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miércoles, 29 de octubre de 2025

La venta de los Palacios en el camino del Muradal, 3

3. Otras noticias sobre la Venta de Los Palacios.

La Venta de Los Palacios es citada también en una segunda ocasión en la Crónica del Condestable don Miguel Lucas en referencia al levantamiento del sitio del castillo de Montizón, que estaba cercado por don Rodrigo Manrique, hermano del Condestable. La tropa, tras levantar el cerco, regresó por el Puerto del Muradal para llegar a la Venta de Los Palacios al amanecer. Desde allí, alcanzaron un lugar yermo que llamaban Carboneros, donde descansaron, para llegar por la tarde a Bailén. Fue en el año 1465[1].

La zona en torno a la Venta de Los Palacios era un gran despoblado, donde se producían numerosos robos y otros delitos a los viajeros. El rey Enrique IV, en 1467 y a petición de la ciudad de Baeza, mediante una carta de privilegio real eximió de tributos a cincuenta pobladores que habitasen el lugar de la Venta de Los Palacios[2]. La repoblación del lugar con cincuenta vecinos (unos 200 habitantes), encabezados por los Alonso de Baeza, no llegó a consolidarse pues unos años después, ya entrado el siglo XVI, el lugar volvió a quedar desierto por el impago de las obligaciones dinerarias que había comprometido la ciudad de Baeza para el mantenimiento de la puebla (8.000 reales anuales)[3].

Años después, debió construirse una venta en Carboneros, lugar habitual de descanso en el camino del Puerto del Muradal una vez pasada la Venta de Los Palacios y bajando hacia Bailén. En la Venta de Carboneros la ciudad de Baeza tenía establecido un portazgo, que era subastado a particulares. En 1487, en plena Guerra de Granada, Don Rodrigo Ponce de León se quejó a los Reyes de que el arrendador del portazgo había dejado de recaudarlo en la Venta de Carboneros, lugar dependiente de su señorío de Bailén, y lo hacía en la Venta de Los Palacios, lugar dependiente de Baeza, lo que producía gran daño y perjuicio a la “su villa de vaillen”. Los Reyes Católicos emitieron una cédula real que encarga al Corregidor de Jaén y Andújar hacer cumplir el portazgo en la Venta de Carboneros, como se hacía de costumbre[4]. Posteriormente, mediante un documento privilegio de 1492 emitido en Santa Fe, los Reyes Católicos establecerían el portazgo definitivo de la zona:

“… fue acordado que devyamos mandar que de aquí adelante las personas que paguen la dicha roda en el manso de Vilches o Vaños, logares dela dicha çibdad de Baeça, o en Mengibar, que es en térmyno de la çibdad de Jahén, no paguen en la dicha venta del Toldillo, e el que pagare en la dicha venta no la pague en nynguno delos logares susodichos, y que entretanto que en el nuestro consejo señale e dethermine lo que se debe hazer en todos los portadgos e almoxarifadgos e rodas de nuestros reynos que el que ovyere de coger la dicha roda leve de roda delas mercaderías e cargas e bestyas que pasaren por la dicha venta las contyas de maravedíes siguientes (…) Los quales dichos derechos de roda paguen las personas que pasaren por la dicha venta con las dichas bestyas cargadas o vazías como dicho es, que las personas que pagaren la dicha roda en qualquiera delos dichos logares de Vilches, Olivares o Vaños o Menjibar no la paguen en la Venta del Toldillo, e que las personas que pagaren en la dicha venta del Toldillo no paguen en nynguno delos dichos logares”[5].

A principios del siglo XVI el estado de la Venta ya amenazaba ruina. Una Real Cédula del príncipe Felipe de 2 de diciembre de 1544, recordando cédulas de Carlos I enviadas a la ciudad de Baeza en 1520 y 1521, manifiesta la necesidad de “arreglar “los Palacios Reales del Puerto del Muladar” (Venta de Los Palacios)[6]:

“que de las penas de cámara desa çiudad (Baeza) se diesen por el tiempo que su voluntad fuesse ocho mil mrs. en cada un año para los reparos de los Palaçios Reales del Puerto del Muladar y que los dichos mrs. Se entregasen a Alonso Alcalde, alcaide que a la sazón hera de los dichos Palaçios, según más largo en las dichas çedulas a que nos referimos se contiene. Y agora, por parte del conçejo, justicia y regimiento desa ciudad nos ha sido hecha relaçión que ha algunos años que murió el dicho Alonso Alcalde y que después acá no hay alcaide en los dichos Palaçios ni se gastan los dichos mrs. en los dichos reparos, a cuya causa está mucha parte de la dicha casa para caerse, suplicándonos fuesemos servido de mandar proveer de manera que la dicha casa se reparase y que los dichos mrs. Se distribuyesen en ello o como la nuestra merçed fuese”[7].

El 14 de diciembre de 1523, el italiano Andrea Navagiero pasó de Andalucía a la Mancha por el Puerto del Muradal, que identifica con el Saltus Castulonensis romano, lugar deshabitado. Llegó a la “Venta del Palacio”, a cinco leguas de Linares. La define como “buena casa grande, que está en el monte… hay muchas buenas habitaciones, un buen salón, pero desnudo y sin nada: tienes que llevar todo contigo, como en todas las ventas de España”[8].

El 18 de diciembre de 1526, el emperador Carlos V, “comió, cenó y pernoctó en la Venta de Los Palacios”; y el día 19 “comió en la Venta de los Palacios, cenó y pernoctó en Santa Crux”[9].

En los Repertorios de Caminos de Juan de Villuga (1546) y Alonso de Meneses (1576) sitúan la Venta de Los Palacios en el camino de Toledo para Málaga , a dos leguas de la Venta de la Iruela y a cinco de Linares; y en el camino de Toledo para Granada y Almería, a dos leguas de la Venta de la Iruela y a tres de Vilches[10]. Asimismo, casi dos siglos después, en 1727, en la Guía de caminos para ir, y venir por todas las Provincia más afamadas de Efpaña, Francia, Italia, y Alemania, de Pedro Pontón, se decía que “La Venta de la Firuela” estaba a dos leguas al sureste “del Vifo” y a otras dos al norte de “La Venta de Los Palacios”; y esta última, a cinco de Linares.

En 1654 el historiador Martín Jimena Jurado, en su Catálogo de los obispos de las iglesias catedrales de la diócesis de Jaen y Annales Eclesiasticos deste obispado, cita el lugar como la población de Jarandilla y afirma que, por entonces, aún se reconocía “muchas de las calles y la plaça, y gozaba esta población de dos fuentes de muy lindas aguas, que están a un lado della; la una se llama ahora El Moralejo y las otras de Los Baqueros…”.



[1] Relación de los hechos… p. 246.

[2] RODRÍGUEZ MOLINA, José (ed.). Colección Documental del Archivo Municipal de Baeza

(siglos XIII-XV). Diputación Provincial de Jaén, 2002, p.426-428.

[3] TORRES JIMÉNEZ, J.C (2003): Op. cit. pp. 344.

[4] Archivo General de Simancas. Registro General del Sello, Arévalo 04-02-1487.

[5] AGS, RGS, III-1492, fol. 141. En RAMOS SÁNCHEZ, Isabel (2003): Memoria del Castillo de Baños de la Encina. Universidad de Jaén, Jaén. pp. 317-321.

[6] MONTORO DE VIEDMA, Josefa-Inés. Archivo Histórico Municipal de Baeza. Catálogo-Inventario de los documentos desde el siglo XIII al siglo XVI. Excmo. Ayuntamiento de Baeza, 1990.

[7] RODRÍGUEZ MOLINA, José. “El Puerto del Muradal…” Envía a Archivo Municipal de Baeza, nº 37, caj. 3°.

[8] Il Viaggio fatto in Spagna, et in Francia, dal magnifico M. Andrea Navagiero… Venicia, 1563, fol. 30v.

[9] FORONDA Y AGUILERA, Manuel. Estancias y viajes del Emperador Carlos V. 1914. Biblioteca virtual Cervantes.

[10] VILLUGA, Pero Juan. Reportorio de todos los caminos de España. Madrid, 1546; y MENESES, Alonso de. Reportorio de Caminos. Alcalá de Henares, 1576.



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