Ando bien liado, entre otras cosas pasando y ordenando los escritos que formarán parte de nuestro próximo libro de fiestas de Primavera. Aunque quizá, no, con seguridad, este tema más que agobio es satisfacción y deshago. Bueno, pues estando en esta materia me han llegado los textos de Manolo Villarejo, chupa, como todos los años, también los de Lina y algunos otros que son asiduos a esta dedicación.
Los de Manolo creía que ya no podrían sorprenderme, pues daba por hecho que siempre son toda una cajita de pequeños tesoros. Pues nada, Manolo se afana año tras año en darme una satisfacción.
Andaba a vueltas con dedicarles a mis hijos un pequeño cuento cuyo protagonista fuera un gamusino, animal de nuestra mitología más tradicional que se ha visto relegado al olvido entre gnomos y otros diablillos varios. Pues en esas va Manolo y me envía un escrito que es todo una exaltación a nuestras tradiciones más arraigadas y a la fantasía más creativa.
Con su permiso Manolo, no podía dejar de avanzar en mi blog un pequeño párrafo de su escrito “Amigo niño”, un abrazo:
“…Esta mañana muy temprano vi, en el huerto de la “verdeja”, a la Tragantía, esperando que salieran los catutes de su madriguera. Subí rápido a por la escopeta, pero ya no la vi, bajé al barranco de la Alcubilla e iba un dientón detrás de tres carives, le tiré dos tiros al dientón, creo que le di pero se hizo de noche y no lo vi, mañana un valiente de vosotros vendrá conmigo a buscarlo, aunque los dientones heridos son muy peligrosos, por la mañana muy temprano podemos ver en Piedras Bermejas macaveos y en La Verónica gamusinos.
Una tarde se perdieron dos niñas de éstas porque se les hizo de noche, pero antes que los embargos las cogieran salieron tres niños valientes de estos y con sus escopetas las salvaron”.
Estos niños vivían las aventuras de verdad, y se sentían héroes y muy felices.
El otro día salí de caza por el cerro de La Verónica y vi un eccehomo muy esgañifao, como iba tan desastrao y ciego perdío detrás de un gamusino se cayó por una cimbarra y se mató del porretazo; como la piel se le estropeó lo dejé allí, esa noche se lo comieron los lebreles amontaos…”.
Hay tanto talento oculto por ahi.... este hombre me sorprende a mi también.
ResponderEliminarno debía usted adelantar ningún escrito en su blog está muy feo
ResponderEliminarNo adelanto un escrito, adelanto un fragmento de un escrito que va a ir en el libro de feria. Por supuesto adjunto título y autor. Si me he tomado la libertad de usarlo en una entrada antes de ser publicado en el libro de feria es por que su autor, una y unas cuantas veces, me ha reiterado que tiene total confianza en cómo y cuándo utilizo sus escritos.
ResponderEliminarA veces con el anonimato decimos cosas que no vienen a cuento y sobre todo hay que informarse para poder criticar, si hay permiso no tiene sentido el comentario.
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