lunes, 25 de agosto de 2025

La era

Puestos en el sitio y ribeteando la falda del cerro del Cueto, lo que parece un conjunto de bancales que rompen la ladera para arropar la salida suroeste del pueblo, en verdad se trata del conjunto de eras que nos traen. Hoy baldío estéril, engullen en sus adentros la carretera de Bailén, la que popularmente era conocida bajo el apelativo de Camino Ancho. En su día y derramándose por la solana, el empedrado de su pavimento dio forma a una sucesión de manchas más o menos redondeadas, ásperas y yermas para cosas de labor, pero de enorme utilidad y algarabía en tierras que fueron de pan. Sin quererlo, formaban un tránsito necesario entre el blanco impoluto del callejero y la inmensidad dorada de una campiña que se perdía inexorablemente por el horizonte. En la actualidad, perdido el sur cuando quería alcanzarse el norte, la campiña ha sido totalmente colonizada, sin piedad, por los hilvanes de olivas. En días, cuando la era ya rezumaba ruina y apenas tenían otra utilidad que guardar trastos como desván, hizo las veces de cancha futbolera, hogar de candelarias y patio de recreo. Aún después, huérfana de voces humanas que le dieran sentido, paso a sufrir el mayor agravio: el olvido, que ahora muerde cada una de sus piedras y las desmenuza en un epílogo de destrucción.

Fotografía: era de Bartolico