Con la mirada puesta en la Subbética, serpenteas ahora por una campiña ondulada, relajante, que escancia el tiempo con lentitud. La brisa te trae aromas a vino y el otero de sus castillos te susurra al oído rumores de viejas batallas, rencillas esculpidas a fuego en la frialdad de sus piedras. Fernán Núñez, Montemayor, Montilla… se elevan de entre la ancha llanura como blancos baluartes, faros que rigen el destino de un conjunto de retales efímeramente enhebrados, de diferente color y textura, una sucesión de olivos, cereal y viñas, de lomas que cabalgan unas sobre otras hacia un ocaso que se escapa con la tarde.
Fotografía: Galería Multimedia Turismo Andaluz, Montilla
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