Como
si se tratara de una gigantesca isla rocosa ceñida por las aguas del Guadalquivir,
Jandulilla y Guadalbullón, la mole montañosa de Sierra Mágina se alza de entre
un ondulado mar de olivos emulando a un mágico, blanquecino y rechoncho vigía
de los vientos, a un arca generosa que riega con sus refrescantes manantiales
cada uno de los puntos cardinales mientras que de los acantilados de su
litoral cuelgan racimos de casillas blancas y menudas, un laberíntico entramado
de callejas estrechas y retorcidas que amenaza con despeñarse en el abismo.
Almadén
Subida a Los Prados y el Puerto de la Mata
Torres desde el Puerto de la Mata
Castillete de Mata Begid
Bedmar y su Serrezuela
Nunca conocí Mata Begid, se quedó en esa larga lista que hacemos por si la casualidad nos depara alguna vez la suerte que no se echa, que no se espera. Los demás siguen en mi frágil memoria arropados por las montañas que veía cuando paseaba por mi pueblo, nunca retorna el tiempo perdido. Gracias.
ResponderEliminarRosa, yo había pateado los pueblos de Sierra Mágina, pues en algunos de ellos tengo grandes amigos y algún que otro trabajo había realizado con alguno de ellos, pero, quitando la Fuenmayor, poco más había visto del interior de la sierra. Así que, me dije, en julio va a ser, y he subido por casi todas las vertientes. Es una sierra espectacular y Mata Begid tiene mucho, mucho encanto para los que nos gustan los paisajes humanizados. Son una sierras que, como bien dices, arropan y avivan la memoria. Gracias por seguir ahí
Eliminar