(Perdón por la apropiación del título)
Dicen que cuando el diablo no tiene qué
hacer, mata moscas con el rabo. Y son como puños.
Hoy, dando una vuelta por las redes, me he
dado de bruces con una entrada interesante, en relación con el castillo de
Baños y en unos de esos grupos temáticos de facebook. ¡Virgen santa, más de 200
comentarios tenía! Y claro, con el asunto ni dios se pone de acuerdo en los
temas de la edad y nombre de la fortaleza, nada nuevo por las redes. Pero la
cosa está en que casi todos los opinantes tiran de wikipedia y similares sin
haber visto de cerca un palmo de la tabilla del castillo o haber leído más de
dos líneas de cualquier trabajo científico que verse sobre nuestra fortaleza.
El debate de la fundación, que si fue en
el 968 o a finales del XII, bien, tiene cabida dentro de una lucha dialéctica
más o menos lógica según de las fuentes que se tire, pero que haya quién siga
diciendo que la lápida fundacional está en el Museo Arqueológico Nacional,
allí, bien puestecica, proclamando a
los cuatro vientos que procede del castillo de Baños, debe llevar algunos años
sin pasarse por el MAN. Lo de castillo califal del siglo XII es más grave. Bueno,
si vamos a las bravas, lo cierto es que el califato almohade también era
califato. La cosa me parece rocambolesca. Lo del segundo más antiguo de España,
o de Europa, pues tiene bastantes opiniones contrarias, lógico. Unos dices que
si Calatayud, los otros Gormaz y hay hasta quienes tiran del Sagunto romano. La
cosa va por otro camino y todo viene de leer poco y hablar, o escribir, mucho.
El origen de este dislate está en un artículo de Julián Ribera (1909), que
versaba sobre: ‘Lápidas arábigas e históricas de los castillos de Tarifa y
Baños de la Encina’. Claro, si de las lápidas concluimos que el más antiguo de
los dos era el de Tarifa, pues Baños sería el segundo, pero ya puesto, pa’to.
Lo de ondear la bandera de ‘los doce’ y
Florencia, eso sí que es un despropósito. Ni pajolera idea de dónde viene lo de
Florencia. Y en cuanto a la bandera, según los archivos de la susodicha, es
decir de la Unión Europea, salta de cien el número de ciudades que tienen el
honor de enarbolar la bandera por causas de bien llevar los asuntos culturales,
porque son las ciudades y no los monumentos quienes son recompensados. Por
cierto, en dicha lista brillan por su ausencia Florencia y Baños.
Otra cosa es lo de tirar a la ligera del
término bury sin tener puñetera idea de qué es un bury, qué es un hisn o
qué es un qalat. El castillo de
Baños, valga la redundancia, es un castillo, es un hisn, como Iznatoraf, Iznalloz o Iznájar, pueblo de mi buen amigo
Paco Jiménez Rabasco. Otra cosa es Bujalance. Y al hilo de esto, Burgalimar
está en las Tres Hermanas, en Baños, pero a tiro de piedra de El Centenillo,
que ya lo decía el padre Torres en el siglo XVIII, que Burgalimar está a cinco
leguas de Baños en el camino que va a San Lorenzo de Calatrava. Bueno no lo
decía tal cual, pero al buen entendedor pocas palabras. Y allí está el burch, la torre encastillada, bien
puesta y rodeada de sus murallas y aljibe, y de una aldea de 300 casas que me
quedé con todas las ganas del mundo de pisotear (en la hermana occidental). Y
ya puestos, tampoco es Bury al Hammam,
pues el de Baños no es bury, o burch, que es hisn, y es que, además, nunca recibió este apelativo hasta que se
dedujo de la lápida que fue y que ahora no es, la del MAN. La cosa de dicho apelativo
arrancó a comienzos del siglo XX, con el trabajo ya mencionado de Ribera.
Liebre ida, palos a la madriguera. Y ya puestos, si es por alardear de castillo
viejo, ahí tenemos la Salas de Galiarda con to
su lustre romano o la argárica Peñalosa, con su acrópolis.
Pero vamos, si la cuestión está en chulear
de castillo, ¡a ver cuál puede presumir de haber sido escenario de un conciertazo de Ska-p!
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