3. Otras noticias sobre la Venta de
Los Palacios.
La Venta de Los Palacios es citada
también en una segunda ocasión en la Crónica del Condestable don Miguel Lucas
en referencia al levantamiento del sitio del castillo de Montizón, que estaba
cercado por don Rodrigo Manrique, hermano del Condestable. La tropa, tras
levantar el cerco, regresó por el Puerto del Muradal para llegar a la Venta de
Los Palacios al amanecer. Desde allí, alcanzaron un lugar yermo que llamaban
Carboneros, donde descansaron, para llegar por la tarde a Bailén. Fue en el año
1465[1].
La zona en torno a la Venta de Los
Palacios era un gran despoblado, donde se producían numerosos robos y otros
delitos a los viajeros. El rey Enrique IV, en 1467 y a petición de la ciudad de
Baeza, mediante una carta de privilegio real eximió de tributos a cincuenta
pobladores que habitasen el lugar de la Venta de Los Palacios[2]. La repoblación del lugar
con cincuenta vecinos (unos 200 habitantes), encabezados por los Alonso de
Baeza, no llegó a consolidarse pues unos años después, ya entrado el siglo XVI,
el lugar volvió a quedar desierto por el impago de las obligaciones dinerarias
que había comprometido la ciudad de Baeza para el mantenimiento de la puebla
(8.000 reales anuales)[3].
Años después, debió construirse una
venta en Carboneros, lugar habitual de descanso en el camino del Puerto del
Muradal una vez pasada la Venta de Los Palacios y bajando hacia Bailén. En la
Venta de Carboneros la ciudad de Baeza tenía establecido un portazgo, que era
subastado a particulares. En 1487, en plena Guerra de Granada, Don Rodrigo
Ponce de León se quejó a los Reyes de que el arrendador del portazgo había
dejado de recaudarlo en la Venta de Carboneros, lugar dependiente de su señorío
de Bailén, y lo hacía en la Venta de Los Palacios, lugar dependiente de Baeza,
lo que producía gran daño y perjuicio a la “su villa de vaillen”. Los Reyes
Católicos emitieron una cédula real que encarga al Corregidor de Jaén y Andújar
hacer cumplir el portazgo en la Venta de Carboneros, como se hacía de costumbre[4]. Posteriormente, mediante
un documento privilegio de 1492 emitido en Santa Fe, los Reyes Católicos
establecerían el portazgo definitivo de la zona:
“… fue acordado
que devyamos mandar que de aquí adelante las personas que paguen la dicha roda
en el manso de Vilches o Vaños, logares dela dicha çibdad de Baeça, o en
Mengibar, que es en térmyno de la çibdad de Jahén, no paguen en la dicha venta
del Toldillo, e el que pagare en la dicha venta no la pague en nynguno delos
logares susodichos, y que entretanto que en el nuestro consejo señale e
dethermine lo que se debe hazer en todos los portadgos e almoxarifadgos e rodas
de nuestros reynos que el que ovyere de coger la dicha roda leve de roda delas
mercaderías e cargas e bestyas que pasaren por la dicha venta las contyas de
maravedíes siguientes (…) Los quales dichos derechos de roda paguen las
personas que pasaren por la dicha venta con las dichas bestyas cargadas o
vazías como dicho es, que las personas que pagaren la dicha roda en qualquiera
delos dichos logares de Vilches, Olivares o Vaños o Menjibar no la paguen en la
Venta del Toldillo, e que las personas que pagaren en la dicha venta del
Toldillo no paguen en nynguno delos dichos logares”[5].
A principios del siglo XVI el
estado de la Venta ya amenazaba ruina. Una Real Cédula del príncipe Felipe de 2
de diciembre de 1544, recordando cédulas de Carlos I enviadas a la ciudad de
Baeza en 1520 y 1521, manifiesta la necesidad de “arreglar “los Palacios Reales
del Puerto del Muladar” (Venta de Los Palacios)[6]:
“que de las penas
de cámara desa çiudad (Baeza) se diesen por el tiempo que su voluntad fuesse
ocho mil mrs. en cada un año para los reparos de los Palaçios Reales del Puerto
del Muladar y que los dichos mrs. Se entregasen a Alonso Alcalde, alcaide que a
la sazón hera de los dichos Palaçios, según más largo en las dichas çedulas a
que nos referimos se contiene. Y agora, por parte del conçejo, justicia y
regimiento desa ciudad nos ha sido hecha relaçión que ha algunos años que murió
el dicho Alonso Alcalde y que después acá no hay alcaide en los dichos Palaçios
ni se gastan los dichos mrs. en los dichos reparos, a cuya causa está mucha
parte de la dicha casa para caerse, suplicándonos fuesemos servido de mandar
proveer de manera que la dicha casa se reparase y que los dichos mrs. Se
distribuyesen en ello o como la nuestra merçed fuese”[7].
El 14 de diciembre de 1523, el
italiano Andrea Navagiero pasó de Andalucía a la Mancha por el Puerto del
Muradal, que identifica con el Saltus Castulonensis romano, lugar deshabitado.
Llegó a la “Venta del Palacio”, a cinco leguas de Linares. La define como
“buena casa grande, que está en el monte… hay muchas buenas habitaciones, un
buen salón, pero desnudo y sin nada: tienes que llevar todo contigo, como en
todas las ventas de España”[8].
El 18 de diciembre de 1526, el
emperador Carlos V, “comió, cenó y pernoctó en la Venta de Los Palacios”; y el
día 19 “comió en la Venta de los Palacios, cenó y pernoctó en Santa Crux”[9].
En los Repertorios de Caminos de
Juan de Villuga (1546) y Alonso de Meneses (1576) sitúan la Venta de Los
Palacios en el camino de Toledo para Málaga , a dos leguas de la Venta de la
Iruela y a cinco de Linares; y en el camino de Toledo para Granada y Almería, a
dos leguas de la Venta de la Iruela y a tres de Vilches[10]. Asimismo, casi dos
siglos después, en 1727, en la Guía de caminos para ir, y venir por todas las
Provincia más afamadas de Efpaña, Francia, Italia, y Alemania, de Pedro Pontón,
se decía que “La Venta de la Firuela” estaba a dos leguas al sureste “del Vifo”
y a otras dos al norte de “La Venta de Los Palacios”; y esta última, a cinco de
Linares.
En 1654 el historiador Martín
Jimena Jurado, en su Catálogo de los obispos de las iglesias catedrales de la
diócesis de Jaen y Annales Eclesiasticos deste obispado, cita el lugar como la
población de Jarandilla y afirma que, por entonces, aún se reconocía “muchas de
las calles y la plaça, y gozaba esta población de dos fuentes de muy lindas
aguas, que están a un lado della; la una se llama ahora El Moralejo y las otras
de Los Baqueros…”.
[1] Relación de los hechos… p. 246.
[2] RODRÍGUEZ MOLINA, José (ed.). Colección
Documental del Archivo Municipal de Baeza
(siglos XIII-XV). Diputación Provincial de Jaén, 2002, p.426-428.
[3] TORRES JIMÉNEZ, J.C (2003): Op.
cit. pp. 344.
[4] Archivo General de Simancas.
Registro General del Sello, Arévalo 04-02-1487.
[5] AGS, RGS, III-1492, fol. 141. En RAMOS
SÁNCHEZ, Isabel (2003): Memoria del Castillo de Baños de la Encina. Universidad
de Jaén, Jaén. pp. 317-321.
[6] MONTORO DE VIEDMA, Josefa-Inés. Archivo
Histórico Municipal de Baeza. Catálogo-Inventario de los documentos desde el
siglo XIII al siglo XVI. Excmo. Ayuntamiento de Baeza, 1990.
[7] RODRÍGUEZ MOLINA, José. “El Puerto
del Muradal…” Envía a Archivo Municipal de Baeza, nº 37, caj. 3°.
[8] Il Viaggio fatto in Spagna, et
in Francia, dal magnifico M. Andrea Navagiero… Venicia, 1563, fol. 30v.
[9] FORONDA Y AGUILERA, Manuel.
Estancias y viajes del Emperador Carlos V. 1914. Biblioteca virtual Cervantes.
[10] VILLUGA, Pero Juan. Reportorio de
todos los caminos de España. Madrid, 1546; y MENESES, Alonso de. Reportorio de
Caminos. Alcalá de Henares, 1576.
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