martes, 18 de julio de 2017

Sobre el cucharro de Alfarnate

Existía  la costumbre   entre los vecinos próximos al molino — hoy  casi imposible  de practicar en las modernas almazaras— de acudir por las mañanas con su rebanada de pan para tostarlo en la fogata de la caldera, untarlo con ajo y empaparlo después en aceite nuevo sumergiéndolo en una de las tinajas: eran los  apetitosos  y  nutritivos   “tostones” de aquellos tiempos. Las calorías  aportadas al organismo  por una de estas tostadas eran suficientes para que la persona estuviera  alimentada  durante todo el día, ocupada  en las duras faenas agrícolas,…

Tampoco  me olvido del   delicioso  y sencillo “hoyo de aceite” - “cucharro” en  el cercano Alfarnate y otros lugares—   que los niños pedían por las mañanas  al “maestro de molino”, y en ausencia de éste a sus madres, llenase su oquedad vaciada  de miga  con un chorreón del mismo hasta quedar el pan  empapado, y todo sazonado con una  pizca de sal  para que estuviera más sabroso…  El  “hoyo de aceite”  es uno de los más exquisitos y sanos  manjares de nuestra gastronomía andaluza - mejor  si lo acompañamos de  tomate y un pedazo de bacalao-,   que convendría no cayera en el olvido, relegado, como lo está siendo,  por la antinatural  e insana bollería tan rica  en el colesterol que nos sobra y obstruye nuestras  arterias desde la niñez.

http://www.mondron.es/22.html


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