miércoles, 12 de julio de 2017

El Cerro del Cueto desde Valdeloshuertos

La tierra se quebranta. A cada paso, según se avanza, se levanta bruscamente el polvo del camino, te envuelve, te reseca el aliento. La pesada atmósfera te aplasta contra el suelo, te agacha cuanto puede. El aceite de la jara, el ládano achicharrado, te viste de una calma chica, te envuelve de un aroma pesado, en un viento avaro, holgazán, que no hace ni un solo intento por desperezarse… chirría metálico el sonido de la chicharra, nos arropa un eterno ánimo de siesta.

Julio 2017


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