lunes, 11 de noviembre de 2019

Agua y cultura, 1

Esta manera de intervenir en el territorio, que sin ahondar en la investigación de campo podría parecer exclusiva de la ocupación castellana, contrariamente, tiene una larga tradición histórica. En este sentido, es necesario subrayar la presencia de una serie de equipamientos relacionados con la cultura del agua que son de gran interés y hunden sus raíces aún más profundamente en la historia, como la gigantesca cisterna pétrea de Peñalosa (Edad del Bronce), que recoge las aguas de lluvia y escorrentía que fluyen por el callejero del poblado, o el pequeño balnea de la cercana villa romana del Santuario de la Virgen de la Encina, cuyas aguas provienen de la vecina Fuente del Barranco del Pilar y fue embrión del propio santuario. Es también el caso de las dos albercas elaboradas con mortero utilizando la técnica del opus caementicium y posible origen romano, la de Los Perales de Purita y la del Polígono, la primera es hoy soporte de una más moderna y modesta utilizada para riego, mientras que la segunda es cimiento de una casilla de mina de la primera mitad del siglo XX. Otras evidencias de esta ingeniería hidráulica son el doble aljibe almohade del castillo y los caces de drenaje del complejo hidráulico de la Alcubilla (fuente, pozo y lavadero), cuya fábrica, elaborada con mortero de cal (posiblemente medieval), presenta una gran calidad y resistencia.

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