También en el ámbito de las
instituciones, en este caso tanto las mayores como las menores, cabe subrayar
el importante trabajo desarrollado para crear y potenciar espacios museísticos
vinculados a la materia, así como aulas, talleres y centro de interpretación
fuertemente relacionados con el patrimonio arqueológico local. En este sentido existen
más de cien equipamientos, más o menos grandes, más o menos equipados
tecnológicamente, más o menos dotados de personal especializado y de recursos
didácticos,… Todos ellos vienen siendo participes de actividades que permiten
dinamizar el patrimonio arqueológico local y, por ende, desarrollar productos
turísticos de raíz arqueológica.
Así, apreciamos que la mayoría
cuentan con un calendario de actividades muy interesante que permite que el
Museo Arqueológico de a conocer el trabajo que desarrolla, pero qué también
salga de sus paredes y entre a formar parte activa del conocimiento y disfrute
del territorio que le da cobijo. Sirvan como ejemplo las actividades de
difusión realizadas en este caso por el Conjunto
Arqueológico Dólmenes de Antequera (Málaga), que está organizando actualmente
salidas de campo al enclave arqueológico de Peñas Cabrera (Casabermeja), o las
del Museo
Arqueológico de Linares (Jaén) que invita a participar de labores que
cotidianamente realiza el arqueólogo, como es el etiquetado de cerámica perteneciente
al cercano yacimiento de Cástulo.
Pero al hilo y al amparo de estas
iniciativas institucionales han ido surgiendo por doquier rutas más o menos
organizadas y de distinto ámbito territorial, casos individuales muy
localizados y de sumo interés, y proyectos territoriales más complejos que
están sentando los pilares de un importante desarrollo turístico de raíz
arqueológica que, por otra parte, está multiplicando el tejido empresarial
ligado a este microsegmento y permitiendo la creación de productos verdaderamente
innovadores y potencialmente competitivos.
En esta línea podemos anotar
varias rutas interesantes, con distinto grado de consolidación y visibilidad en
el mercado turístico, muy dispares en cuanto al ámbito territorial de
distribución. Así nos encontramos desde aquéllas que se dispersan por todo el
Mediterráneo, como la Ruta
de los Fenicios, hasta aquéllas otras que se centran en una comarca andaluza
como pueden ser la
Ruta Arqueológica de la Sierra de Cádiz o la de la Subbética Cordobesa.
Entre ambas las hay de muy variado rango, como las que abarcan desde comarcas
de distintos estados europeos (Caminos de Arte Rupestre Prehistórico), pasando por
las que se circunscriben a varias provincias andaluzas (Ruta Bética Romana)
para desembocar en aquéllas de carácter uniprovincial, caso de El Viaje al
tiempo de los íberos (Jaén). También se da el caso de itinerarios menores, de
carácter local, cuyo principal hilo temático gira en torno a su riqueza
arqueológica. Este es el caso de la ruta
arqueológica de la Sierrezuela de Posadas (Córdoba) o el Sendero del Bronce
en Baños de la Encina ,
en la Sierra Morena
de Jaén.
Junto a estas rutas comienzan a
hacerse visibles distintos destinos turísticos de raíz arqueológica que,
funcionando de manera individual, vienen a relacionarse por similitudes
culturales, técnicas, temporales, temáticas, etc. Este es el caso de las cuevas
y grutas ocupadas por poblaciones de neandertales, como Nerja y La Araña (Málaga), Cueva de las Ventanas de Píñar (adaptada
para personas con discapacidad física) y el Boquete
de Zafarraya (a caballo entre las provincias de Granada y Málaga, aunque en
el término municipal del municipio malagueño de Alcaucín) o Los Murciélagos
(Córdoba); o los destinos con numerosa presencia dolménica (“paisajes
megalíticos”), caso de Gorafe
y Las Peñas de los
Gitanos en Montefrío (Granada), Aljarafe-norte
sevillano (Montelirio, Pastora y Matarrubilla) o la ruta dolménica de la provincia de Huelva, en la que se incluyen el dolmen de Soto,
de Labradillo, el conjunto de Los Gabrieles, el de El Pozuelo, el conjunto megalítico
de El Gallego-Hornuevo, el círculo de piedras de la Pasada del Abad de Rosal de
la Frontera
y el Centro de Interpretación de la Cultura Dolménica
de Zalamea la Real.
Regresando a las rutas
mencionadas con anterioridad, vamos a analizarlas con más detenimiento.
Los Caminos de Arte Rupestre
Prehistórico agrupan al conjunto de lugares visitables y con manifestaciones
rupestres prehistóricas de España, Portugal, Francia, Italia, Irlanda, Suecia y
Noruega. En el caso concreto de Andalucía, son nueve los destinos arqueológicos
que integran la ruta cultural: las cuevas de Ambrosio y Los Letreros, en
Vélez-Blanco (Almería), la Tabla
de Pochico en Aldeaquemada (Jaén), Doña Trinidad en Ardales (Málaga) y la cueva
de los Murciélagos en Zuheros (Córdoba), así como los abrigos del Engarbo en
Santiago de la Espada
y de la Cueva
de la Graja en
Jimena (ambos en Jaén), el dolmen de Soto en Trigueros (Huelva) y el Tajo de
las Figuras en Benalup-Casas Viejas (Cádiz), todos ellos excelentes ejemplos
del arte rupestre andaluz y, en algunos casos, adscritos al Arte Rupestre del
Arco Mediterráneo de la
Península Ibérica , declarado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
La segunda ruta cuenta con el Museo Arqueológico y Etnográfico Local
(Cabra); Cueva de los Murciélagos y Museo Local (Zuheros); Museo Arqueológico
Local (Priego de Córdoba); Villa Romana de El Ruedo, Cerro de la Cruz y Museo Arqueológico
(Almedinilla); y el Museo Arqueológico Municipal (Fuente Tójar).
Por su parte, el itinerario que propone El Viaje al Tiempo de los Íberos
es un gran proyecto promovido por la Diputación de Jaén y la Consejería de Turismo,
en coordinación con los distintos ayuntamientos y con la colaboración de la Consejería de Cultura y
el Centro Andaluz de Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén.
El proyecto promueve la recuperación y valorización de una serie de yacimientos
arqueológicos, así como la mejora o la creación de una red de centros de
visitantes, museos y centros de interpretación que den personalidad propia al
producto turístico. Hasta el momento la ruta cuenta con ocho hitos o paradas
que permiten conocer la historia de los íberos en el Alto Guadalquivir (Jaén):
Santuario de la Cueva
de la Lobera (Castellar),
Ciudad de Cástulo y Museo Monográfico (Linares), Tumbas principescas de Hornos
y Toya (Peal de Becerro), Santuario heroico de El Pajarillo (Huelma), el
Oppidum de Puente Tablas (Jaén), el Museo Provincial (Jaén), Cerrillo Blanco
(Porcuna) y la Muralla Ciclópea
de Ibros. Podríamos apuntar la posibilidad de sumar algunos yacimientos
interesantes que no han sido incluidos en el itinerario y que permitirían dar a
conocer otros ámbitos de la sociedad íbera y su transición hacia comunidades en
vías de romanización, como es el caso de la minería o el control del territorio
(minas de El Centenillo, Castillete de Salas Galiarda o el Cerro Castellón de
Larva).
Posiblemente sea
la
Ruta Bética Romana uno de los
itinerarios de carácter arqueológico con mayor asiento, no solo en el
territorio, también en los mercados turísticos. La Ruta Bética Romana transcurre hoy por catorce pueblos y ciudades de
las provincias de Sevilla, Cádiz y Córdoba. Discurre por la provincia más
meridional de la
Hispania Romana y abarca territorios por los que caminaba la
antigua Vía Augusta. En esta ruta están comprendidos espacios paisajísticos de
gran interés geográfico y natural como son el parque natural de la Subbética Cordobesa ,
la Campiña
cordobesa, sevillana y gaditana, el parque natural de la Bahía de Cádiz o el Valle
del Guadalquivir. Los municipios que integran la ruta son Santiponce, Carmona,
La Luisiana,
Écija,
Almodóvar
del Río, Córdoba,
Montoro,
Almedinilla,
Puente Genil,
Osuna,
Marchena,
Jerez de la Frontera, Cádiz
y Tarifa.
De su presencia en los
mercados turísticos es fiel reflejo la existencia de paquetes
turísticos perfectamente elaborados, con programa cerrado y precio,
y una duración que gira entre 3 y 7 noches de estancia.
Fotografía: fundición de mineral de cobre; Alex Casas Crivillé.
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