La cohorte fue dejando atrás la intrincada espesura de
Sierra Morena, un camino de ida sin que se tuviera certeza de regresar. De
viejo, se contaba que la aspereza serrana estaba poblada por fantoches de una
crueldad desmedida, mitad hombres y mitad espantajos, seres que perdían su origen
en el pozo de los tiempos y en la desmemoria mitológica. Estaban los que
llamaban hombres búho, que se decía eran
vistos entre los farallones más rocosos y elevados, siempre atinela y prestos para atacar y
despellejar al viajero despistado. Se les distinguía por el cerco de los ojos,
pintado del color del cobre, y unos rayitos de azufre, a modo de astro solar.
Eran cautos, silenciosos y crueles. De la misma manera, se contaba que había
otros esperpentos que también poblaban la sierra, los hombres abubilla, tipejos que se adornaban con una cresta elevada y
se alimentaban de la carroña humana que desechaban los primeros. Lo cierto es
que, de unos y otros, no se tenía más referencia que las fábulas y cuentos que cantaban
los más chismosos.
Y con aquellas quimeras entretenían la tertulia mientras
sorteaban el macizo.
Al comienzo, peregrinaron por una orografía bastante
escarpada, encrespada de tanto en tanto, que alternaba con anchuras colonizadas
por prados y bosquetes de alcornoques, quejigos y madroñas, que eran sustituidos por melojos en las gélidas umbrías
que miran al norte. Después, navegaron por lomas onduladas que parieron navas y
viejas roturas ahora despobladas, por
dehesas salpicadas de encinas centenarias, mastodontes arbóreos que se elevan
al cielo serrano desde siempre. Finalmente, la tierra se manchó de negro y
labró hondos barrancos que tuvieron que vadear por regatos imprevisibles y de aguas
turbulentas, rompiendo manchones de jara interminables, una breña cerrada,
inescrutable, agobiante. Salvaron la aspereza de Sierra Morena y se colaron en
una ratonera.
En las fotografías, las Tres Hermanas desde Cerro Caballero (norte) y Nava el Sanz (sur)
Ahora sí que me pierdo. ¿Dónde están las Tres Hermanas?
ResponderEliminarEntre fábula y realidad no solo sorteas regatos. Buen viaje y que no acabe nunca. Un saludo.
Rosa, es un lugar espectacular, mágico. Está situado al norte del término municipal de Baños de la Encina, en el viejo camino de Baños a San Lorenzo de Calatrava, casi en tierras manchegas. De hecho, a espaldas de Cerro Caballero comienza El Viso. ¡Ay!, sorteo regatos, pero caigo en lo más llano. Abrazo
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