sábado, 17 de noviembre de 2012

Arqueología y turismo en Andalucía II


También en el ámbito de las instituciones, en este caso tanto las mayores como las menores, cabe subrayar el importante trabajo desarrollado para crear y potenciar espacios museísticos vinculados a la materia, así como aulas, talleres y centro de interpretación fuertemente relacionados con el patrimonio arqueológico local. En este sentido existen más de cien equipamientos, más o menos grandes, más o menos equipados tecnológicamente, más o menos dotados de personal especializado y de recursos didácticos,… Todos ellos vienen siendo participes de actividades que permiten dinamizar el patrimonio arqueológico local y, por ende, desarrollar productos turísticos de raíz arqueológica.

Así, apreciamos que la mayoría cuentan con un calendario de actividades muy interesante que permite que el Museo Arqueológico de a conocer el trabajo que desarrolla, pero qué también salga de sus paredes y entre a formar parte activa del conocimiento y disfrute del territorio que le da cobijo. Sirvan como ejemplo las actividades de difusión realizadas en este caso por el Conjunto Arqueológico Dólmenes de Antequera (Málaga), que está organizando actualmente salidas de campo al enclave arqueológico de Peñas Cabrera (Casabermeja), o las del Museo Arqueológico de Linares (Jaén) que invita a participar de labores que cotidianamente realiza el arqueólogo, como es el etiquetado de cerámica perteneciente al cercano yacimiento de Cástulo.

Pero al hilo y al amparo de estas iniciativas institucionales han ido surgiendo por doquier rutas más o menos organizadas y de distinto ámbito territorial, casos individuales muy localizados y de sumo interés, y proyectos territoriales más complejos que están sentando los pilares de un importante desarrollo turístico de raíz arqueológica que, por otra parte, está multiplicando el tejido empresarial ligado a este microsegmento y permitiendo la creación de productos verdaderamente innovadores y potencialmente competitivos.

En esta línea podemos anotar varias rutas interesantes, con distinto grado de consolidación y visibilidad en el mercado turístico, muy dispares en cuanto al ámbito territorial de distribución. Así nos encontramos desde aquéllas que se dispersan por todo el Mediterráneo, como la Ruta de los Fenicios, hasta aquéllas otras que se centran en una comarca andaluza como pueden ser la Ruta Arqueológica de la Sierra de Cádiz o la de la Subbética Cordobesa. Entre ambas las hay de muy variado rango, como las que abarcan desde comarcas de distintos estados europeos (Caminos de Arte Rupestre Prehistórico), pasando por las que se circunscriben a varias provincias andaluzas (Ruta Bética Romana) para desembocar en aquéllas de carácter uniprovincial, caso de El Viaje al tiempo de los íberos (Jaén). También se da el caso de itinerarios menores, de carácter local, cuyo principal hilo temático gira en torno a su riqueza arqueológica. Este es el caso de la ruta arqueológica de la Sierrezuela de Posadas (Córdoba) o el Sendero del Bronce en Baños de la Encina, en la Sierra Morena de Jaén.

Junto a estas rutas comienzan a hacerse visibles distintos destinos turísticos de raíz arqueológica que, funcionando de manera individual, vienen a relacionarse por similitudes culturales, técnicas, temporales, temáticas, etc. Este es el caso de las cuevas y grutas ocupadas por poblaciones de neandertales, como Nerja y La Araña (Málaga), Cueva de las Ventanas de Píñar (adaptada para personas con discapacidad física) y el Boquete de Zafarraya (a caballo entre las provincias de Granada y Málaga, aunque en el término municipal del municipio malagueño de Alcaucín) o Los Murciélagos (Córdoba); o los destinos con numerosa presencia dolménica (“paisajes megalíticos”), caso de Gorafe y Las Peñas de los Gitanos en Montefrío (Granada), Aljarafe-norte sevillano (Montelirio, Pastora y Matarrubilla) o la ruta dolménica de la provincia de Huelva, en la que se incluyen el dolmen de Soto, de Labradillo, el conjunto de Los Gabrieles, el de El Pozuelo, el conjunto megalítico de El Gallego-Hornuevo, el círculo de piedras de la Pasada del Abad de Rosal de la Frontera y el Centro de Interpretación de la Cultura Dolménica de Zalamea la Real.

Regresando a las rutas mencionadas con anterioridad, vamos a analizarlas con más detenimiento.

La Ruta de los Fenicios es uno de los Itinerarios Culturales internacionales reconocidos por el Consejo de Europa. La ruta, que pasa por 18 países y por más de 80 ciudades, y que se centra en el legado de fenicios y púnicos de tres continentes, es considerado como el Itinerario de la Interculturalidad Mediterránea. La Ruta de los Fenicios representa la conexión de las grandes travesías marítimas utilizadas por los fenicios desde el siglo XII a.C. como el principal medio de comunicación comercial y cultural en el Mediterráneo. A través de estos caminos de la mar, los fenicios, navegantes y expertos comerciantes, dieron origen a una gran civilización que se asentó a través de su expansión en Occidente, favoreciendo el desarrollo de intercambios de productos manufacturados, de personas e ideas, y para la creación de una 'koiné' (comunidad) cultural mediterránea. De los 15 recursos de la ruta presentes en el Mediterráneo Occidental (Península Ibérica y norte de África), 3 está en nuestra comunidad autónoma: Castillo de Doña Blanca (El Puerto de Santa María), Museo de Cádiz y La Casa del Obispo, también en Cádiz capital.

Los Caminos de Arte Rupestre Prehistórico agrupan al conjunto de lugares visitables y con manifestaciones rupestres prehistóricas de España, Portugal, Francia, Italia, Irlanda, Suecia y Noruega. En el caso concreto de Andalucía, son nueve los destinos arqueológicos que integran la ruta cultural: las cuevas de Ambrosio y Los Letreros, en Vélez-Blanco (Almería), la Tabla de Pochico en Aldeaquemada (Jaén), Doña Trinidad en Ardales (Málaga) y la cueva de los Murciélagos en Zuheros (Córdoba), así como los abrigos del Engarbo en Santiago de la Espada y de la Cueva de la Graja en Jimena (ambos en Jaén), el dolmen de Soto en Trigueros (Huelva) y el Tajo de las Figuras en Benalup-Casas Viejas (Cádiz), todos ellos excelentes ejemplos del arte rupestre andaluz y, en algunos casos, adscritos al Arte Rupestre del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica, declarado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

La Ruta Arqueológica de la Sierra de Cádiz, del mismo modo que la existente en la Subbética cordobesa, proponen conocer el patrimonio arqueológico de una comarca mediante la selección de una serie de hitos que vienen representados por yacimientos arqueológicos, museos y aulas arqueológicas puestos en valor y con horario de visita. Así, forman parte de la primera la ciudad íbero-romana de Sierra Aznar, en Arcos de la Frontera, la ciudad romana de Carissa Aurelia, en Bornos, la ciudad romana de Ocuri, en Ubrique, el dolmen de Alberite, en Villamartín, y la villa medieval de Zahara de la Sierra.

La segunda ruta cuenta con el Museo Arqueológico y Etnográfico Local (Cabra); Cueva de los Murciélagos y Museo Local (Zuheros); Museo Arqueológico Local (Priego de Córdoba); Villa Romana de El Ruedo, Cerro de la Cruz y Museo Arqueológico (Almedinilla); y el Museo Arqueológico Municipal (Fuente Tójar).

Por su parte, el itinerario que propone El Viaje al Tiempo de los Íberos es un gran proyecto promovido por la Diputación de Jaén y la Consejería de Turismo, en coordinación con los distintos ayuntamientos y con la colaboración de la Consejería de Cultura y el Centro Andaluz de Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén. El proyecto promueve la recuperación y valorización de una serie de yacimientos arqueológicos, así como la mejora o la creación de una red de centros de visitantes, museos y centros de interpretación que den personalidad propia al producto turístico. Hasta el momento la ruta cuenta con ocho hitos o paradas que permiten conocer la historia de los íberos en el Alto Guadalquivir (Jaén): Santuario de la Cueva de la Lobera (Castellar), Ciudad de Cástulo y Museo Monográfico (Linares), Tumbas principescas de Hornos y Toya (Peal de Becerro), Santuario heroico de El Pajarillo (Huelma), el Oppidum de Puente Tablas (Jaén), el Museo Provincial (Jaén), Cerrillo Blanco (Porcuna) y la Muralla Ciclópea de Ibros. Podríamos apuntar la posibilidad de sumar algunos yacimientos interesantes que no han sido incluidos en el itinerario y que permitirían dar a conocer otros ámbitos de la sociedad íbera y su transición hacia comunidades en vías de romanización, como es el caso de la minería o el control del territorio (minas de El Centenillo, Castillete de Salas Galiarda o el Cerro Castellón de Larva).

Posiblemente sea la Ruta Bética Romana uno de los itinerarios de carácter arqueológico con mayor asiento, no solo en el territorio, también en los mercados turísticos. La Ruta Bética Romana transcurre hoy por catorce pueblos y ciudades de las provincias de Sevilla, Cádiz y Córdoba. Discurre por la provincia más meridional de la Hispania Romana y abarca territorios por los que caminaba la antigua Vía Augusta. En esta ruta están comprendidos espacios paisajísticos de gran interés geográfico y natural como son el parque natural de la Subbética Cordobesa, la Campiña cordobesa, sevillana y gaditana, el parque natural de la Bahía de Cádiz o el Valle del Guadalquivir. Los municipios que integran la ruta son Santiponce, Carmona, La Luisiana, Écija, Almodóvar del Río, Córdoba, Montoro, Almedinilla, Puente Genil, Osuna, Marchena, Jerez de la Frontera, Cádiz y Tarifa.
 
De su presencia en los mercados turísticos es fiel reflejo la existencia de paquetes turísticos perfectamente elaborados, con programa cerrado y precio, y una duración que gira entre 3 y 7 noches de estancia.

Fotografía: fundición de mineral de cobre; Alex Casas Crivillé.

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