lunes, 9 de diciembre de 2019

Molinos

La capacidad para modelar paisaje con la que contaban los molinos de los ríos Grande y Rumblar, también lo tenía el Molino de Viento del Santo Cristo que corona el pueblo de Baños, fue más allá del ámbito de influencia de las márgenes de la corriente fluvial. Estos molinos, cuando realizaban la molienda de la cosecha de grano, eran el último eslabón de una enorme y compleja cadena silvoagrícola y pastoril, un sistema de aprovechamiento de los pagos serranos regulado mediante ordenanzas municipales, que ya era denominado en las de 1742 como de “roza de cama”. Englobaba un conjunto de normas y tiempos de uso que permitían la coexistencia de carboneros, rancheros, pastores y agricultores y gestaban un hábitat muy singular donde la torruca, como vivienda serrana/chozo local, y una serie de equipamientos complementarios, como las eras, los hornos de pan cocer exentos y los pilares, tenían un papel protagonista.




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