el pie de monte, a dos leguas al sur de la localidad[3] y en la nombrada hoy como
dehesa de Magaña, de la que ya tenemos noticia a mediados del siglo XVII.
Mientras tanto, en la vertiente meridional venía actuando el concejo de Baños,
propietario de aquellas tierras desde su independencia jurídica en 1626. Pocos
años después, en 1638 y según recogen las actas capitulares de Vilches, se
acondicionó como camino de ruedas la antigua senda del Puerto del Rey, uniendo
eficazmente Venta Nueva con la de Miranda y el Puerto del Rey por la Aliseda y
las Angosturas de Miranda, dando de lado al viejo Camino Real y, por tanto, a
la Venta de Los Palacios y al Puerto del Muradal, que quedaba a levante de la
nueva traza. Y, de aquella manera, los regidores de Vilches dejaban de
manifiesto su enfado: “Y ahora sucede que, por Pablo Rodríguez, ventero de
Miranda, propio de la villa de Baños, y en dicha tierra, se ha abierto un nuevo
camino que parte de Venta Nueva y, dejándose el Real a la mano derecha y la
dicha Venta Nueva, va a la referida de Miranda, de forma que se trajina mucho
más que por el camino antiguo, y con poco trabajo lo acaba de hacer capaz para
coches y calesas”[4].
Situada a tiro de piedra del río de
la Campana, con toda probabilidad la Venta de Miranda sería la que visitó
François Bertaut en la segunda mitad del siglo XVII, cuando atravesó el camino
del Puerto del Rey, de la que dice: “… es el país de la Mancha, que es de
Castilla la Nueva y allí comienza Andalucía. No hay en todas estas nueve leguas
más que una venta, que es un edificio muy largo y muy plano sostenido de muchos
pilares, lo mismo que una iglesia”[5].
En este contexto histórico, algunas
décadas después y ya avanzado el siglo XVIII, se deduce la construcción de una
nueva venta en terrenos del marqués de la Rambla, propietario de la Aliseda
desde 1689. Edificada río Campana abajo, se construyó con la finalidad de
restarle protagonismo a Venta Nueva, con la que la Aliseda tenía media legua
mal comunicada, y con la intención de abrir un camino alternativo y directo
entre las ventas de Miranda, Linares y La Peñuela, trayecto que en mayor o
menor medida coincidiría con la carretera de Vilches a la Aliseda por La
Carolina del cartográfico del término municipal de Santa Elena de 1878. De
construcción casi ciclópea, parece ser que sucumbió a las llamas, de ahí que
adquiera el apelativo de “Venta Quemada”. Así se concluye de un informe que
Ondeano, Intendente general de las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena y
Andalucía, redacta a modo de respuesta de un memorándum que el marqués de la
Rambla, Martín de Orozco y Argote, envía al conde de Floridablanca el 2 de enero
de 1792, donde criticaba la mala gestión de las “Nuevas Poblaciones de Sierra
Morena y Andalucía”:
“Para ello,
elabora una lista de quince puntos y una respuesta directa a las seis medidas
anteriormente descritas. En la primera, habla de la heredad de La Aliseda, su
corta extensión y como sus antepasados la fundaron para la caza. Que en los
papeles de la contaduría de la Intendencia solo se expresan las 76 fanegas de
olivar y dos huertas, sin que haya tenido nunca labor. Estando en la actualidad
arrendado, Ondeano no entiende cuáles son sus conocimientos sobre agricultura.
Además, en el tiempo de su gestión se habían deteriorado las olivas, perdido
las huertas y se había quemado una venta que su padre estaba edificando”[6].
Por su parte, volviendo la mirada
atrás, la Venta de Miranda está ubicada estratégicamente en un lugar cercano al
camino del Puerto del Muradal, con el que también enlazaba mediando por la
antigua Venta de Los Palacios, a 3km de distancia, sobre el trazado de una
antigua calzada “romana”, según nos indica el cartográfico de finales del siglo
XIX. En el proyecto de 1707, que tenía como objetivo disminuir pendiente y la
mejora del pavimento mediante empedrados, esta venta y el camino carretero que
la atravesaba aparecen representados[7]; así como la Venta Nueva,
que surgió en el segundo tercio del siglo XVII en competencia con la Venta de
Los Palacios. Sin embargo, el paso de carros necesitaba un continuo
mantenimiento del camino, lo que no siempre ocurría, y el paso carretero sólo
se mantuvo en perfecto estado en períodos ocasionales. Aún podemos apreciar
restos de aquellos empedrados del camino en algunos tramos del trayecto, como
es el caso del conocido como “empedraíllo” o en pequeños intervalos, que cada
vez son menos, existentes entre la Aliseda y Venta Nueva.
Con toda probabilidad, la ejecución
de este proyecto de 1707 apuntilló finalmente la vida útil del camino del
Muradal y la Venta de Los Palacios.
[1] En 1544 tiene lugar un pleito
entre la ciudad de Baeza y la villa de El Viso a causa de los mojones y límites
comunes donde se dice “la senda del Puerto del Rey” (RODRÍGUEZ MOLINA, José.
“El puerto del Muradal…).
[2] En un documento notarial de 1665,
en Santa Cruz de Mudela, unos arrieros se quejan de que les ha cortado el paso
desde la Venta de la Iruela, en el camino del Muradal, a Santa Cruz de Mudela,
obligándoles a dar un rodeo para pasar por el Viso del Marqués. En este
documento no se hace mención a la otra venta en el camino, la de Los Palacios,
sino a la Venta Nueva, que surgió cinco kilómetros más debajo de la antigua
Venta de Los Palacios, en el camino del Muradal (SÁNCHEZ SÁNCHEZ, Jesús. “La
defensa del camino real de Andalucía: Muradal, 1665 - Despeñaperros, 1810”. El
Nuevo Miliario, núm. 0, agosto 2005, p. 10-11).
[3] ROLL GRANDE, MANUEL (2013): Ventas
y caminos en el entorno de Despeñaperros: vertiente norte de Sierra Morena. En I
Congreso Virtual sobre Historia de la Caminería. pp. 6.
[4] AMV., Actas Capitulares, libro 3º
(1634-1658), s/f. En TORRES JIMÉNEZ, Juan Carlos (2006): El bandolerismo en el
Reino de Jaén. Fundación para el desarrollo de los Pueblos de la Ruta del
Tempranillo.
[5] Journal du voyage despagne,
contenant une description fort exacte, de sus royaumes... Paris, Chez Rene Guignard,
1682, p. 63.
[6] PÉREZ-SCHMID FERNÁNDEZ, FRANCISCO
JOSÉ (2024): Una heredad de los marqueses de La Rambla en la Intendencia de
Nuevas Poblaciones: La Aliseda. En Vegueta, Anuario de la Facultad de
Geografía e Historia, 24 (2). pp. 1531-1532.
[7] Archivo de la Real Chancillería de
Granada. Op. Cit.

 
 
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