viernes, 23 de noviembre de 2012

martes, 20 de noviembre de 2012

De arquitectura en ruina: cubiertas 1

Bueno, volviendo al tema de la arquitectura en ruina, como el mal alumno que siempre he sido, comenzaré la casa por el tejado.
 
Aunque algunas han sido las intervenciones más modernas, bastantes son las evidencias antiguas que manifiestan la riqueza y variedad de cubiertas que han caracterizado a esta esquina de la Cestería con Precipicio. Así, desde arriba, podemos otear varios testigos del viejo tejado bañusco que ha venido caracterizando las alturas, en algún que otro caso con ciertas variantes y modificaciones.
 
En esta línea, nos encontramos con una cubierta a dos aguas siendo la delantera mucho más corta y pendiente que la posterior. Esta estructura viene condicionada por la distribución interna de la casona, donde la primera crujía o portal, la que en su día estaba destinada a un uso menos privativo (hogar), presenta en altura una oscura cámara o altillo (como manifiesta un mínimo ventanuco) ausente en la segunda (alcobas). La acusada pendiente que gana el inmueble según avanza en profundidad, escalonada desde la puerta de la calle hasta la salida al corral, fuerza una cubierta trasera con algo más de caída que las casonas de la acera contraria cuyo fondo se va elevando de la fachada al patio. El caso más significativo lo podemos apreciar algo alejado de la misma esquina, en la casa de Mariano y Manuela “la rabiosa”.
 

 

Por frente, la casa de  Rafael “el gordo de Pili” o la de Salvador el “calé” son también claros ejemplos de este esquema de cubierta.
 

 

La casona que da forma a la misma esquina, segregada hoy en tres unidades (Mónica, “el quiri” y una pequeña parte de la de Dioni “el percha”) y sin presencia de cubierta, hundida, nos muestra rasgos de la que fuera su forma original que, por otra parte, seguía los patrones descritos. Así lo manifiestan las distintas alturas de los muros de carga que a duras penas, entre diversas modificaciones (adaptación de parte de la cámara delantera a segunda planta habitada), podemos apreciar: el faldón anterior (un agua) se ha transformado a  dos aguas elevando los muros laterales y creando un caballete intermedio; por su parte, el muro posterior se ha sobreelevado con materiales modernos (ladrillo) para completar otra segunda planta posterior habitable, también con cubierta formada a doble faldón.
 

 
 
Las casi totalidad de la casona de Dioni “el percha”, estando en la misma línea constructiva, lleva hasta sus últimas consecuencias la asimetría de los dos faldones llegando el anterior a desaparecer casi totalmente.  Del agua delantera, a modo de reminiscencia, nos queda un mínimo testimonio, como podemos apreciar en la fotografía.


sábado, 17 de noviembre de 2012

Arqueología y turismo en Andalucía II


También en el ámbito de las instituciones, en este caso tanto las mayores como las menores, cabe subrayar el importante trabajo desarrollado para crear y potenciar espacios museísticos vinculados a la materia, así como aulas, talleres y centro de interpretación fuertemente relacionados con el patrimonio arqueológico local. En este sentido existen más de cien equipamientos, más o menos grandes, más o menos equipados tecnológicamente, más o menos dotados de personal especializado y de recursos didácticos,… Todos ellos vienen siendo participes de actividades que permiten dinamizar el patrimonio arqueológico local y, por ende, desarrollar productos turísticos de raíz arqueológica.

Así, apreciamos que la mayoría cuentan con un calendario de actividades muy interesante que permite que el Museo Arqueológico de a conocer el trabajo que desarrolla, pero qué también salga de sus paredes y entre a formar parte activa del conocimiento y disfrute del territorio que le da cobijo. Sirvan como ejemplo las actividades de difusión realizadas en este caso por el Conjunto Arqueológico Dólmenes de Antequera (Málaga), que está organizando actualmente salidas de campo al enclave arqueológico de Peñas Cabrera (Casabermeja), o las del Museo Arqueológico de Linares (Jaén) que invita a participar de labores que cotidianamente realiza el arqueólogo, como es el etiquetado de cerámica perteneciente al cercano yacimiento de Cástulo.

Pero al hilo y al amparo de estas iniciativas institucionales han ido surgiendo por doquier rutas más o menos organizadas y de distinto ámbito territorial, casos individuales muy localizados y de sumo interés, y proyectos territoriales más complejos que están sentando los pilares de un importante desarrollo turístico de raíz arqueológica que, por otra parte, está multiplicando el tejido empresarial ligado a este microsegmento y permitiendo la creación de productos verdaderamente innovadores y potencialmente competitivos.

En esta línea podemos anotar varias rutas interesantes, con distinto grado de consolidación y visibilidad en el mercado turístico, muy dispares en cuanto al ámbito territorial de distribución. Así nos encontramos desde aquéllas que se dispersan por todo el Mediterráneo, como la Ruta de los Fenicios, hasta aquéllas otras que se centran en una comarca andaluza como pueden ser la Ruta Arqueológica de la Sierra de Cádiz o la de la Subbética Cordobesa. Entre ambas las hay de muy variado rango, como las que abarcan desde comarcas de distintos estados europeos (Caminos de Arte Rupestre Prehistórico), pasando por las que se circunscriben a varias provincias andaluzas (Ruta Bética Romana) para desembocar en aquéllas de carácter uniprovincial, caso de El Viaje al tiempo de los íberos (Jaén). También se da el caso de itinerarios menores, de carácter local, cuyo principal hilo temático gira en torno a su riqueza arqueológica. Este es el caso de la ruta arqueológica de la Sierrezuela de Posadas (Córdoba) o el Sendero del Bronce en Baños de la Encina, en la Sierra Morena de Jaén.

Junto a estas rutas comienzan a hacerse visibles distintos destinos turísticos de raíz arqueológica que, funcionando de manera individual, vienen a relacionarse por similitudes culturales, técnicas, temporales, temáticas, etc. Este es el caso de las cuevas y grutas ocupadas por poblaciones de neandertales, como Nerja y La Araña (Málaga), Cueva de las Ventanas de Píñar (adaptada para personas con discapacidad física) y el Boquete de Zafarraya (a caballo entre las provincias de Granada y Málaga, aunque en el término municipal del municipio malagueño de Alcaucín) o Los Murciélagos (Córdoba); o los destinos con numerosa presencia dolménica (“paisajes megalíticos”), caso de Gorafe y Las Peñas de los Gitanos en Montefrío (Granada), Aljarafe-norte sevillano (Montelirio, Pastora y Matarrubilla) o la ruta dolménica de la provincia de Huelva, en la que se incluyen el dolmen de Soto, de Labradillo, el conjunto de Los Gabrieles, el de El Pozuelo, el conjunto megalítico de El Gallego-Hornuevo, el círculo de piedras de la Pasada del Abad de Rosal de la Frontera y el Centro de Interpretación de la Cultura Dolménica de Zalamea la Real.

Regresando a las rutas mencionadas con anterioridad, vamos a analizarlas con más detenimiento.

La Ruta de los Fenicios es uno de los Itinerarios Culturales internacionales reconocidos por el Consejo de Europa. La ruta, que pasa por 18 países y por más de 80 ciudades, y que se centra en el legado de fenicios y púnicos de tres continentes, es considerado como el Itinerario de la Interculturalidad Mediterránea. La Ruta de los Fenicios representa la conexión de las grandes travesías marítimas utilizadas por los fenicios desde el siglo XII a.C. como el principal medio de comunicación comercial y cultural en el Mediterráneo. A través de estos caminos de la mar, los fenicios, navegantes y expertos comerciantes, dieron origen a una gran civilización que se asentó a través de su expansión en Occidente, favoreciendo el desarrollo de intercambios de productos manufacturados, de personas e ideas, y para la creación de una 'koiné' (comunidad) cultural mediterránea. De los 15 recursos de la ruta presentes en el Mediterráneo Occidental (Península Ibérica y norte de África), 3 está en nuestra comunidad autónoma: Castillo de Doña Blanca (El Puerto de Santa María), Museo de Cádiz y La Casa del Obispo, también en Cádiz capital.

Los Caminos de Arte Rupestre Prehistórico agrupan al conjunto de lugares visitables y con manifestaciones rupestres prehistóricas de España, Portugal, Francia, Italia, Irlanda, Suecia y Noruega. En el caso concreto de Andalucía, son nueve los destinos arqueológicos que integran la ruta cultural: las cuevas de Ambrosio y Los Letreros, en Vélez-Blanco (Almería), la Tabla de Pochico en Aldeaquemada (Jaén), Doña Trinidad en Ardales (Málaga) y la cueva de los Murciélagos en Zuheros (Córdoba), así como los abrigos del Engarbo en Santiago de la Espada y de la Cueva de la Graja en Jimena (ambos en Jaén), el dolmen de Soto en Trigueros (Huelva) y el Tajo de las Figuras en Benalup-Casas Viejas (Cádiz), todos ellos excelentes ejemplos del arte rupestre andaluz y, en algunos casos, adscritos al Arte Rupestre del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica, declarado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

La Ruta Arqueológica de la Sierra de Cádiz, del mismo modo que la existente en la Subbética cordobesa, proponen conocer el patrimonio arqueológico de una comarca mediante la selección de una serie de hitos que vienen representados por yacimientos arqueológicos, museos y aulas arqueológicas puestos en valor y con horario de visita. Así, forman parte de la primera la ciudad íbero-romana de Sierra Aznar, en Arcos de la Frontera, la ciudad romana de Carissa Aurelia, en Bornos, la ciudad romana de Ocuri, en Ubrique, el dolmen de Alberite, en Villamartín, y la villa medieval de Zahara de la Sierra.

La segunda ruta cuenta con el Museo Arqueológico y Etnográfico Local (Cabra); Cueva de los Murciélagos y Museo Local (Zuheros); Museo Arqueológico Local (Priego de Córdoba); Villa Romana de El Ruedo, Cerro de la Cruz y Museo Arqueológico (Almedinilla); y el Museo Arqueológico Municipal (Fuente Tójar).

Por su parte, el itinerario que propone El Viaje al Tiempo de los Íberos es un gran proyecto promovido por la Diputación de Jaén y la Consejería de Turismo, en coordinación con los distintos ayuntamientos y con la colaboración de la Consejería de Cultura y el Centro Andaluz de Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén. El proyecto promueve la recuperación y valorización de una serie de yacimientos arqueológicos, así como la mejora o la creación de una red de centros de visitantes, museos y centros de interpretación que den personalidad propia al producto turístico. Hasta el momento la ruta cuenta con ocho hitos o paradas que permiten conocer la historia de los íberos en el Alto Guadalquivir (Jaén): Santuario de la Cueva de la Lobera (Castellar), Ciudad de Cástulo y Museo Monográfico (Linares), Tumbas principescas de Hornos y Toya (Peal de Becerro), Santuario heroico de El Pajarillo (Huelma), el Oppidum de Puente Tablas (Jaén), el Museo Provincial (Jaén), Cerrillo Blanco (Porcuna) y la Muralla Ciclópea de Ibros. Podríamos apuntar la posibilidad de sumar algunos yacimientos interesantes que no han sido incluidos en el itinerario y que permitirían dar a conocer otros ámbitos de la sociedad íbera y su transición hacia comunidades en vías de romanización, como es el caso de la minería o el control del territorio (minas de El Centenillo, Castillete de Salas Galiarda o el Cerro Castellón de Larva).

Posiblemente sea la Ruta Bética Romana uno de los itinerarios de carácter arqueológico con mayor asiento, no solo en el territorio, también en los mercados turísticos. La Ruta Bética Romana transcurre hoy por catorce pueblos y ciudades de las provincias de Sevilla, Cádiz y Córdoba. Discurre por la provincia más meridional de la Hispania Romana y abarca territorios por los que caminaba la antigua Vía Augusta. En esta ruta están comprendidos espacios paisajísticos de gran interés geográfico y natural como son el parque natural de la Subbética Cordobesa, la Campiña cordobesa, sevillana y gaditana, el parque natural de la Bahía de Cádiz o el Valle del Guadalquivir. Los municipios que integran la ruta son Santiponce, Carmona, La Luisiana, Écija, Almodóvar del Río, Córdoba, Montoro, Almedinilla, Puente Genil, Osuna, Marchena, Jerez de la Frontera, Cádiz y Tarifa.
 
De su presencia en los mercados turísticos es fiel reflejo la existencia de paquetes turísticos perfectamente elaborados, con programa cerrado y precio, y una duración que gira entre 3 y 7 noches de estancia.

Fotografía: fundición de mineral de cobre; Alex Casas Crivillé.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

De arquitectura en ruina

Hace unos días creaba una entrada en facebook, poco más que una fotografía acompañada de una frase. La imagen, de fondo, dejaba entrever la ruina en que se ha convertido la esquina de la Cestería con el Callejón del Precipicio, posiblemente unos de los rincones con mayor belleza y complejidad constructiva de Baños de la Encina.
 
Al hilo, una buena amiga preguntaba como revertir o paralizar el proceso. Quizá sean las canas y los muchos golpes en la entrepierna, pero mi respuesta era concisa: nada. En unos pocos años nos hemos dejado arrastrar por el fragor de la especulación inmobiliaria y así nos ha ido.
 
Como bien decíamos de chicos, nos queda recoger los tiestos y a nuestra casa.
 
  era de la opinión de documentar, registrar y hasta interpretar las ruinas y los motivos de las ruinas, para aprender, aunque sea un poco, porque de los polvos se pueden sacar buenas enseñanzas: aprender, aprender y aprender que es para lo que debería servir la historia.
 
Aunque sea de forma somera, durante los últimos años he ido fotografiando e identificando piedras, abobes y maderas intentando conocer el papel que desempeñaba cada uno. Para otros días queda rebuscar de manera más compleja en sistemas constructivos, usos e interpretaciones sociales.
 
En esas, creí interesante dejar constancia de ese trabajo y a las mismas me pongo.

miércoles, 7 de noviembre de 2012